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El globito presidencial

Lo que nadie ha dicho como argumento principal contra el globito presidencial es que lo primero que hay que tener, para ser la sede del Mundial de fútbol, es un equipo

Semana
22 de julio de 2006

Durante su primera campaña, se le escuchó decir a Álvaro Uribe una de esas bobadas que dicen los Presidentes cuando quieren lanzar cortinas de humo para distraer a la opinión. Ocurrió cuando propuso traer a Colombia los cascos azules de la ONU para hacer la paz en el país.

Desde entonces, las propuestas del presidente Uribe las toma muy en serio el país. Puede que a veces resulten controversiales, y hasta impopulares, pero él no se caracteriza precisamente por proponer bobadas.

Entre sus antecesores hicieron carrera varias de esas propuestas tipo cortina de humo, que distraen al país por unos días con unas pendejadas que permiten salir de un enredo coyuntural o una metida de pata, y que ponen a la gente a cambiar de tema.

En los momentos más difíciles del proceso 8.000, Samper se inventaba una de esas propuestas cada ocho días. Una mañana amaneció con la de construir el canal interoceánico, a través del Atrato. ¿A quién se le ocurriría montarle una competencia tan inviable al Canal de Panamá?

Tan pronto como se le desinfló ese globo, se inventó otro, menos original y más recurrido: el de implantar la pena de muerte en Colombia. Pero como siempre que surge esta propuesta, gana la misma pregunta: ¿De qué sirve esa pena en un país en el que el problema es que no podemos ni siquiera capturar a los delincuentes para aplicarles penas menos drásticas?

Algo parecido le sucedió a Andrés Pastrana con el 'pomaricazo', apodo dado a uno de los mayores escándalos del Congreso por cuenta del entonces presidente del Senado. Era tal el desprestigio del Parlamento y de la bancada de gobierno, que a Andrés se le ocurrió proponer una nueva revocatoria del Congreso, luego de que en el 91 la Constitución ensayó esa dudosa fórmula de renovación institucional. A la propuesta se le dio una digna sepultura.

Ante la difícil situación económica y los altos índices de desempleo, otro día el presidente Pastrana salió de una cumbre ministerial en Hatogrande, informándole al país que les había dado la orden a sus ministros de que en 10 días cada uno tenía que presentarle un plan para erradicar el desempleo en su sector. Seguimos esperando los informes de los ministros…

Pero, repito, como el presidente Uribe no nos tiene acostumbrados a proponer pendejadas, y los colombianos, por el contrario, tomamos muy en serio sus propuestas, así no nos gusten, sorprendió su salida durante los juegos panamericanos: pelear la sede del Mundial de 2014. Hay quienes sostienen que fue la cortina de humo correspondiente a la metida de pata de haber supuesto que Samper sería bienvenido en París, como eventual liberador de Íngrid Bentancourt.

Yo estuve físicamente presente durante la inauguración de estos juegos y aunque reconozco el esfuerzo titánico que tuvo que hacer el Almirante Arango (mejor apodado 'Kent', por sus admiradoras, debido a su indudable atractivo físico), no me imagino en esas condiciones un Mundial de fútbol en Colombia. ¡Hay que ver la "chichonera" que fue la salida y la dificultad para acceder a un taxi!

Pero además de los argumentos que ya se han dado para ridiculizar la propuesta -el compromiso que adquirimos con Brasil como país sede y el de que si no tenemos ni recursos ni capacidad administrativa para construir carreteras, menos los tendríamos para construir estadios-, existen otros argumentos de peso para enterrar esta propuesta del Presidente como los globitos de distracción de sus antecesores.

En primer lugar, cuando existió esta posibilidad en Colombia, el problema de la guerrilla prácticamente se reducía a la existencia de unos guerrilleros disparando en unos montes. Hoy tenemos un conflicto interno de indudable gravedad que haría absolutamente exótico que a alguien le resultara atractivo venir a Colombia a viajar seguro por las carreteras, entre estadio y estadio.

Pero además del argumento de la beligerancia guerrillera, que es categórico, lo que nadie ha dicho como argumento principal contra el globito presidencial es que lo primero que hay que tener, para ser la sede del Mundial de fútbol, es un equipo.

Aunque los países sede tienen el suyo clasificado por derecho propio, es incalculable el oso que haríamos si tuviéramos un equipo sin credenciales futbolísticas.

¿Se imaginan a Colombia como sede del Mundial goleada en una primera eliminatoria?

En lugar de forzar una situación tan precaria, económica, financiera y políticamente hablando, comencemos por el principio.

Presidente, le propongo que en lugar de convertir a Colombia en una próxima sede del Mundial, primero nos ofrezca un equipo de fútbol.

Y después hablamos…

ENTRETANTO…. Se requirió la intervención del Presidente, tres ministros y dos asesores presidenciales para mantener unida la precaria bancada de gobierno, haciendo las paces con unos 'viejos amigos'. ¿Si eso fue en la inauguración del Congreso, como será para gobernar?