OPINIÓN

Actos de valor y crisis de confianza

En 1977 los Estados Unidos devolvieron a Panamá el canal, gracias a la renuncia condicional de los derechos de Colombia sobre el mismo. Fueron actos de valor de tres mandatarios: López Michelsen fue tildado de traidor, Torrijos de entreguista y Carter enfrentó una crisis de confianza, que amenazó a la democracia norteamericana.

Juliana Londoño, Juliana Londoño
2 de octubre de 2017

Hace cuarenta años, en septiembre de 1977, se produjo un acontecimiento de repercusión mundial: mediante el tratado Torrijos-Carter los Estados Unidos devolvieron a Panamá el control y la soberanía sobre el canal y sus áreas adyacentes.
Fue un acto de valor del presidente Carter que en contra de la opinión de sus jefes militares y de un importante grupo de congresistas, firmó el tratado. Esta decisión, así como el fallido rescate de los rehenes norteamericanos en la embajada en Teherán; el retiro del apoyo al dictador Somoza que aseguró la consolidación del sandinismo en Nicaragua; y la caída del Shah de Irán con el consiguiente ascenso de los ayatolas, le generaron gran impopularidad dentro de los Estados Unidos.

Pero Carter se la jugó también con los acuerdos de paz entre Israel y Egipto en 1980, que causaron el boicot de las exportaciones de petróleo por los países árabes con el consiguiente aumento del precio de la gasolina. La medida se anunció, no solo contra los Estados Unidos, sino contra las naciones que colaboraran con la implementación de los acuerdos. Colombia, no obstante su condición de país importador de petróleo, asumió el riesgo y envió un batallón a la península del Sinaí para contribuir a la verificación del cumplimiento de los acuerdos.

Estas acciones en el campo de la política exterior le implicaron al mandatario norteamericano una estruendosa derrota cuando buscó su reelección. Ronald Reagan fue elegido presidente.

La contraparte de Carter, el jefe de Gobierno de Panamá, general Omar Torrijos, a pesar de haber logrado la devolución del canal y de la zona a los panameños, se enfrentó a una vigorosa oposición interna que consideró que había sido débil y timorato con los Estados Unidos.

Alfonso López Michelsen, en ese entonces presidente de Colombia, también en un acto de valor político, que le ocasionó serios problemas internos en el país, desde marzo de 1975 había renunciado condicionalmente a los derechos de Colombia sobre el canal de Panamá, consagrados en el tratado Urrutia-Thomson de 1914. Esa decisión hizo posible la celebración del tratado Torrijos-Carter y la devolución del canal a Panamá. Panamá tiempo después devolvería a Colombia los derechos canaleros en el tratado de Montería.

Carter tiempo después, el 15 de Julio de 1979, atacado por sus actuaciones en política exterior y con una opinión pública escéptica y desmoralizada, leyó un emotivo discurso en el que expresó:

“Quiero hablar con ustedes ahora sobre una amenaza fundamental para la democracia de los Estados Unidos. . . Se trata de una crisis de confianza. Es una crisis que golpea el corazón, el alma y el espíritu de nuestra voluntad nacional. Podemos ver esta crisis en la creciente duda sobre el significado de nuestras propias vidas y en la pérdida de la unidad de propósito para nuestra nación...”

Las crisis de confianza frente a las instituciones y a los tres poderes, entran a los Estados sigilosamente por debajo de la puerta y son graves amenazas contra la democracia: tenemos que estar prevenidos…

(*) Profesor de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario.

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