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Educar, educar y educar

Eduardo Plata Yidios llama la atención de que la riqueza generada por el repunte económico no está drenando a todos sectores de la sociedad sino que se está quedando en los estratos altos, allí donde no hace falta.

Semana
30 de septiembre de 2006

5,74 por ciento fue lo que creció la economía colombiana durante el primer semestre de este año. Al menos eso dicen las cifras oficiales. El gobierno debe estar muy contento con los números; sería este el cuarto año consecutivo en el que el país crecería por encima del 4 por ciento anual. Y todos ellos, bajo el liderazgo del presidente Uribe. Quien quiera más, que le corten caña.

Sin embargo, este enorme crecimiento económico parece no estar generando los efectos que debería, o al menos los que los colombianos esperamos. Había pasado solo un día cuando, en primera plana de la prensa, salía otra noticia mencionando un informe que señalaba que a pesar del crecimiento económico del país, la pobreza y la desigualdad seguían aumentando. La riqueza generada por el repunte económico no está drenando todos sectores de la sociedad. Se está quedando en los estratos altos, allí donde no hace falta. Y todo esto sucede en la antesala de una nueva reforma tributaria propuesta por el gobierno.

En Colombia pasa un Presidente y viene otro, y todos ellos hacen reformas tributarias y el efecto siempre es el mismo, negativo. Pero ninguno parece darse cuenta, y llega uno nuevo y propone una nueva. En el caso de Uribe, ya es su segundo mandato. Y él, que ya lo hizo una vez, debía haberse dado cuenta de que esa no es la vía. Pero las cifras oficiales le dan la razón. Y por eso él sigue ahí. Y su nueva reforma tributaria viene por el mismo camino, con las mismas intenciones que se le han visto a Uribe desde el principio, favorecer a la clase empresarial y esperar que, de carambola, se favorezca la sociedad en general. Pero no ha sido así, ni será así, porque eso nunca ocurre.

Hay una sola vía por medio de la cual Colombia podrá salirles al paso a sus dificultades económicas y en verdad generar bienestar social para sus ciudadanos, en todos los estratos. Esa vía es la educación. En sus dos tipos. Educación cívica-social y educación técnica-productiva. La primera abrirá las puertas para una mejor convivencia de la ciudadanía, convivencia que es requisito fundamental para el orden y para el óptimo funcionar de todas las demás actividades en cualquier comunidad. La segunda expandiría el espectro productivo, lo que generaría nuevas oportunidades para el desarrollo económico, además de aumentar la competitividad de los trabajadores nacionales en el mercado mundial.

Colombia no puede seguir apuntándole a la política del limosneo para solucionar sus problemas porque, como ha sido ampliamente demostrado por la propia historia colombiana, no ocurrirá. No se debe seguir apostando por la política de enriquecer a los ricos y subsidiar a los pobres. Con ella solo se genera dependencia social y desigualdad.

La consigna económica más sabia que ha existido es esa que dice: “No me des pescado, enséñame a pescar”. Solo a través de la educación, los sectores menos favorecidos de la población podrían volverse económicamente activos y generar riqueza adicional con la que el país alcanzar un galope económico y social que le permita cerrar las brechas sociales y alcanzar niveles de bienestar superiores. Pretender acabar con los pobres mediante subsidios es un despropósito.

Casos como el de la India, y otros países del sureste asiático, son un ejemplo claro de cómo el desarrollo educativo impulsa el desarrollo económico y arrastra a toda una población hacia un mejor nivel de vida mediante la creación de empleos nuevos y mejor remunerados. La globalización no debe ser vista únicamente como una oportunidad para abrir maquilas de manufactura básica en Colombia. Las nuevas tecnologías en telecomunicaciones abren la posibilidad para la exportación de bienes intelectuales, de Colombia hacia el exterior, sin siquiera abandonar el país. Arquitectura, ingeniería, diseño industrial, dibujo técnico, diseño mecánico, servicio al cliente, asistencia técnica de software y hasta radiología son algunas de las labores que el país podría exportar si se hiciera un esfuerzo real en capacitación de la población.

No procurar el avance educativo será apostarle a lo mismo que se le ha apostado hasta ahora sin ningún resultado. Exportación de materia prima y productos inalterados y el apoyo desmedido a la clase industrial con la esperanza de que algún día esta sea capaz de arrastrar al país hacia el desarrollo. No es acertado confundir la riqueza de Colombia con la riqueza de algunos colombianos.

Las medidas económicas del gobierno, más allá de las cifras, han fracasado y lo seguirán haciendo. Fallan porque no generan empleo y al no generar empleo no llevan riqueza al bolsillo de los colombianos de a pie. En un país como Colombia, donde las necesidades de la población son tantas, lo que hay es trabajo para hacer; sucede que los baches que existen en la interconexión socioeconómica de los ciudadanos son tan grandes que no permiten una fluidez óptima del sistema económico nacional. El tan ansiado TLC y la reforma tributaria solo servirán para consolidar esta situación.

Urge en Colombia hacer un esfuerzo para mejorar el nivel educativo de la población y con él, la competitividad del país en un nuevo escenario mundial que cada vez tiene menos fronteras. Solo a través de la educación se traerán hacia el país nuevos empleos, con ingresos suficientes para revivir en Colombia los estratos 3, 4 y 5. Los que por cuenta de varias reformas tributarias, similares a la planteada por la administración Uribe, se encuentran desde hace un tiempo en vías de extinción.

Ñapa: La iniciativa de desarme civil propuesta por el alcalde mayor de Bogota, Luis Eduardo Garzón, merece no solo el aplauso y el apoyo de la población de la capital sino su extensión a todo el territorio nacional. Resulta asombroso que en un país con los niveles de criminalidad del nuestro, una norma como esta no estuviera en funcionamiento hace muchísimo tiempo.


Eduardo Plata Yidios
eduarplata@hotmail.com

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