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¿Y los otros?

El seguimiento ilegal contra el magistrado Velásquez no paró con la salida de María del Pilar Hurtado de la dirección del DAS. Había un informante del esquema de seguridad del funcionario judicial que siguió suministrando información al gobierno.

Daniel Coronell, Daniel Coronell
4 de abril de 2015

Ni actuó sola, ni lo hizo por su propia cuenta. María del Pilar Hurtado, encontrada culpable por la Corte Suprema de Justicia, no puede convertirse en el chivo expiatorio de los abusos ordenados desde la Casa de Nariño. La Justicia tiene la obligación de establecer lo que pasó en el DAS antes de su llegada a la dirección en agosto 30 de 2007 y después de su partida el 23 de octubre de 2008.

Por lo demás, los mismos testimonios que han servido como evidencia para condenarla a ella, muestran la participación de otros funcionarios y contratistas de la Presidencia de la República en la recepción de información obtenida ilegalmente y en el uso tergiversado de ella en campañas de descrédito contra jueces, opositores y periodistas.

Entre los mencionados por los testigos están José Obdulio Gaviria, César Mauricio Velásquez y Edmundo del Castillo.

La directora de operaciones de inteligencia del DAS, Martha Leal, aseguró ante la Justicia que el secretario jurídico de la Presidencia inició los contactos con el capo Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna, para desacreditar al investigador de la parapolítica: “Una noche que subí al despacho de la doctora María del Pilar para entregar unos documentos, ella se encontraba de salida y estaba preocupada e insegura de asistir a una reunión, yo le pregunté de qué se trataba y ella me comentó que el doctor Edmundo del Castillo la había llamado para que ella asistiera a una reunión que se iba a llevar a cabo en el apartamento del exgobernador del Cauca, Juan José Chaux, hasta donde tengo entendido ubicado en el norte de Bogotá y en donde al parecer iban a asistir Diego Álvarez y alias Job. Yo le dije a la doctora María del Pilar en ese momento que a mí no me parecía que ella debería de asistir a ese lugar, mucho menos pensando en el cargo que ella ostentaba como directora del DAS. Mi preocupación era que su presencia iba a ser altamente notoria y tenía el temor de que Diego Álvarez grabara esa reunión”. (Ver declaración de Martha Leal)

En esa reunión, que antecedió a la de la ‘Casa de Nari’, Edmundo del Castillo se comprometió a entregar equipos de grabación de inteligencia al abogado de Berna para tender una celada al magistrado auxiliar Iván Velásquez, principal investigador de la parapolítica.

El seguimiento ilegal contra el magistrado Velásquez no paró con la salida de María del Pilar Hurtado de la dirección del DAS. Había un informante dentro del esquema de protección del funcionario judicial que siguió suministrando información al gobierno después del retiro de Hurtado de la dirección del DAS.

El capitán Fernando Tabares, quien fuera director de inteligencia, declaró sobre esa operación ilegal: “Es importante también aclarar que no solamente la doctora María del Pilar conoció y llevó a la Casa de Nariño información suministrada por esta fuente, sino que también los doctores Joaquín Polo y Felipe Muñoz conocieron de esta fuente y llevaron información suministrada por esta fuente a la Casa de Nariño”. (Ver declaración de Fernando Tabares)

Con relación a una operación de desprestigio de la Corte Suprema de Justicia, Tabares afirma que los partícipes de la reunión fueron varios: “Allí se encontraban presentes el doctor Bernardo Moreno, el doctor Jorge Mario Eastman, los funcionarios del DAS que ya mencioné, el doctor José Obdulio Gaviria que entraba y salía constantemente, y había como dos o tres personas que no participaron de esa reunión pero que estaban en un rincón de la oficina”. (Ver declaración de Fernando Tabares)

El capitán Jorge Lagos, director de contrainteligencia, estuvo en otra reunión con altos funcionarios de Palacio con el mismo propósito: “El doctor César Mauricio Velásquez, llamó al doctor José Obdulio Gaviria, a los pocos minutos llegó, nos sentamos a una mesa dentro de la oficina del doctor Velásquez, le hice los mismos comentarios dados al doctor César Mauricio y el doctor José Obdulio me pidió copia tanto del logo como del listado de  las personas que habían viajado, me retiré de la oficina del doctor César Mauricio, y me comentó que cualquier situación al respecto lo mantuviera informado”. (Ver declaración de Jorge Lagos)

Las condenas a María del Pilar Hurtado y Moreno no son el punto final de este caso.