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El juicio a la Nación: No hay cárcel pa' tanta gente...

Semana
12 de febrero de 2007

En el muy hipotético caso de que la demagógica propuesta de nuestro presidente se abriera paso, y en la posiblilidad todavía más hipotética de que ese juicio se realizara y fuera transparente,todos los que de una u otra manera tuvieron que ver con el manejo de nuestra lesa patria deberían ser juzgados y condenados. Y si no es que les dan casa por cárcel, no habría donde ponerlos, porque si mucho, se salvaría uno por cada mil procesados porque el resto no son más que un montón de depredadores que durante años han socavado la estructura política y económica de nuestra nación. Para utilizar un término de moda: Han sido guaqueros de cuello blanco y corbata de seda.

Al primero que habría que sentar en el banquillo es a nuestro Presidente que fue el creador de las CONVIVIR, que nacieron de la legítima necesidad de defenderse de ese montón de roba-gallinas encabezados por el mojojoy ese, pero que luego degeneraron en Auto-defensas, manejadas al fin y al cabo por los poderosos de siempre, cuyos intereses eran opuestos al pueblo que decían defender, con las nefastas consecuencias ya conocidas.
 
A Andresito también habría que procesarlo pero por lo que dejó de hacer mientras Colombia se convertía en “Marulandia” y el congreso en pleno viajaba al Caguán a hacerle la venia a Don Manuel y sus muchachos; eso si, nombrandole un buen defensor porque es tan inepto que ni eso es capaz de hacer bien. Al que sí hay que conseguirle un buen fiscal es a Ernestico Samper porque, de lo contrario, es capaz de comprarse otro Heyne Mogollón para que lo absuelva y después no lo aguanta nadie diciéndole corruptos y cínicos a los otros procesados.
 
A Gaviria hay que enjuiciarlo por el poco juicio que tuvo al embarcarnos en la apertura global sin tener ni la más remota idea de lo que estaba haciendo. Con razón decía Maria Paz su hija cuando le preguntaban que porque era tan loca: “nooooooooooooo, si aquí la loca es mi papá...”.

Pero no hablemos solo de presidentes y de épocas recientes; vamos al pasado para recordar perlas como las de hoy, solo que con otros nombres. Veamos: Por allá por los años ochentas, vi en televisión a Carlos Jimenez Gómez, Procurador General de la Nación decir: “Al departamento de Caldas se lo robaron completico y el autor fue Omar Yepes Alzate”. Han pasado veinticinco años y este sujeto, aparte de que no pasó ni un día en la cárcel por estos hechos, ni siquiera fue procesado y aparte de todo y para ajustar, sigue comiendo de cuenta de la casa desde su curul de “honorable senador”.

En Antioquia tenemos también un excelente candidato pero no al banquillo sino al paredón: se trata de César Pérez García (que desperdicio escribirlo en mayúsculas), quien fue expulsado por “mani-flojo” de un nido de “mani-sueltos” como lo es el Congreso de la República y se vino para la Asamblea de Antioquia a montar una nómina paralela de cinco mil millones; aparte de eso le queda tiempo para abrir facultades de la Universidad Cooperativa en cuanto garaje encuentra desocupado. Universidad de la que es “propietario” a pesar de que la hizo con los nefastos auxilios parlamentarios. A la cárcel no ha ido ni para visitar a sus “colegas”. Uno que iguala en méritos al anterior es Albertico Santofimio que fue el único que puso a cobrar a los muertos para después pasarse al otro bando y pasar a muertos a los que se le oponían como pasó con Luis Carlos Galán.

Y como la corrupción no es un atributo solo masculino, hablemos de Fanny Kertzman (ex-DIAN), quien aparte de meterle la mano al bolsillo a los Colombianos, quiso meterse a sus casas a pedirles facturas de los electrodomésticos, mientras sus amigos banqueros le estafaban a la nación tres mil doscientos millones de pesos. A otro que hay que hacerle juicio pero con televisión incluida es al tipo más corrupto, pedante y cínico que haya parido esta tierra y cuyo honesto y abnegado padre debe estar dando saltos mortales en su tumba: Fernando Londoño Hoyos (Otro desperdicio de mayúsculas).
 
Yo propondría que así como uno está obligado a pagar por sus faltas en el sitio que las cometió, en vez de construirles carceles de “máxima seguridad”, donde seguramente habría otro negociado, podemos mandar a enrejar el área del Congreso y Palacio de Nariño y meter allí a toda esta jauría. Dejar afuera eso si, a las señoras de los tintos que serían las únicas libres de toda culpa.

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