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¿Como Frankenstein?

El próximo 11 de marzo, dos siglos después de publicada la novela, el partido del senador Uribe, los amigos del exprocurador Alejandro Ordóñez y Marta Lucía Ramírez construirán su propio Frankenstein. Surge de la aplicación que estos dirigentes políticos hacen de la misma receta utilizada en la novela: con partes y votos de distintos cuerpos están construyendo uno nuevo.

Álvaro Jiménez M, Álvaro Jiménez M
26 de febrero de 2018

Frankenstein, la novela que ilustra la ambición individual, el afán de superar a Dios en la creación de vida y la ilusión transformada en pesadilla, cumple 200 años de publicada.

En el texto, el científico Víctor Frankenstein decide a partir de pedazos de cuerpos humanos crear una nueva criatura. Cada intento, cada fracaso le exige nuevos pedazos de cuerpos diferentes, una mano allí, una cabeza allá, una pierna y un muslo de diferente origen hasta que logra su cometido: le da vida a un engendro y le pone como nombre su propio apellido: Frankenstein.

Escuchar la palabra Frankenstein remitía a sensaciones de miedo, terror, noches oscuras, tormentosas. Nada que merezca o se quiera recordar.

El próximo 11 de marzo, dos siglos después de publicada la novela, el partido del senador Álvaro Uribe, los amigos del exprocurador Alejandro Ordóñez conocido en Bucaramanga en sus años mozos como el “quemalibros” y, Marta Lucía Ramírez a quien descubrimos los colombianos en comerciales de televisión como la diosa Juno y luego como activa del pastranismo dentro del Partido Conservador, construirán su propio Frankenstein.

No se trata de ser ofensivo con esta afirmación. Surge de la aplicación que estos dirigentes políticos hacen de la misma receta utilizada en la novela: con partes y votos de distintos cuerpos están construyendo uno nuevo.

Le darán vida, lo animarán y en mayo, para la primera vuelta presidencial será presentado como el nuevo y único candidato o candidata: la suma de todos.

Todos los saberes, intereses, ambiciones, fealdades y votos encapsulados en un solo cuerpo.

¿Qué tanto tendrá de Uribe el Frankenstein local? Depende de Iván Duque.

¿Qué tanto de Andrés Pastrana? Sabrá Marta Lucía.

¿Qué tanto de Alejandro Ordóñez?

¿Cuántas partes pondrá a la creatura posconsulta del 11 de marzo, José Galat, el rector de la Universidad Gran Colombia?

Él o la elegida, ha de requerir sus luces. No hay que olvidar que hace pocos meses Galat nos iluminó diciendo que Jorge Bergoglio, el Papa Francisco, es el falso profeta que como estaba previsto desde hace 2000 años vendría antes que el Anticristo.

El interrogante es si la criatura de estos líderes, quedará suficientemente animada, y luego del 12 de marzo logrará enamorar al país o lo espantará, como el engendro de la novela de Mary Shelley.

De ser lo primero las posibilidades de victoria retornarán al que dijo Uribe y muchos pragmáticos de la politiquería acudirán a Vargas Lleras para frenar la venganza del engendro “pastranordóñezuribista”.

De ser lo segundo, esto es, que el terror que representa el engendro nos asuste, el país podría petrificarse.

¡Pronto sabremos!

Adenda: El control territorial y el monopolio de las armas en manos del Estado continúan siendo una quimera de los colombianos. Varios indicadores de violencia estén al alza.

Regresar al pasado luego del bajonazo de la violencia en los últimos cuatro años es más que una torpeza. Es una estupidez.

@alvarojimenezmi

@ajimillan@gmail.com

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