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El caso Boulton

¿A qué horas, si el problema eran las Farc, terminaron los paras convertidos en narcotraficantes y secuestradores?

Semana
22 de julio de 2002

Como si fuera poco el descubrimiento de que este es de pronto el único país del mundo en el que los guerrilleros vienen con gemelo incorporado, durante dos años se nos pasó inadvertido a los colombianos un hecho insólito: que al empresario venezolano Richard Boulton no lo tenía secuestrado la guerrilla, como todos pensábamos, sino las autodefensas, y que por presión de Carlos Castaño sobre uno de los frentes de la organización ésta fue forzada a soltarlo cuando, según las autoridades, estaba en proceso de ponerle 'conejo' al pago que la familia había efectuado para su liberación.

Lo insólito del hecho es que para los colombianos era común y generalizada la idea de que el paramilitarismo tenía su origen en exactamente todo lo contrario: en el rotundo rechazo del país al secuestro. Por eso la popularidad de los paras alcanzó a ser mucha. No son pocos los que equivocadamente llevan un 'pequeño para' en su corazón, ante el absoluto convencimiento de que su origen surgía de la necesidad de combatir a la guerrilla, uno de cuyos símbolos más crueles es, precisamente, la industria del secuestro.

Mérito enorme del gobierno de Andrés Pastrana es el de que a pesar del fortalecimiento militar de la guerrilla ?del que sin duda alguna tiene mucha culpa el fracasado proceso de paz? a ésta, simultáneamente, se le infringió una contundente derrota política. Así como no tiene un solo voto libre en el país, el resto del mundo ya no le marcha al cuentico revolucionario.

Lo sorprendente del caso Boulton es que en este escenario en el que la guerrilla 'peló el cobre' al determinar el fracaso del proceso de paz y cerrar las puertas a todo acuerdo humanitario, escenario que habría podido ser explotado políticamente por el paramilitarismo, de manera inexplicable las autodefensas desperdiciaron su oportunidad y con el secuestro de Boulton terminaron ellas también 'pelando el cobre'.

Antes de esta especie de prueba reina de que igualmente viven de la industria del secuestro, a muchos colombianos les habría parecido imposible una cifra que manejan las autoridades. Boulton no es, ni más ni menos, el único secuestrado. Calculan que en diciembre del año pasado las autodefensas tenían a 262 personas secuestradas.

¿A qué horas, se preguntan hoy miles de colombianos, si el problema consistía en acabar con las Farc, terminaron los paramilitares convertidos en una parranda de narcotraficantes y secuestradores?

El problema de no entender cómo y a qué horas pasó está en que se nos olvidó el origen primario del paramilitarismo. Este surgió originalmente de un grupo de mercenarios, que en ese entonces se denominaban el MAS (Muerte a Secuestradores), contratados por Pablo Escobar y Rodríguez Gacha para defender a los narcos. El objetivo era que la guerrilla no los secuestrara ni les quitara sus cultivos, y de ello es prueba en los orígenes del problema el gigantesco enfrentamiento que entre paras y el ejército de Rodríguez Gacha se llevó a cabo hace ya muchos años en los Llanos del Yarí, territorio que hoy la guerrilla reclama, victoriosamente, que les quitó a las autodefensas.

Ahora se ha venido a comprobar que la renuncia de Carlos Castaño a la jefatura de los 'paras' tiene su origen en la atomización del movimiento. Hoy existen varios frentes que compiten entre sí militar y políticamente: muchos de ellos ya ni siquiera se preocupan por atajar a la guerrilla sino por conseguir fines netamente económicos a través de la práctica del narcotráfico y del secuestro.

Por eso la evidencia que deja la liberación de Boulton es tan escalofriante. ¿Si un frente del paramilitarismo logró tenerlo secuestrado dos años y al país convencido de que los 'malos' eran los guerrilleros, cuál será la realidad ?y el tamaño? de este conjunto de grupúsculos sin Dios y sin ley en el que muchos depositaron las esperanzas de que barrieran al país de las Farc?

ENTRETANTO? Agradezco la inmensa solidaridad de los lectores de esta columna con 'Quince' y de paso reproduzco el divertido mensaje que el ex presidente Belisario Betancur me hizo llegar con ese motivo: "Doctora María Isabel, en su aromada residencia. Apreciada canvíctima: Estoy de acuerdo con los niños: hace quedar mal a Quince pero queda peor usted. Yo también soy víctima de Bulín, pero no le cuento por qué para no hacerlo quedar mal a él. Ah! Y para salvar mi luna de miel permanente".

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