Home

Opinión

Artículo

OPINIÓN

Trompada viene, Trump-ada va

¿Por qué la amenaza de Trump es tan negativa? Porque esta hecha para marcar la ruta de la región y dejar claro que la situación se resolverá al modo y bajo la orientación estadounidense.

Álvaro Jiménez M, Álvaro Jiménez M
14 de agosto de 2017

Y pasó lo que muchos temíamos que pasara. El presidente de los Estados Unidos amenazó con atacar militarmente a Venezuela.

La declaración de Trump alborotó los ánimos a uno y otro lado de “la raya” -como se conoce al límite entre Paraguachón del lado de Maicao en Colombia y Guarero en La Guajira venezolana - y los alborotó porque con su payasada recrea los tiempos de la guerra fría en América del Sur.

Mensaje simple: si vas a instaurar un régimen socialista a partir de la democracia en tu país te aplasto como a Allende en Chile.

La puso fácil para Maduro. Ahora puede decirle a los suyos que ahí está el gran lobo, que el jefe de la manada amenaza a Venezuela con su hocico blanquecino y babeante afirmando que le daría un zarpazo.

¿Va a ocurrir? Altamente improbable, pero el hecho de que lo diga crea una situación compleja para los convencidos de que la fuerza no es el camino, ni para Venezuela ni para nadie.

Si es improbable que ocurra, ¿por qué la amenaza de Trump es tan negativa?

Porque está hecha para marcar la ruta de la región y dejar claro que la situación se resolverá al modo y bajo la orientación estadounidense.

Ya lo dijo nuestro presidente “Nosotros respaldamos las medidas que ha tomado el Gobierno norteamericano y respaldamos medidas adicionales, pero siempre buscando una salida, ojalá negociada, pero sobre todo pacífica”

Logrado el objetivo.

La declaración amenazante de Trump nos hizo más dependientes aún, en política regional.

Adiós Unasur y ambiciones regionales de política autónoma.

Cómo diría Chávez: “Por ahora”, la oposición venezolana expresada en la MUD, ha rechazado la frase de Trump, al igual que lo han hecho varios presidentes de la región entre ellos el más claro y destacado en su declaración, nuestro nobel de paz.

Pero debemos ser claros. Muchos opositores en Colombia andan felices pues encontraron quién les haga el favor de matar a Maduro para que de esa manera se acabe el chavismo o la posibilidad de que impere el castrochavismo en la región y en el país.

Señores: lo que sigue es un agravamiento del “problema” de Venezuela y no hay solución rápida.

El paso declarativo dado por el Gobierno de los Estados Unidos define el problema principal de la región y Juan Manuel Santos ha definido ser su aliado principal en este teatro.

Adiós democracia profunda y ambición de paz territorial señores.

Los esfuerzos centrales de nuestra economía, de nuestra política interna y de nuestras Fuerzas Armadas entran en modo Venezuela.

Para lo que se viene en 2018, los líderes económicos del país, los líderes políticos y los líderes sociales y comunitarios deben ser conscientes que el próximo presidente de los colombianos tendrá como tarea de primer orden el tema de Venezuela. De este tenor es el asunto.

Maduro y su Gobierno son el problema en la región, dijeron Trump y Pence. Santos coincide con ello y heredará al siguiente presidente la condición de ser garantes para que el modelo de democracia y economía norteamericanas sean los que se preserven.

¿Alguien duda que esa será la tarea principal del próximo presidente?

@alvarojimenezmi
ajimillan@gmail.com