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Nombren a Santos gerente del NO

Si el doctor Uribe quiere repuntar en las encuestas, debe nombrar a alguien que de verdad ofrezca resultados al No: Santos.

Daniel Samper Ospina, Daniel Samper Ospina
17 de septiembre de 2016

Tengo un cajón en el que guardo como tesoros los recortes de humor involuntario que recojo del periódico: noticias insólitas o absurdas que solo suceden en Colombia, y que proliferan en medio de las páginas de los diarios casi tanto como los sombreros de terciopelo en el clóset de Abelardo de la Espriella: solo en Colombia puede suceder que Millonarios, por ejemplo, equipo del cual estupefacientes fue accionista hasta hace poco, contrate a un director técnico de apellido Cocca: ¿la Fiscalía piensa quedarse con los brazos cruzados? ¿Con cuántas líneas le gustará jugar a Cocca?

Sin embargo, de los titulares asombrosos que abundan por estos días en la prensa nacional, ninguno llamó tanto mi atención como aquel que informaba hace un par de semanas que Juan Carlos Vélez Uribe fue nombrado gerente del No. Todavía intento digerir la noticia: ¿cuáles méritos profesionales se requieren para ostentar semejante título? ¿Qué debe haber estudiado uno? ¿Cómo son las tarjetas profesionales del señor Vélez? Y, en especial, ¿cómo lo eligen? ¿A través de una agencia cazatalentos?

– Buscamos un gerente del No, es urgente…

– ¿Qué tal Fernando Vallejo?

– No, muy optimista…

– ¿Y Antonio Caballero?

– No, muy ingenuo.

– Acá hay alguien que le dijo No al padre en su matrimonio…

– Me gusta…¿es político?

– No.

– Entonces no.

– ¿No?

– ¡No!

– Necesitamos alguien que de verdad encarne los valores del No…

– ¿Y qué tal Uribe?

– ¿Él tiene experiencias en temas del No?

– Pues es un líder negativo…

Primera paradoja: un verdadero gerente del No, me refiero a un gerente que lleve el No en la sangre, no acepta el puesto: dar el Sí lo desacreditaría para el cargo.

Quizás por eso la agencia cazatalentos no fue particularmente exigente en su desempeño, y asignaron para tan digna y noble gerencia al primero que la aceptara: el doctor Juan Carlos Vélez Uribe: un hombre de tan mediocre convocatoria que, aun apellidándose como se apellida, no consiguió ser alcalde de la muy uribista ciudad de Medellín, y cuyo paso por el Senado se recuerda, antes que nada, por un escándalo de plagio protagonizado por su equipo de trabajo. Como su propio nombre, que parece un plagio a su patrón: tan triste como si un abyecto amanuense de Vargas Lleras se apellidara Lleras Vargas.

Yo sé que encontrar un buen gerente para la campaña del No era un reto exigente. Con méritos sobrados, el mismo Germán Vargas lo es del Tal vez; Mauricio Cárdenas, del No responde y Andrés Pastrana, del No sabe. De hecho, resulta fácil imaginar cómo será la reunión que pretende sostener con Timochenko para que el jefe guerrillero le despeje dudas sobre el acuerdo:

–Señor Timochenko, mi duda sobre este numeral, jejeje.

– ¿Sobre el dos, doctor Pastrana?

– ¿Ese es el dos?

– Sí.

– ¿El que es como un pato?

– Correcto.

– Esa era mi duda, gracias: es que lo confundo con el cinco, que tiene la misma forma.

Pero el nombramiento de Vélez Uribe deja mucho qué desear, como lo demuestran las últimas encuestas. Su gestión ha consistido en hacer más de lo mismo; una copia de lo que ya han hecho antes: otro escándalo de plagio. Repetir insistentemente frases inverosímiles, como que la guerrilla no pagará penas, o que la guerrilla no entregará las armas, o que Juan Manuel Santos en realidad es el guerrillero alias Santiago y que los caddies que utiliza en el Country son su cuadrilla secreta. Insistir contra toda lógica que votar No es votar Sí, y que si gana, el No la guerrilla no volverá a las armas: se quedara esperando a que Uribe les diga qué hacer. Explotar el parecido de Martín Santos con Christian Castro, para acusarlo de castrista. Hacer fotomontajes con vallas de Timochenko como candidato presidencial, o de artistas y medallistas olímpicos con afiches por el No. E incluso convertir cualquier desmán del gobierno en munición para castigarlo en el plebiscito, así no venga a colación: ¿quiere que suban impuestos? Vote No. ¿Quiere que eduquen a sus hijos con cartillas en que dos homosexuales belgas se tocan? Vote No. ¿Quiere que Santos vuelva a posar en calzoncillos en una casa de interés social? Vote No.

Pero, a la luz de los resultados, la guerra sucia no está funcionando. Y, por eso, si el doctor Uribe de verdad quiere repuntar en las encuestas, debe nombrar como comandante a alguien que de verdad ofrezca resultados a favor del No: el presidente Juan Manuel Santos. Nadie, como él, permitirá que su hijo vocifere contra su tío en nombre de la paz en las redes sociales.; ni nombrará como promotora del Sí a la única ministra que encuentra resistencia en algunos sectores (después de dar una valerosa pelea por la igualdad de derechos, eso sí); ni lanzará contraproducentes desafíos del tenor de “yo puedo decir la frase que se me dé la gana”.

Postulo, pues, su nombre. Si el uribismo quiere atajar nuestros sueños de paz, que contrate a Santos como gerente del No. Ya no es suficiente con pregonar a los gritos verdades a medias o mentiras enteras; tampoco con repetir ciegamente que las Farc se financian con Cocca. Y menos tras el nombramiento del nuevo DT de Millonarios.

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