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El metro es la salida para Bogotá

El metro no sólo soluciona el problema de transporte urbano sino que también cumple con un criterio social.

Semana
19 de marzo de 2008

Cuando la anterior carrera electoral por la Alcaldía de Bogotá estaba en su punto más álgido y el entonces candidato Samuel Moreno Rojas propuso poner en marcha la construcción de un metro para la ciudad, fui el primero en preguntarle si estaba hablando en serio, o era solo una promesa para cautivar votos.

Hoy cuando el alcalde se ha reunido con el presidente Uribe en dos ocasiones, y en ambas ha insistido en el tema, he visto que sí estaba hablando en serio, y de eso parece que también se ha dado cuenta el primer mandatario, y al igual que yo, cambió su manera de pensar frente al tema.

Todos sabemos que Bogotá necesita soluciones a los problemas de movilidad vial, y que el Transmilenio, por muy bueno que haya sido, no basta, puesto que la capital del país no es una ciudad con un número de habitantes ya establecido. A ella llegan día a día un centenar de personas que necesitan trasladarse de un lado a otro, y para esto es necesario prepararla.

Es bueno que Moreno Rojas proponga el metro como solución a la movilidad vial, pero creo que es mejor dejar a un lado las emociones y poner los pies sobre la tierra para no caer en errores que más adelante le pueden acarrear un alto costo político por la alta inversión financiera que se requiere a la hora de ponerlo en marcha.

Su propuesta inicial planteaba hacer la primera línea en la carrera séptima, lo que sería lo menos recomendable, pues no hace falta ser experto en la materia, ni tener tres dedos frente para saber que un metro sobre la séptima no garantiza el traslado masivo de un alto volumen de pasajeros.

Además esta vía no tiene conexión directa entre el norte y el sur de Bogotá en donde existe una alta demanda de personas que se trasladan de un lugar a otro. Es mejor no improvisar y estudiar la manera de establecerlo sobre la Avenida Caracas, en donde el Transmilenio colapsó, y cumplirá con su vida útil en el 2010. La Caracas es la única vía en la ciudad que atraviesa desde el sur, pasa por el centro y conecta con el norte sobre la autopista. Así el metro sería el eje de un sistema unificado de transporte masivo, en el cual el Transmilenio, el metro tren de cercanías y el transporte tradicional sean los alimentadores y no al revés, es decir el Transmilenio como eje central y el resto incluyendo el Metro como sus alimentadores.

Cada vez que se habla sobre esta idea, quienes se oponen lo hacen argumentando que Bogotá tiene una responsabilidad social con los más necesitados y que eso es más urgente, lo cual no discuto. Por eso pienso con toda seguridad que es necesario dar a los bogotanos y bogotanas de todos los estratos un transporte digno. Además como el metro pasaría por localidades vulnerables como Usme, Tunjuelito y Ciudad Bolívar les ayudaría a mejorar estructuralmente, de la misma manera como lo ha hecho el Transmilenio a medida que ha sido instalado en las distintas zonas. Para esto es necesario que dejemos de mirar al metro como un lujo, y lo veamos como una verdadera solución al transporte urbano tanto para ricos, como para pobres, y tengamos en cuenta que este también cumple con un criterio social, no sólo como impulsador de la arquitectura urbana, sino también generador de empleo y agente no contaminante del aire.

Es bueno que en Colombia poco a poco nos vayamos quitando el pensamiento ortodoxo con el que se cree que un mandatario tiene un mejor criterio social en la medida en que dedique el mayor tiempo de su administración a la caridad pública, así no solucione ningún problema.

El tráfico por la creciente compra de carros particulares amenazan con colapsar la ciudad si no se le presta atención y se piensa en una solución. Transmilenio no es la salida a este problema. Es necesario pensar en otra alternativa y qué mejor que un metro.


sevioscar@hotmail.com