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Colombia: a descertificar a los consumidores

Cuando Trump amenaza a Colombia con descertificarla viola un principio del derecho internacional público denominado “soberanía y autodeterminación de los pueblos” que no admite afectación.

Germán Calderón España, Germán Calderón España
19 de septiembre de 2017

La justicia colombiana es objeto de una descarada colonización por parte de los Estados Unidos de América porque no se mueve ni un dedo hasta que la DEA trace la línea en los procesos judiciales contra exmagistrados de altas cortes, fiscales, congresistas y demás parroquianos que se encuentren mal parqueados o en el “lugar equivocado” como en el famoso comercial de “Ricardooo Jorgeee…”.

Basta con imaginarnos la forma como desde el búnker de Washington o de Miami se plantea la política criminal de nuestro país: “desengaveten el proceso que desde hace 15 años se le inició a fulano”, “pónganle una trampa al fiscal anticorrupción con tres mil dólares”, “chucen a todo el mundo indiscriminadamente”, y por qué no: “extraditen a unos exmagistrados”.

La ola anticorrupción es ineludible, como también lo era desde hace muchos años. Sin embargo, nos preguntamos los colombianos: ¿Sin la intervención de la DEA, la Fiscalía General de la Nación por su propia cuenta habría descubierto lo que de tiempo atrás se percibía? ¿Sin las directrices y pesquisas de la justicia gringa sabríamos que hay magistrados malos y perversos en el manejo judicial, algunos condenando a los inocentes y otros liberando a los responsables?.

A la ausencia de autonomía e independencia en la rama judicial colombiana se le suma el irrespeto por la soberanía nacional frente a la política de drogas.

Así mismo, como lo que está sucediendo con las investigaciones, capturas, espectáculos circenses y demás golpes de opinión del aparato penal acusatorio del país, por cuenta de las órdenes imperialistas, la concordia nacional y la dignidad popular están siendo atropelladas por el deseo despótico de Trump, quien a la ligera piensa descertificar a Colombia.

El gobierno colombiano debería pensar en descertificar a Estados Unidos por no controlar el consumo desenfrenado de “drogas” en todos los niveles de la sociedad yanqui y meter a Trump en la misma olla en la que meteríamos a Maduro.

Colombia ha dado todo en la lucha contra las drogas y Estados Unidos ha puesto los dólares, no para remediar el problema, sino para agravarlo. A medida que atacamos el cultivo disparamos el dólar.

Cuando Trump amenaza a Colombia con descertificarla viola un principio del derecho internacional público denominado “soberanía y autodeterminación de los pueblos” que no admite afectación. No podemos permitir que se nos vulnere este concepto menos cuando no se conocen las causas del problema, que en Colombia son la pobreza extrema, la falta de empleo digno, la negación de los servicios de salud a la familia y la mínima posibilidad de satisfacer las necesidades básicas.

El papa, los expertos en pobreza y desnutrición, los políticos, la justicia, todos han diagnosticado la guerra y las drogas, flagelos resultantes de la ausencia de Estado en la totalidad del territorio nacional, al punto que pronostican la repetición de la violencia si no se toman los correctivos que erradiquen en forma definitiva sus causas.

De modo que no es de recibo las palabras de Trump, quien sin fundamento emite su veredicto a un país aliado, a una colonia judicial y a un contenedor de la mancha pseudo-socialista que invade el continente.

El camino hacia una salida que nos ponga en igualdad de condiciones ha sido puesto sobre la mesa en diferentes escenarios por Santos para buscar otras alternativas, entre ellas, la implementación de planes de sustitución de cultivos ilícitos, erradicación voluntaria, y un enfoque diferenciado en esta lucha apuntando a la legalización de las drogas a nivel mundial.

Como lo dice Naoko Ishii, proambientalista, "el nuevo enfoque... busca una solución integral que le preste mayor atención a la calidad humana, al bienestar social y al desarrollo sostenible, especialmente para favorecer a aquellas comunidades afectadas por la guerra."

Ojalá Trump entienda este enfoque.

(*) Gutiérrez Morad & Calderón España – Abogados Constitucionalistas.