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EL LIO DE LOS MISILES, PARA PRINCIPIANTES

El movimiento pacifista es tal vez el último rezago de la decadencia espiritual de los sesenta.

Semana
2 de mayo de 1983

Este será, indudablemente, el año de los misiles. Pasadas las elecciones en Alemania Occidental, con buena fortuna para los partidarios del rearme nuclear europeo, las perspectivas de que los grupos radicales pacifistas hubieran obligado a sus gobiernos a un desarme unilateral han quedado, por el momento, relegadas a un segundo plano. Pero no dejan, por lo tanto, de tener importancia.
El movimiento pacifista, tal vez el último rezago de la decadencia espiritual de los 60's ha logrado convertirse, en Europa, en una incipiente fuerza política de preocupantes proporciones para el equilibrio de poderes en que basa Occidente la supervivencia de su libertad. En los últimos meses, concentraciones pacifistas en Alemania alcanzaron a reunir multitudes cercanas a las 800 mil personas, cifra que ya no logra sino el Sumo Pontífice en sus giras por el mundo. Esa fuerza, nada deleznable alcanzó a llevar a la señora Petra Kelly al Bundestag como una especie de galanismo alemán. En Inglaterra, donde todo se hace con más mesura que en el resto del mundo, las multitudes anti-nucleares no llegaron sino a 300 mil personas, algo así como lo que alcanzaría a reunir el grupo Menudo en Bogotá, donde alguien lo hubiera permitido. El agravante del caso inglés es que el partido laborista, dominado por su ala radical, se ha comprometido con la desnuclearización unilateral de la Gran Bretaña, circunstancia ésta que, de cumplirse en el evento de un triunfo de Antony Benn, equivaldría a una entrega pacífica de Europa a los intereses de Moscú.
La Aritmética de los misiles, a pesar de todo, es bastante elemental. Sólo que en este caso dos más dos no es igual a cuatro, sino posiblemente a seis, y en ocasiones a mucho más... La Unión Soviética ha desplazado a la frontera europea además de un gran número de misiles tácticos, para una guerra geográficamente limitada, cerca de 340 misiles estratégicos nucleares SS20, que son los más sofisticados tecnológicamente que hay en el mundo.
Pertenecientes a la generación posterior al Tratado Salt 1, los SS20 poseen una particularidad que los hace superiores a cualquier otro mortífero engendro de los norteamericanos: posee cada uno tres ojivas, o misiles dentro del misil, y cada una de éstas tiene la facultad de apuntar en forma independiente a su propio objetivo de destrucción. Móviles como son, sobre la superficie, (en tractomulas por ejemplo) los SS20 resultan virtualmente invulnerables. Las mil ciento y pico ojivas que poseen resultan suficientes para destruir la totalidad de las instalaciones nucleares de la OTAN en un ataque preventivo que decidieran hacer los rusos entre ahora y 1989 cuando, con el desplazamiento de los misiles norteamericanos MX, se volvería a cerrar la "Ventana de la vulnerabilidad" a la que se somete Europa Occidental.
Para contrarrestar esta ingente amenaza, el presidente Reagan propuso, el año de su posesión, la llamada Opción Cero, que es una desnuclearización de Europa, pero no unilateral como la quieren los pacifistas, sino bilateral que es como tendría sentido. En respuesta a esta propuesta que Andropov rechazó de plano, y que eliminaría la ventaja estratégica de la Unión Soviética y con ella el peligro de una guerra nuclear, los soviéticos han propuesto reducir sus misiles a 160, que es la suma equivalente de los misiles británicos y franceses. Doble falacia hay en esta hábil contrapropuesta.
Primero, Francia no pertenece a la OTAN y nada garantiza que pelearía con Occidente en una guerra limitada. Luego, 160 cabezas de misil SS20 son, en realidad, 480 misiles. Por lo demás, los SS20 son infinitamente más adelantados que los europeos, por lo cual no sirven para un primer ataque devastador sino que operan como fuerza de disuasión, es decir como aquella capaz de destruir ciudades, pero no objetivos militares precisos. Están, por lo demás, en un 75%, basados en submarinos, lo cual los hace invulnerables pero limita su capacidad de uso en el evento de una conflagración, pues el submarino tiene primero que tomar posición cerca de su objetivo militar, antes de disparar, cosa que puede fácilmente evitarse con una Armada eficiente.
Para equilibrar la escalada nuclear de la URSS, la OTAN ha optado por desplazar 572 misiles nucleares en cinco países. 108 de ellos serían la segunda generación de los Pershing, con una sola ojiva; 462 serían misiles de Crucero, lentos como un avión, también con una ojiva. Es decir que aun instalando estos misiles, y sin que la URSS aumente los suyos (lo cual ya amenazó hacer) el Pacto de Varsovia continuaría teniendo una ventaja estratégica nuclear de 2 a 1 (572 ojivas contra 1020).
De aquí la inmensa importancia del programa de desarrollo del Misil norteamericano MX, que costaría cerca de 40 billones de dólares y tendría 10 ojivas per cápita. Sólo este misil, que no estaría en el teatro europeo antes de 1989, podría cerrar la Ventana de la Vulnerabilidad que amenaza con entregar a Europa, en el intermedio, al poderío de Moscú. Entretanto, la humanidad ha iniciado los peores cinco años de su vida moderna, que son éstos en los que, por no dejarse alcanzar de la OTAN, la URSS podría intentar un ataque nuclear que paralizaría las defensas de Occidente. Este es, en breves palabras, el dilema de los euromisiles, escrito para principiantes...--

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