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DIALOGO DE SOCHAGOTA Y VOCACION DEL PODER

Semana
4 de julio de 1983

Recientemente en una mesa redonda llevada a cabo en la Universidad Javeriana, tuve oportunidad de referirme a algunas de mis perplejidades frente a la vida política colombiana. Decía yo, entre otras cosas, que una de las características universalmente reconocidas como esenciales de los partidos políticos--la de que éstos eran organizaciones encaminadas a capturar el poder-en Colombia no tenía validez. Así, el conservatismo, en su última convención, puesto a escoger entre un candidato que se presentaba como nacional, para un gobierno nacional, y otro tipicamente conservador, con un programa conservador para un gobierno orientado por el pensamiento conservador, no escogió a este último sino al candidato nacional. ¿Y qué pasó con el partido liberal? Dividido como estaba, va a las elecciones parlamentarias en dos grandes alas: la que comandaba el ex presidente López Michelsen y la que seguia las orientaciones del joven senador y candidato de última hora, doctor Luis Carlos Galán.
Demostrada la inmensa mayoria que el voto de los liberales concedia a la candidatura López, ¿cómo se comporta el liberalismo? Pues resuelve ir dividido a las elecciones presidenciales en las mismas dos grandes alas anteriores, más el ala del liberalismo belisarista, renunciando de esa manera a la conquista del poder.
Era lo que había hecho el partido conservador cuando descartó ir a las elecciones con un programa conservador para un gobierno conservador.
El partido liberal, al irse dividido en la forma en que lo hizo, lo que estaba era renunciando a orientar con sus ideas a través de uno de los suyos, la marcha de la sociedad y del Estado, en aras de que lo hiciera el candidato de otra agrupación política. De esta manera, si los partidos políticos son para conquistar el poder en todas partes del mundo, pareceria que en Colombia ellos son, en la coyuntura actual, para perderlo. De esa forma serían fundamentalmente, antipartidos. Es quizá algo que denuncia hasta qué grado ha llegado su crisis y de qué manera son fuertes los factores disolventes al interior de ellos mismos.
En cuanto hace al partido liberal, que ha constituido en la historia de Colombia la fuerza democrática más importante, necesitamos rescatarle su vocación de poder, para ponerla, por encima de la división que se concreta en diversos grupos, al servicio del cambio. Una revolución política económica y social se está produciendo en Colombia y sólo un partido intelectualmente lúcido podrá conquistar el poder para orientarla en beneficio de nuestra democracia política, en vez de dejarla perecer bajo el reflejo autoritario de otros partidos. Para ello necesita el partido dialogar y reflexionar en profundidad sobre el momento que atraviesa la sociedad colombiana, y la manera de afrontar, no la próxima elección de mitaca, sino los retos tremendos del futuro.
Los días 16, 17 y 18 de septiembre próximo tendrá lugar en Sochagota un encuentro de los liberales preocupados por la suerte del partido.
Durante esos días se adelantará un debate cuyo propósito será el de definir las lineas de un programa liberal moderno que pueda ser aplicado desde el gobierno, pues somos de quienes creemos que el liberalismo debe prepararse para asumir nuevamente la jefatura del Estado a partir de 1986. A dicho foro queremos que se vinculen los políticos, los intelectuales, los sindicalistas, los jóvenes, los obreros, los campesinos, en una palabra, hombres y mujeres que aspiren a que el partido liberal siga orientando a la nación. No queremos que nadie quede excluido de este diálogo. Si alguien se ausenta de él, será por su propia voluntad.
El foro, pues, no es una máquina de guerra contra nadie. De alli que no deberían utilizarse métodos de autoridad o de autoritarismo para impedirle a ningun amigo que, llevado por la fascinación intelectual que este tipo de acontecimientos ejerce sobre sus mentes inquietas, quiera participar en dicho diálogo de la inteligencia. Ese conflicto entre la inteligencia amiga del diálogo y la autoridad amiga de la disciplina, no debe presentarse en una colectividad de espiritus libres como la nuestra. Por eso desde la secretaria que compartimos con los doctores Guillermo Alberto González y Germán Mendieta invitamos a todos los liberales a participar en el diálogo de Sochagota.
Este foro ha creado una esperanza entre los liberales. Contribuyamos a que sea una realidad en el sentido de constituirse en una etapa fundamental en el camino de reactivar el partido alrededor de unas tesis modernas, aptas para construir la sociedad liberal avanzada del futuro.
No tenemos la pretensión de hacer un programa para el partido liberal, armado en la totalidad de sus piezas. Pero si de aportar importantes elementos a su formación, pues el partido necesita poner al día sus ideas, ya que es evidente que ha ido perdiendo el afecto de vastos sectores obreros, una clase que incorporó al partido la Revolución en Marcha, y de vastos sectores campesinos que vieron con la participación de liberales frustrarse en el llamado acuerdo de Chicoral el intento de Reforma Agraria. En conclusión, no puede ser más oportuna la convocatoria de este foro destinado a examinar la situación politica, económica y social del país frente a tantos fenómenos nuevos, entre los cuales debemos contar el significado que comienza a tener el gobierno del Presidente Betancur con programas de envergadura popular como la estrategia de la construcción y el programa de educación a distancia, que están creando nuevos hechos políticos. No es poca la confusión que existe en muchas mentes liberales. Por eso un evento como el que estamos proponiendo, buena falta le está haciendo al partido. -

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