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Donde el fútbol se baila

Reconquistar la identidad, reposicionarse en el concierto internacional, ganar son algunos objetivos de la Selección Colombia. Pero en la Copa América, ¿podrá cumplirlos sin un número 10?

Semana
28 de junio de 2011

“Colombia, el lugar donde el fútbol se baila”, dice una pedazo de la cuña publicitaria de una cerveza, principal patrocinador de la Selección Colombia de fútbol. Este martes debuta en la historia la Selección Femenina de fútbol en un mundial categoría mayores, esta vez en Alemania; además es inminente la participación de la sub 20 en el mundial que organizará Colombia, así como la de la mayores masculina que ya está concentrada en Santa Fe, Argentina, de cara al debut en la Copa América. El baile arrancó. Y a tres puntas. A esos jugadores, otro comercial los bautiza “Gigantes”, para después, acaso, calificarlos como fracasados si regresan con los bolsillos llenos de malos resultados. Así no más. Porque seguimos tropezando con la misma piedra, desde los medios es un acto de responsabilidad social y ética saber distinguir que no todas las victorias ni todas las derrotas deportivas son un éxito o un fracaso, según Jorge Luis Borges, dos auténticos impostores.

Si ponemos lupa en la selección mayor masculina que acaba de jugar dos partidos amistosos, uno contra la sub 22 de México y otro contra la profesional de Senegal, encuentros de mediano fuste preparatorios a la gran cita continental, que no son para analizar resultados sino la disposición, la actitud, las ganas o el orden, línea por línea, jugador por jugador, tiene proyección, velocidad y personalidad en las bandas con Pablo Armero, Camilo Zúñiga, Adrián Ramos, Dayro Moreno, por nombrar cuatro; tiene equilibrio y técnica en la mitad de la cancha con Freddy Guarín, Gustavo Bolívar, Abel Aguilar, arriba tiene hombres con olfato goleador, está Teófilo Gutiérrez, Radamel Falcao, Jackson Martínez, Hugo Rodallega.

“Colombia tiene jugadores para jugar con cualquier sistema”, declaró hace horas Abel Aguilar, mediocampista de la selección. Pero, en contravía de su filosofía histórica, juega sin un creador, un enganche, el conocido número 10, ese que teje, que hilvana, que hace la pausa y genera, que entrelaza. Que baila y hace bailar. Una apuesta tan grande como el mismo riesgo corre el DT Hernán “Bolillo” Gómez que, además, tiene otro desafío: reconquistar la identidad del fútbol colombiano, levantarse y pelear después de 13 años sin ir a un Mundial, reposicionarse (y esto no solo se logra exclusivamente con una medalla de oro) en el concierto internacional. Un duelo a espaldas de la historia, contra el destino. Pero ¿podrá hacerlo sin el clásico diez?

Otro tema es el del grupo. Puertas para adentro parece conformado, algunos son amigos, otros viejos conocidos, y otros, aportantes de su granito de arena por el objetivo común: para los que apuntan bien alto, ser campeones de la Copa América. Como Francisco Maturana, actual director de desarrollo de la Selección Colombia, a quien en los últimos entrenamientos del equipo se lo vio vestido con ropa deportiva, cerquita del DT y de Leonel Álvarez, el asistente de Bolillo Gómez. Sin embargo, Maturana, que no habla de temas futbolísticos para no interferir con el rol del DT, opina: “Mi concepto está viciado por la subjetividad y es altamente positivo: yo siempre creo en lo que quiero, y esta vez creo que Colombia puede ganar la Copa América”.

Los integrantes de la selección van encontrando la cohesión grupal dentro de la cancha, esa unión, ese sentido colectivo y ese compañerismo que son, a fin de cuentas, el motor que pone a andar la iniciativa. Aunque el talento individual rompa todo hechizo del juego entre 11 jugadores. Pero teniendo sus cimientos futbolísticos en la elaboración de juego, cuna del toque- toque, en la posesión de pelota, en la habilidad, estrategia con la cual Colombia consiguió sus mejores logros -coincidencialmente con los mismos que manejan las riendas actuales- el reto que enfrenta “Bolillo”, con un sistema novedoso y desafiante (en el buen sentido), con la convocatoria de seis delanteros, con otros más que juegan por afuera, al lado de las líneas desbordando y tirando centros, con unos volantes centrales de enorme calidad, pero sin diez, es de carácter simbólico y personal.

En la Copa América, con la presión del alto rendimiento y contra rivales de mayor envergadura, comenzará a develarse la verdad. El tiempo hablará.

*Medalla al mérito para Juri Alvear, ganadora de la medalla de oro el fin de semana pasado en la Copa Mundo de Sao Paulo en la categoría mayores y en los 70 kilogramos; para Nikolás Bedoya, quien ganó el Rally del Pacífico en Costa Rica, el piloto de Škoda abordo de un Fabia 1.6, quien obtuvo el triunfo en la categoría A6 y consiguió la tercera posición en la general; y para Gabby Chávez, patrocinada por Avianca y Comcel, quien alcanzó dos top cinco en carreras realizadas en el circuito urbano de Valencia, en España, en la categoría GP3. Y sobre el descenso de River Plate de Argentina, el más ganador del fútbol de aquel país, ¡qué golpe al mapa futbolero!, aunque es el resultado de una cadena de errores que venían de antes. Pero el mundo sigue y Matías Almeyda se pondrá el buzo de DT y River peleará por reinventarse y ascender, pero no del infierno como es considerado la B. Sino desde la dignidad de aquel que cae y se levanta. Una pena, pero a la vez una lección.

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