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El emperador del “palacio de Nariño”

Santos parece tener una estrategia política, similar a la de Uribe, de apuntarle a la reelección con un proceso de paz.

Guillermo Andres
12 de mayo de 2013

El último emperador de la dinastía colombiana tiene rotundamente prohibido que alguien diga, comente, opine, proponga y mucho menos critique su codiciado proceso de paz con las FARC. El mortal que se atreva a decir algo, termina insultado o en el peor de los casos en un circo romano, cuestionado y subvalorado.

Parece ser que Santos aprendió a ordenar silencio o a callar a quien sea. Prefiere más bien el camino de la censura, que el de la concertación, prefiere el latigazo público que la reunión en privado para limar asperezas. Cambió el diálogo público por el látigo público. Quizás al oído le habla “Tiberio”, que pronto saldrá de la cartera de Medio Ambiente para lanzar al ruedo político de lleno y medir su pulso real en la arena política.

La orden es silencio total para que marche sin ningún problema el proceso político de reelección al mismo compás del proceso de paz. Pero, ese tiene que ser a su modo, no al de nadie más. Así de paso tras apostarle a su ideal, apuntarse un premio nobel de paz y de paso quedarse unos añitos más en el poder. Respetable posición y desde luego,  amparada en las leyes colombianas, pero, ¿No es contradictorio, que pretenda, subir su popularidad, ganar más seguidores y votos, cuando pretende hacer lo mismo que algunos expresidentes que se han comportado como Calígula?

De ser así, al emperador de la dinastía del palacio de Nariño, no solamente le está molestando la señal en su celular, si no también ha perdido la memoria de los años anteriores, cuando formaba parte de la anterior dinastía.

¿Por qué usa la misma estrategia política, similar o igual de Uribe, de apuntarle a una reelección, también con un proceso de paz, pero en este caso con las FARC? ¿Qué costo podrá  tener para el país los acercamientos de paz, como su posible intención política, si los primeros llegaran a fracasar? De pasar esto último ya no podrá culpar a nadie, tendrá más bien que asumir la responsabilidad con el mismo silencio que pide ahora. Muchos han querido aportar no por criticar, sino más bien para contribuir, porque al fin de cuentas, diversos sectores políticos, sociales, económicos, civiles, todos ellos, hacen parte de Colombia.

Si Santos piensa seriamente en la reelección debe empezar a plantear y sacar en forma una reconciliación nacional, para la paz hay que dar ejemplo y no insultar o aumentar la contienda.

@g_rodriguezm

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