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Así fue la comida entre Uribe y Pastrana

“Oístes, la próxima comida la hacemos donde mi hermano santiago: ¡él arma hasta cenas!”

Daniel Samper Ospina, Daniel Samper Ospina
1 de febrero de 2014

Oístes, Andrés, qué delicia de comida.

- ¿Quiere más remolacha, presidente Uribe?

- Otra pregunta, amigo. Otra pregunta.

- Mi hermano Juan Carlos pensaba hacer una ensalada, pero como tenía tomate podía ser incómodo para usted…

Pero esta torta está deliciosa… Partí vos las tajadas…

- He debido invitar a Juan Hernández…

- Entonces vení y yo las parto …

- Hola, lindos esos Crocs…

- A tus órdenes, presidente Pastrana.

- ¿Y no le da frío sin medias?

- Oístes: ¡están buenos los huevos de tu hermano!

- Para que le cuente a José Obdulio que él sí tiene huevos.

- Ve, y hablando de eso, ¿qué significa eso que dijistes alguna vez de que José Obdulio es il consiglieri?

- Jeje… ejem… son cosas que hay que dejar en el pasado… Bien visto, cualquiera puede tener un primo mafioso… hasta nosotros, los Pastrana, que somos gente divinamente… Usted se recuerda, presidente Uribe, de mi primo Gustavo, a quien detuvieron en Miami…

- No, no: es que no sé qué es consiglieri, soy muy ‘montañeri’: ¿qué significa?

- La verdad, verdad: yo tampoco sé, no hablo francés. Mi hermano Juan Carlos me dictó esa expresión. Ahora cuando regrese con la cámara de fotos le preguntamos.

- Oístes, para devolver atenciones, la próxima comida la hacemos donde mi hermano Santiago: ¡él arma hasta cenas! Pasame más frisoles, home…

- No son fríjoles, presidente Uribe: son lentejas. En mi gobierno aprendí a servir lentejas, como usted se recuerda…

- Oístes, esta carne está blandita y sin nervios: me recuerda a Santos…

- ¡Ni me hable de Santos, que le entregó el país a la guerrilla! ¡Y sin despejes! ¡Es el colmo!

- ¡Y además compra congresistas, el muy copietas!

- Como yo siempre digo y usted se recuerda: a mí podrán decirme bruto y olvidadizo…

- Yo nunca te he dicho olvidadizo…

- Pero… pero… ¿qué era lo que iba a decir?

- Que vos sos olvidadizo…

- Eso, pero yo nunca negocié con terroristas: solo con la guerrilla.

- Y yo tampoco: solo con los paras.

¿Dónde andará mi hermano? Esta silla vacía me produce un déjà vu, o como se diga: no hablo brasilero.

- Ya debe venir. Mientras pasame esos huesitos y esas carnitas.

- ¿Quiere repetir?

- ¡Y por tercera vez!

- Jejeje: usted tiene más apetito que los de Dragacol. Pruebe esta mermelada.

- Ve, Andriu, papá, necesitamos retomar el rumbo, este gobierno es muy malo…

- Sí, presidente Uribe: y tiene muy malos funcionarios… Qué tal ese Angelino.

- O esa Cecilia Álvarez.

- O ese Cárdenas.

- ¡O ese Santos! ¡Gente a la que uno jamás habría nombrado!

- Por eso necesitamos retomar el Rambo, presidente Uribe, como usted dice.

- El rumbo, Andriu: el rumbo.

- Eso.

- Pasame los granos…

- ¿Le gustan los granos? He debido invitar a Valencia Cossio.

- Esperate caguanizo acá el arroz, para que me quepan en el plato…

- Oiga, presidente Uribe: ¿y si para tener juego lanzamos a Pacho a la Alcaldía? Cualquiera puede ser alcalde de Bogotá. Moreno, Petro…

- ¡Hasta yo pude!

- No sé: Pacho sirve de fórmula vicepresidencial por su arrastre: se deja arrastrar por el que sea. Pero necesitamos es la Presidencia, home, Andriu, y yo puse a Óscar Iván Zuluaga y ese muchacho no me arranca: parece esfuercito de caballo discapacitado.

- Óscar Iván, Óscar Iván… no me suena. ¿Es baladista? A mí me gustan los actores. Yo escribí el prólogo del libro de Fernando Allende.

- No, home: es mi candidato. Fue mi ministro de Hacienda…

- ¿Como Vargas Lleras?

- Ese era de Vivienda.

- ¿Luego hacienda y vivienda no es lo mismo?

- Oístes: puse a Óscar Iván, pero no lo reconoce es nadies. Ayer llegamos a la sede del partido y le pidieron la cédula para darle ficha de visitante. Y el portero de su edificio siempre lo tranca y le pregunta que a qué piso va. Eso no despegó.

- Pero tenga fe: yo me recuerdo que cuando yo era presidente y viajaba a Europa, a veces los aviones también se demoraban en despegar. Pero despegaban...

- Oístes, pero es que en las manifestaciones de Óscar Iván asustan… ¿Vos sabés cómo se ve una plaza vacía-vacía, un galpón desocupado?

- Bueno: una vez me hicieron un tac…

- … Óscar Iván arruga ese entrecejo y lanza teorías económicas: ¡y la gente no quiere oír cosas profundas!

- ¿Me está sugiriendo que me lance?

- ¡No!… Necesitamos un Frankenstein, un candidato que reúna las mejores partes de todos…

- ¿Por ejemplo?

- Alguien obediente, pero que tenga el poder de síntesis de Mockus…

- Y la lucidez de Noemí…

- Y el pelo de mi canciller, Jaime Bermúdez…

- Y la nariz de Juan Lozano…

- Eso, pero quién…

- ¡Marta Lucía!

- ¡Marta Lucía!

- ¡Eso! ¡Subámosla!

- ¡Sí! ¡Salud! ¡Brindemos!

- Pero con agua, que se me sale el diablo…

- Cuando dije que usted era paraco y del cartel de Medellín no lo decía en serio.

- Yo sé, parce, tranquilo: y cuando yo dije que vos eras bobo, tampoco.

- Yo siempre lo he admirado.

- Y yo a vos, papá.

- Tenemos que vernos más seguido, sacar a Santiago y a Tomás para que jueguen en el parque.

- O en una zonita franca.

- Y almorzar: queremos invitarlos al Country.

- ¡Y nosotros al Ubérrimo!

- ¡Y nosotros a Ralito!

- ¡Y nosotros al Caguán!

- Ve, dónde queda el baño: ¿o puedo hacer en esa matera?

- Ya llegó mi hermano con la cámara: ¡sonría, presidente Uribe, diga cheese! O como se diga: no hablo italiano.

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