De la Amazonia para Colombia

De mantenerse el grado de deforestación que padece actualmente la Amazonia colombiana, con seguridad la especie más afectada en el futuro cercano será el hombre. Aún hoy la Amazonia continúa siendo el ecosistema más estratégico para Colombia y para el mundo. Pero sólo el sabio aprovechamiento de los recursos que entraña la selva, preservará la región de los daños irreparables que conllevarían a su destrucción.

Como lo ha comprobado el Instituto Sinchi, vocablo quechua que significa el sabedor conocedor de plantas, durante la última década, la Amazonia se ha consolidado como la frontera de colonización más activa, amplia y extendida de que se tenga noticia en la historia del país. Este proceso ha representado la pérdida de más de 200.000 hectáreas de bosques naturales cada año, cuyo destino son los cultivos ilícitos o la praderización para mantenimiento de la ganadería.

Estos usos inadecuados del suelo, además de generar deterioro y pérdida de los recursos asociados al bosque, producen emisiones de CO2 que contribuyen al calentamiento global.

A pesar de lo anterior, la Amazonia contribuye a ser el más importante regulador del clima y de los ciclos hidrológicos en el planeta.

Para recuperar las áreas deforestadas y degradadas y garantizar al mismo tiempo la seguridad alimentaria y generar unas alternativas sostenibles y sustentables para sus pobladores, el aprovechamiento de la biodiversidad es hoy una posibilidad para lograrlo.

En este sentido el papel que cumple la investigación científica es definitivo, y más aún si incluye la participación de los pobladores de la región en la identificación de este potencial.

Para esto, el Instituto Sinchi ha identificado, junto con algunas comunidades tanto indígenas como de colonos campesinos de la Amazonia, 665 especies vegetales registradas en el Herbario Amazónico Colombiano COAH, que incluyen varias categorías de uso: alimenticias, medicinales, maderables, entre otras, cabe destacar las frutas amazónicas como el arazá, copoazú, maraco, y asaí.

Se espera que el aprovechamiento de la biodiversidad de la Amazonia, sea sostenible en lo social, ecológico, económico y político, con el fin de mantener la productividad natural de sus ecosistemas, así como construir modelos adecuados de desarrollo para los habitantes de esta región.

Se requieren acciones para que estos ecosistemas se conserven; pero también, para integrarlos a los procesos de desarrollo local, regional y nacional, sin destruirlos, puesto que son el capital natural que debe conservarse como el principio más importante de sostenibilidad de la base natural.

Reconvertir las economías ilícitas e insostenibles, se constituye en un reto para generar opciones que respondan a las necesidades de tener un ambiente sano, con unas comunidades que tengan una vida digna y que favorezcan la construcción de un país con igualdad de oportunidades para todos los colombianos

* Directora del Instituto Sinchi