Home

Opinión

Artículo

DIABLURAS DEL PODER

Antonio Caballero
1 de septiembre de 1997

Ahora acusan al presidente Ernesto Samper de querer controlar a su capricho la televisión. Hombre, claro: como quieren hacer todos los gobernantes del mundo. El problema que está teniendo ahora el presidente Alberto Fujimori en el Perú con su tentativa por amordazar, y aun confiscar, a Frecuencia Latina viene de ahí. Y el alboroto que se le ha armado en España al presidente José María Aznar con su ley de televisión digital y su enfrentamiento con el poderoso grupo de comunicaciones Prisa, del señor Polanco, también viene de ahí. Y el caso es el mismo, yendo al extremo, con Fidel Castro y TV Martí. O con los ayatolas iraníes, que prohíben las antenas parabólicas. Es natural: forma parte indisoluble de la naturaleza de los gobernantes. ¿Cómo no van a querer ellos controlar la televisión, si la televisión es el más poderoso medio de información (o de desinformación) que existe, y si la información (y la desinformación) representa una parte sustancial del poder? Es injusto, es indigno, es arbitrario, es todo lo que ustedes quieran: pero no se puede decir que el deseo de Samper sea monstruoso. Lo único que tiene de raro es que se haya demorado tanto en tratar de ponerlo en práctica. Y ni siquiera eso es raro en Colombia, donde nuestro espíritu leguleyo exige, no que las arbitrariedades no se cometan, sino que estén respaldadas por una ley. Así se lo escribía el vicepresidente Santander al Libertador Bolívar, en eso que llaman "los albores de nuestra nacionalidad", diciéndole: "Déme Vd. una ley, y yo hago diabluras". Samper va a hacer las suyas con la ley que le dan sus 'libertadores', así estos sean (como también es natural) a su medida: Dussán, Lucio, y Marta Catalina Daniels. Y si se demoró el presidente Samper en hacer su capricho es sólo porque su predecesor, el presidente Gaviria, había pretendido dejar su propio capricho bien amarrado para un plazo más largo que el de su propio cuatrienio, rompiendo así _arbitrariamente_ la tradición de que "cada alcalde manda en su año". Pues no fue menos arbitrario, ni tampoco más, el reparto de las tajadas de la televisión que hizo Gaviria entre los gaviristas y quiere hacer ahora Samper entre los samperistas. Sin olvidar, de pasada (pero estas cosas tienden a olvidarse con gran facilidad), que el reparto gavirista de los noticieros de la televisión incluyó a los samperistas. Este noticiero QAP contra el cual parece ir dirigida con nombre propio la nueva barajada de las cartas era hace seis años justamente el noticiero que entonces le correspondió a Samper: el de su íntimo amigo (y hoy embajador) Julio Andrés Camacho, el de las mejores amigas, 'las Marías', de la entonces precandidata a primera dama, el de Enrique Santos Calderón y Gabriel García Márquez, por aquella época muy cercanos al actual Presidente. Gaviria otorgó, entre otros, un noticiero samperista siguiendo la tradición salomónica iniciada por Belisario Betancur cuando descuartizó el niño para darle una presa al lopismo (la familia López), otra al alvarismo (la familia Gómez), otra al pastranismo (la familia Pastrana), y otra más al turbayismo (la familia Turbay). ¿Por qué no va a seguir también Samper ahora la tradición del descuartizamiento?Porque no hay duda de que los que ahora protestan por la arbitrariedad de Samper saben perfectamente que la adjudicación que los favoreció a ellos hace seis años era igualmente arbitraria. Tienen razón, claro está, cuando claman porque tales cosas no se hagan a dedo. Pero ¿en qué se diferencia el dedo de Samper del dedo de Gaviria? (¿O del de cualquiera de sus predecesores, desde que la televisión existe?). Y ¿qué les hace pensar que, dado que la arbitrariedad es obviamente la misma, es más razonable llamar 'derechos adquiridos' a los adquiridos en los últimos seis años que a los que existieron antes _aquel 'Lambicolor' de tiempos de Turbay_ o a los que puedan empezar a existir de ahora en adelante _el 'Neolambicolor' que sin duda preparan los nuevos favoritos de Samper_¿Y qué les hace esperar que Samper, al que a diario califican de malo, va a ser el primer bueno de la historia?Porque Ernesto Samper, en estas cosas, no es ni mejor ni peor que sus antecesores o que sus sucesores, sean los que vayan a ser: Serpa, Valdivieso o el Mono Jojoy. Es simplemente igual: un diablo en el poder. Y no existe en la historia universal ningún ejemplo de que en el poder haya estado jamás un ángel.

Noticias Destacadas