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Dos hermanos para dos hermanos

¿Cómo serán los avatares de las jornadas periodísticas de los Santos en ‘El Tiempo’, cuando sus hermanos aciertan o meten la pata?

Semana
26 de mayo de 2007

Como cualquier persona normal del mundo, pensé que tenía derecho de tomarme una semana larguita de vacaciones. Lo que sucedió en Colombia durante ese lapso puso el país patas arriba y acortó mis vacaciones de manera considerable.

Pero mientras aguanté por fuera del país su despelote, religiosamente seguí sus detalles a través de El Tiempo en Internet. Inevitablemente, porque los protagonistas de la semana fueron quienes fueron, se me vino a la cabeza una película de hace muchos años que, si mal no recuerdo, se tituló Doce hermanos para doce hermanas.

La razón es que en El Tiempo hay dos hermanos, primos hermanos entre sí, que a su vez tienen dos hermanos en los más altos cargos del gobierno, también primos hermanos entre sí. Los primeros dirigen el periódico. Los segundos quieren ser Presidentes de Colombia. Me pregunto cómo serán las jornadas periodísticas de los directores frente a los avatares políticos de sus hermanos, cuando aciertan o cuando meten la pata, cada vez que tienen que resolver si se dejan guiar por sus vínculos de sangre o por su misión de ser periodistas independientes.

El miércoles 16 de mayo, y debió ser bien difícil, sucedió lo segundo y no lo primero. El titular principal del periódico anunció la explosiva noticia con todas las de la ley: "Mancuso señaló a generales y a cúpula del gobierno. Habló de cinco reuniones del hoy vicepresidente Santos con jefes de las AUC y de dos del hoy mindefensa". La crónica que acompañaba el titular estaba rigurosamente detallada y era periodísticamente impecable. Incluso permitía abrir el debate de que si los dos Santos del gobierno se habían reunido con Castaño y/o Mancuso para gestionar la liberación de secuestrados o gestionar un proceso de paz, es injusto que los parlamentarios que han alegado la misma disculpa por haber firmado el pacto de Ralito estén recluidos en la Picota.

Después de eso, El Tiempo comenzó a pasar más agachado. Al día siguiente, el registro periodístico sobre las escandalosas revelaciones de Mancuso se limitó a informar en páginas interiores que el Vicepresidente le había pedido al Fiscal que lo investigara, y que el Ministro de Defensa había explicado que lo suyo no era una conspiración para tumbar a Ernesto Samper sino un plan de paz.

El miércoles 24, El Tiempo prácticamente desapareció las declaraciones del cabecilla del ELN, Pablo Beltrán, con las que la noche anterior habían abierto todos los noticieros de televisión y de radio y que incluso le dieron a El Siglo para titular en primera página. La versión de Beltrán validando las declaraciones de Mancuso sobre la supuesta conspiración de Juan Manuel, apenas apareció en El Tiempo en un recuadrito titulado "Cuestión de elites".

El jueves, el debate al ministro Santos en la Cámara de Representantes no mereció sino una notica en páginas interiores del periódico, a pesar de que una noticia sin precedentes en la historia del país, como lo es una moción de censura contra un Ministro de Defensa, ameritaba un titular en primera página. Pero, fuera de esta manito fraternal, esta vez la independencia primó sobre los lazos de sangre: el periódico no registró que la defensa del ministro Santos desbaratando el supuesto complot contra Samper fue coherente y documentada, que le puso la cara al confuso tema de las 'chuzadas' telefónicas aunque ni él mismo tiene la explicación completa de lo sucedido, y que tuvo los huevos de adelantar el debate a pesar de que apenas empezaba le reventaron dos contra su corbata Ferragamo.

El viernes, en cambio, por un tirón de orejas o una mala conciencia familiar, a cada uno de los dos Santos del gobierno le dieron media página del periódico. A Pacho, con titular en primera, magnificando unas declaraciones suyas en Estados Unidos. A Juan Manuel, haciendo un recuento tardío de su debate, que parecía redactado por él.

Es indudable, a juzgar por estos altibajos informativos, que para los dos directores Santos no debe ser nada fácil agonizar todos los días hasta altas horas de la noche ante decisiones sobre cómo cubrir el tema de sus hermanos en el gobierno, cómo titular, con qué letra, con cuáles palabras, con cuáles fotos, etcétera, etcétera. Unos días prima la mala conciencia por el deber de anteponer la independencia periodística, y otros, la mala conciencia por anteponer los vínculos familiares.

¿Cómo puede el primer periódico del país combinar la insólita circunstancia de tener como directores a dos hermanos que intentan ser buenos periodistas, que tienen dos hermanos en el gobierno que quieren ser Presidentes?

Los Santos de El Tiempo no tienen ni cinco de ganas de que esto ocurra porque les complicaría mucho más su independencia. Y los Santos del gobierno piensan que por sus vínculos de sangre, sus experiencias políticas merecen un mejor tratamiento que el que le da El Tiempo a cualquier otro de los mortales.

¿Quién resuelve este entuerto?



ENTRETANTO… ¿Qué hacemos para que finalmente metan a Paris Hilton a la cárcel y la tengan ahí el tiempo que sea necesario para que se retire del 'jet set' internacional?

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