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El hoyo negro

Un día estaba con un curtido político y surgió esta conversación:

Semana.Com
9 de noviembre de 2017

—Hombre, necesito que me expliques: ¿cómo funciona eso del Facebook?, porque yo no lo entiendo y mis asesores me dicen que hay que tener presencia en redes y si no estoy frito.

—Tus asesores tienen razón, la política cambió, las plazas públicas no se llenan y los que las llenan difícilmente ganan elecciones, las campañas se ganan o se pierden en la nube, ahora lo que hace ganar o perder a un candidato es lo digital; le dije.

—Eso es exagerado, a Mockus y su ola verde no le sirvió de nada, me espetó en la cara de forma despectiva.

—Querido amigo la ola verde fue hace 7 años y eso en los tiempos que corren es casi como 70 años.

-Barájemela más despacio, cuénteme una de vaqueros y le creo.

Me tocó entonces contarle esta historia americana X:

El verano del 2016 fue infernal e inusual en Nueva York, pues se desarrollaba en medio de una perturbadora y atípica campaña política presidencial, mientras esto pasaba el FBI allanaba un apartamento en un exclusivo sector, en búsqueda de pruebas que permitieran determinar el abuso que un hombre infligía sobre una menor. No era un apartamento cualquiera; era el hogar de Antonhy Weiner, un excongresista  demócrata, que en su momento fue el político de moda pues lo tenia todo: reputación, encanto, frescura, poder e influencia. Su irreverencia era su marca y ese estilo le auguraba un acenso meteórico.

Pero así como fue asenso fue igualmente su caída. Un día subió una foto desnudo “por error” en su cuenta de Twitter, esto le generó un escándalo mayúsculo que lo llevó a pedir disculpas a sus electores y renunciar (porque en Estados Unidos si existe ese vago concepto de la responsabilidad política). Luego en un intento desesperado por resucitar su carrera, decidió lanzarse a la Alcaldía de N.Y ¿en qué lugar sino la gran manzana se le podía perdonar ese pecado?

Pero aparecieron nuevas fotos que demostraban que siguió realizando sexting aún después de su público arrepentimiento y en el momento en que intentaba salvar su matrimonio, por eso los votantes le dijeron que ya era suficiente y lo castigaron con el último puesto de la elecciones, lo que significó su acta de defunción política.

La historia podría haber quedado ahí y convertirse en una triste leyenda urbana. Sin embargo; durante el allanamiento, el FBI consiguió un computador (valioso como los de Raúl Reyes por su información). Este computador dio acceso a los correos de la esposa de Weiner, Huma Abedin quien desde hacia años era mano derecha de Hillary Clinton; este hallazgo permitió revivir la investigación sobre el indebido manejo de información clasificada por parte de Hillary en su correo privado, lo que expuso información sensible para ser hackeada y en la que quedaba manifiesta la política exterior americana; un escándalo mayúsculo que llevó a James Comey director del FBI a reiniciar la investigación a una semana de las elecciones presidenciales americanas y que según la propia Hillary “fue fundamental para su derrota”.

El epílogo de esta historia se realizó hace unas semanas cuando Weiner (ya exesposo de Huma) fue condenado a 21 meses de prisión por su comportamiento, pero en su caída se llevó consigo a todo el partido demócrata, fue en definitiva un hoyo negro que acabó con cualquier luz.

—Querido amigo si le parece que la cosa es diferente acá, le tengo varios ejemplos como la infiltración del hacker Sepúlveda y la campaña del No y prepárese porque apenas estamos encendiendo motores, la guerra ahora es en las redes. Las campañas ganadoras planifican sus estrategias basadas en la innovación, las nuevas herramientas suponen una ventaja y un riesgo sino se saben manejar, pero están ahí para quedarse y podemos hacernos de la vista gorda o asumir la realidad, la política cambió porque los electores cambiaron y si quieren llegar a ellos se debe hablar su idioma… digital”.

—Oiga tiene razón y uno todavía pensando en lechona y tamales, me dijo…

En Twitter: @DANNYPOLITICO

Politólogo y Magister en Marketing Político

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