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¿El procurador será candidato?

Alejandro Ordóñez es hoy la figura más influyente de la doctrina conservadora. ¿Cuáles serán sus aspiraciones?

Semana.Com
30 de marzo de 2015

Es raro, muy raro, el día en que Alejandro Ordóñez Maldonado pasa inadvertido. Un día se levanta indignado contra el aborto; al siguiente, vehemente en defensa del fuero militar; al otro echa chispas contra los derechos de los homosexuales. Y cotidianamente califica el proceso de paz que el Gobierno adelanta con la guerrilla de las FARC.

En todos sus argumentos exhibe orgulloso su ideario conservador, recuerda sus ancestros, su fe católica y dice que añora las buenas costumbres de las familias tradicionales. Esos actos libertarios de hoy tienen “olor putrefacto”.

Para los ciudadanos del común es difícil distinguir con claridad y precisión cuáles son las funciones del jefe del Ministerio Público. ¿Puede ejercer control sobre los empleados estatales y también sobre la vida íntima de las personas? ¿Cuáles son realmente sus atribuciones?

Sea como sea, Ordóñez se ha ganado a pulso un protagonismo en la vida política nacional como pocas figuras. Él lo sabe y por eso ahora se faja con adversarios de mayor peso. En las últimas horas tensó la cuerda al máximo nada más y nada menos que con el presidente de la República.

Después de una corta tregua, Ordóñez se declaró “perplejo” por lo que él llama salida del general Mora del equipo del Gobierno en la Mesa de Negociaciones. Santos no pudo más y alzó la voz para decirle que no hiciera política con la paz.  “Señor presidente Juan Manuel Santos, le reitero: serénese. El proceso de paz no está por encima de la Constitución ni el presidente por encima de la ley. El proceso de paz no puede estar por encima de la Constitución –le respondió Ordóñez–. Voy a seguir metiéndome en el proceso de paz porque así me lo ordena la Constitución, y así voy a seguir haciéndolo”.

Por si la respuesta no fuera ya lo suficientemente amenazante, en la noche de este domingo concedió una entrevista a la periodista María Elvira Arango en la que cargó, otra vez, contra Santos, se fue lanza en ristre contra el fiscal Eduardo Montealegre y atacó al ministro del Interior, Juan Fernando Cristo. Le dijo que él no tenía autoridad moral para pedir la renuncia del magistrado Jorge Pretelt de la Corte Constitucional porque había sido escudero del gobierno más corrupto de la historia, en referencia al de Ernesto Samper Pizano.

En este momento en el ala de la derecha no hay una figura que se atreva a opinar de tantos temas y de manera tan contundente, con excepción del expresidente Álvaro Uribe Vélez. Ordóñez, sin embargo, parece haberle tomado ventaja en el acontecimiento que influirá profundamente en la agenda política presente y futura: el proceso de paz.

Mientras Uribe se muestra como un implacable opositor, Ordóñez ha cambiado de postura por completo. De duro impugnador, ahora precisa que él no es enemigo de un acuerdo con las FARC sino que su única motivación es que este quede bien hecho, bien blindado. De hecho, él orgulloso encabeza un movimiento que llama Pacto por la paz y en el que se sienta encantado con exmilitares, exguerilleros e izquierdistas.

En varios sectores políticos se cree que el procurador le está tomando ventaja a Uribe en el liderazgo del ideario más conservador. Por eso, la pregunta es válida: ¿El procurador será candidato presidencial? Con todo este ruido que genera a cada hora, ¿en realidad está sembrando su propio proyecto político del que espera recoger frutos en las próximas presidenciales? Así arranca esta Semana Santa en la que a Ordóñez se le ve más involucrado en los problemas terrenales que en los espirituales.

* Director de Semana.com
Twitter: @armandoneira

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