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¿Colapso de la red hospitalaria colombiana en noviembre de 2013?

Cada día de retraso en el problema de la red hospitalaria está aumentando las vidas a proteger, los costos y el desgaste político.

Giovanni Reyes, Giovanni Reyes
16 de octubre de 2013

Ese planteamiento en términos afirmativos lo subrayaba un campo pagado que, haciendo convocatoria a una reunión en octubre, ha sido presentado en la prensa por los Secretarios de Salud departamentales y municipales, y los gerentes de hospitales en el país.  Se sabe, en este espinoso asunto de la salud, que en un año electoral las situaciones tienden a distorsionarse.  Son aumentados los entresijos y las implicaciones, o bien se ven disminuidas las repercusiones, según convenga a los intereses de grupos políticos.

No obstante, este tema de la salud va emergiendo con signos que podrían rápidamente derivar en tragedias.  Pensando en ello, me viene a la memoria una fotografía presentada por El Espectador. Es un testimonio elocuente: se muestra en la entrada cerrada de un hospital un cartel que dice: “para urgencias por favor timbrar, o llamar al celular… Gracias”.  Esto es un indicador del vergonzoso estado de servicios médicos en ciertos centros de atención.  

La convocatoria de los secretarios de salud puntualiza que los ingresos de los hospitales se llevan a cabo, en la coyuntura actual, por lo que recaudan, no por lo que facturan.  Se hace hincapié en que la crisis inmediata es por falta de fondos, por falta de liquidez, debido a que las EPS no pagan; que el gobierno los obligó a contratar con este tipo de empresas y que las mismas en la actualidad se declaran en quiebra, o son intervenidas, o bien están liquidadas.

A todo esto, en el otro extremo, la iniciativa de la reforma a la salud no ha llegado a ser considerada en el Congreso porque no se ha podido establecer el quórum suficiente para que el tema sea tratado.  Se mencionan insistentemente presiones de grupos de interés y de grandes corporaciones que no estarían interesadas en que las cosas cambien.  Uno de los factores es el alto costo que tienen las medicinas en Colombia y el poder monopólico que estarían ejerciendo ciertas empresas. 

No es agradable mencionar estas cosas con un gobierno que en ocasiones se ha mostrado proclive a mediar en los problemas haciendo uso del diálogo y el forjamiento de consensos.  Pero existen intereses políticos adversos, que saben que el año electoral crea ambientes propicios para establecer condiciones en donde predominan los juegos de humo y espejos.

Con el grado de información pública respecto a la salud, es difícil establecer parámetros confiables que de manera empírica y verificable, permitan establecer las condiciones de la red hospitalaria y su desempeño en el futuro inmediato.  No obstante, los llamados de atención se están haciendo persistentes.  Nadie desea un colapso de esa vital red de servicios.  Eso, de nuevo, perjudicaría a los sectores más vulnerables para quienes el tema se constituye, estrictamente, de vida o muerte.  

El gobierno debe abordar el problema de la red hospitalaria de manera apremiante.  Cada día de retraso está aumentando las vidas a proteger, los costos y el desgaste político.  Se deben establecer prioridades y ejercitar la autoridad ante lo que sería el “legalismo extremo” de abogados y la “parsimonia retardataria” de legisladores.

*Ph.D. University of Pittsburgh/Harvard. Profesor de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario.