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Defensa del Registrador

Si Álvaro Uribe de verdad creyera que Carlos Ariel Sánchez es un hombre turbio e inepto ya le habría dado un ministerio

Daniel Samper Ospina
20 de marzo de 2010

El presidente Uribe sugirió que el Registrador General de la Nación estaba alicorado el día de las elecciones, y yo me permito defenderlo: ¿cómo puede saber uno cuándo el Registrador está sobrio y cuándo está ebrio si todos los días habla como si estuviera borracho? ¿No vive permanentemente con una baba seca en la comisura, como si acabara de

dormir una perra? Exijo respeto para él. Nunca ha dicho algo que no parezca producto de los tragos, como para poder comparar su estado natural con su estado de embriaguez. Y nadie ha sido capaz de acercársele a los labios como para saber si tenía tufo. Por eso, reto públicamente al presidente Uribe a que lo haga: a que si es tan varón, como a él le gusta decir, se le arrime a la boca al Registrador, con el evidente riesgo de ser deglutido, para que pueda hablar con pruebas.

Reconozco que habría sido más fácil poner un humano-humano en un cargo tan importante, y no jugársela por nombrar allí a un hombre mitad humano, mitad pez. Y no lo digo por consideraciones estéticas. Se trata de simple biología: el pescado, aun en la modalidad que representa el doctor Sánchez, bebe por naturaleza. Abre la boca y bebe. Muere por la boca. Así son los de su especie.

Pero no por eso debe ser sometido a ese aguacero de críticas que tuvo que enfrentar esta semana. En este país mezquino, en lugar de valorar que un hombre con las limitaciones del doctor Ariel Sánchez se supere y llegue lejos, la opinión se burla despiadadamente de él. Bien: no seré yo quien le falte al respeto. Lo admiro y lo acompaño, y si de verdad estaba bebido, lo entiendo: ¿cómo no emborracharse, si Andrés Felipe Arias sacó un montón de votos? ¿Se imaginan un país gobernado por Ernesto Yamhure, por José Félix Lafourie, por Fernando Londoño? ¿Puede alguien soportarlo a palo seco? ¿No es triste tener que hacerle fuerza miserablemente a alguien como Noemí Sanín para que no gane el 'Pincher' Arias, que en otro país sería una caricatura?

La única noticia decente que leí esta semana fue que Arias no pudo votar por sí mismo. He sido duro crítico de él, pero esta vez reconozco con gallardía que hizo lo correcto. Lo aplaudo. Al fin hace algo sensato.

Aceptemos, en gracia de discusión, que el Registrador bebió. Y pongámonos la mano en el corazón. Miremos cómo están las cosas. En estos momentos, lo más probable es que Juan Manuel Santos gane la Presidencia de la República, aun con Angelino Garzón como vicepresidente. Yo pensé que, obedeciendo a la táctica de elegir un Vicepresidente de perfil opuesto, el doctor Santos iba a nombrar como fórmula a alguien que de verdad aportara algo de lo que él carece. Una persona leal, por ejemplo. Pero sagaz, como es, decidió usar al doctor Angelino para capturar los votos de la población de quijada protuberante, que en Colombia no es un número nada despreciable.

Bien. Miremos, ahora, cómo quedó el Congreso. No ganó Javier Hernández Bonnet, lo cual quiere decir que podrá narrar los partidos del Mundial. Se quemó el bailarín Nerú, lo cual significa que se había lanzado. El PIN, que no parece un partido sino un cartel, sacó más de 800.000 votos. Y el senador Rodrigo Lara, ahora conocido como el 'Happy' Lara, casi le pega a un celador: se quitó la chaqueta, se quitó el reloj, se cuadró frente a un pobre portero de Corferias y comenzó a calentar frente a él: a mover circularmente las paletas de la espalda, a dar brinquitos con los pies: ¿alguien puede explicarles a una persona de la ONU, a un funcionario del Departamento de Estado, que ese es un senador colombiano?

Puestas así las cosas, emborracharse me parece una salida digna. Lo que hablaría muy mal del Registrador sería haber causado semejante despelote estando sobrio.

Por eso, y a pesar de las críticas que ha recibido sin compasión, me permito reconocer que es un funcionario que no ha desviado medio centavo del presupuesto oficial para comprarse un solo chapstick o satisfacer cualquier otra necesidad personal. También admiro su persistencia. En lugar de renunciar, prometió mejorar su gestión para las elecciones presidenciales. Parece que esa vez piensa dar Sello Azul y contratar a unos músicos y unos bailarines. Ojalá se acuerde de Nerú. Ahora mismo está sin hacer nada.

Pobre Registrador. Invito a que lo traten con cariño. Es la versión colombiana de Angelina Jolie, y nada más por eso merece todo nuestro apoyo. La prueba de que es una persona honesta es que el procurador Ordóñez decidió investigarlo. El Presidente trata de sugerir que es un mal funcionario, pero lo dice porque le tiene rabia, porque el Registrador no iba a prestarse a la farsa de una tercera reelección. Si Álvaro Uribe de verdad creyera que Carlos Ariel Sánchez es un hombre turbio e inepto ya le habría dado un ministerio. Lo cual, bien mirado, no es una mala idea. Aprovecho este espacio para sugerirlo. Podría hacer una bonita pareja con Fabio Valencia Cossio, quien, por cierto, dijo que no había garantías para las próximas elecciones presidenciales: ¿Acaso lo van a poner a él de Registrador? ¿Qué hace el doctor Valencia Cossio hablando de dar garantías? Son las cosas de Fabio. Abre la boca y habla. Muere por la boca. Así son los de su especie.

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