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La puerta del horno

Pueden pasar entre seis semanas y dos meses antes de que se inicien las votaciones para elegir fiscal general. El candidato más perjudicado con la demora va a ser el imbatible Néstor Humberto.

Daniel Coronell, Daniel Coronell
30 de abril de 2016

Con tantos poderes a su favor es casi imposible perder la carrera por la Fiscalía pero Néstor Humberto Martínez lo puede lograr. En un espectáculo jamás presenciado de contorsionismo político Néstor Humberto logró convertirse al mismo tiempo en el candidato favorito de Juan Manuel Santos y de Álvaro Uribe, de Germán Vargas Lleras y del procurador Alejandro Ordóñez. Es también la carta preferida de los grupos económicos, de los terratenientes que no quieren devolver los baldíos, de las compañías mineras y de varios de los opinadores más influyentes de Colombia, entre otros.

Semejante concentración de fuerzas estuvo apoyada, además, por un año de incesante lobby, de desayunos de tamal con chocolate y cenas de langostinos bañados en whisky.

Nada podía fallar. Néstor Humberto empezó su campaña cuando era superministro de la Presidencia cortejando el apoyo del magistrado Leonidas Bustos entonces presidente de la Corte Suprema de Justicia, el tribunal elector del fiscal general.

Los detalles están en una columna de mayo del año pasado llamada “Minbrassier”. El superministro acudió al Congreso para meter la cucharada en el proyecto de equilibrio de poderes y granjearse la simpatía de los magistrados pensando únicamente en su futura aspiración a la Fiscalía. (Ver vínculo)

Descubierto en la maniobra intentó –como es su costumbre- negar los hechos. Negó, entre otras cosas, que se hubiera reunido con Bustos antes de ir a la crucial sesión del Congreso. Todo quedó en evidencia en una entrevista a la W Radio que debería hacer parte de los clásicos del humor político. (Ver video)

Unos días después Néstor Humberto negó por la mañana que estuviera contemplando su renuncia. Por la tarde la presentó. Eso sí negando –nuevamente- que aspirar a la Fiscalía General estuviera entre sus planes: “Ese tema no está en mi agenda, no lo he mencionado con el Presidente de la República y, como lo he dicho varias veces, sería irrespetuoso de mi parte siquiera osar esa circunstancia porque no son los tiempos para eso”. Un buen resumen está en el portal noticioso Pulzo. (Ver vínculo)

Y aquí estamos un año después con Néstor Humberto encabezando las preferencias para convertirse en Fiscal General y con el entonces presidente de la Corte Suprema de Justicia, Leonidas Bustos, actuando como su jefe de debate.

La estrategia elaborada con el minucioso cálculo que el Coyote de los dibujos animados aplicaba a sus planes para capturar al correcaminos, debía desembocar en una elección rápida en la Corte Suprema. La semana pasada se hablaba de un veloz pupitrazo sin audiencias a los candidatos, que debería producirse en estos días.

Sin embargo, Néstor Humberto empieza a convertirse en un ganador demorado. Su planeada proclamación no va ya por la autopista 4G -que él había previsto- sino por el lento y tortuoso camino de herradura de las decisiones de la Corte.

La primera sesión para hablar de la elección de Fiscal está citada para dentro de dos semanas con el propósito de estudiar los eventuales impedimentos de los magistrados. Dos semanas después oirán al fiscal encargado entregando un balance del estado de la entidad. La siguiente sesión será para que los tres aspirantes puedan exponer sus planes de administración y respondan preguntas de los magistrados. Solo después de todo eso, se procederá a la elección que puede tomar varias sesiones.

Es otras palabras, pueden pasar entre seis semanas y dos meses antes de que se inicien las votaciones para elegir fiscal general. El candidato más perjudicado con la demora va a ser el imbatible Néstor Humberto.

Por un lado porque con el paso de los días va siendo más claro que si se convirtiera en fiscal sería un conflicto de intereses ambulante. Y por otro porque la delantera lograda en un año de campaña se empieza a diluir ahora que tiene contendores activos

Hoy todavía tiene todas las ventajas pero las elecciones de fiscal tienden a dar sorpresas. Sería toda una poesía si uno de los correcaminos le gana al coyote.

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