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EL LIBRO DE MEDINA

Semana
10 de noviembre de 1997

Se lee en medio día. Es fácil, interesante y señorero en detalles y anécdotas. Pero quizás el aporte más importante del libro es que le permite al lector, de manera ordenada y resumida, entre las páginas 65 y 124, volver a leer la historia de cómo entró el dinero a la campaña, de quiénes gestionaron esa entrega y de cómo resultaron pagando por ese delito Fernando Botero y Santiago Medina, mientras el Presidente, el principal beneficiario de esos dineros, se quedó aferrado al poder con la complicidad de un sector del país.Pero distinto de la crónica de la infiltración de los dineros del cartel en la campaña samperista, contada en una forma totalmente espontánea que indica que ahí no hay imaginación sino historia patria, el libro toca otros temas a los que se les podría aplicar el termómetro de la verosimilitud.
El asesinato de Galán por sus guardaespaldas: Factible. Medina asegura que a Galán lo remataron sus guardaespaldas en el carro que lo condujo al hospital. La historia suena de entrada inverosímil, particularmente por las fuentes de Medina, que son alias Popeye, uno de los hombres más cercanos a Pablo Escobar, y "otras versiones que conocí en La Modelo". De esa manera Medina pasa de afán sobre algo tan importante como la fuente de una noticia tan escandalosa, condenándola a la incredulidad. Pero se entera uno de que al contrario de lo que se creía, Patricio Samper no acompañó a Galán hasta el hospital porque fue sacado a empujones por sus guardaespaldas, que coincidencialmente habían sido cambiados pocos días antes de su asesinato; que el automóvil desapareció; que el jefe de escoltas también desapareció y todo eso hace que deje de sonar tan inverosímil la posibilidad de que a Galán lo hubieran rematado sus propios guardaespaldas. La palabra la tiene el general Maza Márquez.
La existencia de un video de 17 segundos de Samper con los Rodríguez: Improbable. Si la amistad del Presidente con el cartel de Cali es tan antigua como dicen, no tiene nada de raro que pudieran existir fotos o videos de algún encuentro suyo con los Rodríguez. Lo sospechoso de esta versión es que el famoso video, del cual mucho se ha hablado, continúe sin aparecer. Con el agravante de que Medina cae en una delicada contradicción en este punto. Mientras en una entrevista radial con motivo de la aparición de su libro asegura haber visto el video con sus propios ojos, en el libro dice que en este video, "supuestamente, aparecen los hermanos Rodríguez Orejuela conversando con Ernesto Samper...". Uno no describe como "supuestamente" el contenido de una película que ha visto personalmente. Lo que lleva a pensar que es mentira que Medina vio el video, y que su existencia continúa al nivel de los rumores que todos hemos escuchado.
Horacio Serpa y Juan Carlos Posada planearon matar a Santiago Medina: Inverosímil. Medina asegura que un escolta de Serpa, que posteriormente sería asesinado, lo llamó para advertirle que iban a atentar contra su vida. "Quiero saber ustedes por qué me quieren matar", le dijo Medina a Serpa. Y le advirtió que sabía que el entonces Ministro de Gobierno, su viceministro Juan Carlos Posada y dos militares se habían reunido en el despacho del primero para acordar los términos de un atentado contra el tesorero. Aunque el escolta, efectivamente, fue asesinado en la Avenida Circunvalar, y como está muerto, ya no nos puede contar si fue cierto o no que llamó a Medina a advertirle sobre el atentado, no parece lógico que escoltas de Serpa anden llamando a la gente a contarle que la van a matar: en eso Medina es tremendamente impreciso, pues no da ningún detalle de la conversación, distinto a la escueta mención de que hubo esa llamada, ni intenta explicar porqué el escolta sabía lo que llamó a contarle. Pero, más importante aún, yo francamente no veo ni a Serpa ni a Posada planeando asesinatos, por mucho que uno pueda estar en desacuerdo con la actitud de los entonces ministro y viceministro de Gobierno frente al Presidente y al proceso 8.000. Algo va, pues, entre no desear que Serpa sea el próximo Presidente de Colombia y acusarlo de intento de asesinato.
El fiscal Valdivieso recibía 25.000 dólares mensuales de la DEA: Inverosímil. La versión de que la DEA tenía contratado a Valdivieso en favor de los intereses de Estados Unidos es una infantilada de Medina. Según él, el cuento se lo contó el ex cónsul en Miami, Andrés Talero, a quien Samper retiró de su cargo. Si la DEA le pagara secretamente al Fiscal, es absolutamente seguro que el primero en saberlo no sería Talero. Pero éste, en cambio, sí pudo haber inventado la versión para que Medina tuviera confianza en que el Fiscal podía arreglarle protección por fuera del país si confesaba. Talero, cuya infidencia sobre una conversación en una cena en casa de Medina fue la que puso a Valdivieso sobre el rastro del 8.000, sí tenía el mayor interés en que el tesorero de la campaña corroborara su testimonio. Pero en este caso, de todas maneras, más grave que atacar a Valdivieso habría sido que Medina alabara al ex fiscal, por considerar que lo había tratado preferencialmente. Que Medina hable mal de Valdivieso es una prueba de que no lo trató mejor para sacarle información. El anterior ejercicio tiene como propósito complementar el título del libro de Medina, "La verdad sobre las mentiras", así: "Verdades y mentiras acerca de la verdad sobre las mentiras".

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