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El nuevo lío de la JEP

¿Por qué no han dejado posesionar al fiscal de la Justicia Especial de Paz? ¿Simple prudencia o puja por el control de la nueva burocracia?

José Manuel Acevedo M., José Manuel Acevedo M.
16 de diciembre de 2017

Algo raro pasa en la incipiente Justicia Especial de Paz. Algo que además se ha manejado con total opacidad. A Giovanni Álvarez Santoyo, quien hará las veces de fiscal de la JEP, no lo han querido posesionar todavía y, de no ser por una carta que éste le envió al Fiscal General y que Noticias RCN reveló la semana pasada, los colombianos no sabríamos nada al respecto.

La cosa es más o menos así: un exparamilitar dice que el hoy designado fiscal de la JEP recibió fincas de unas supuestas víctimas para investigar y acusar a un jefe ‘para’ que operaba en el Casanare. Emiro Pereira Rivera, miembro de las autodefensas y protagonista de esta historia, terminó, en efecto, condenado a 40 años de prisión por el homicidio de tres personas y luego de su condena decidió enlodar al entonces fiscal de derechos humanos Álvarez Santoyo diciendo que su investigación no se basó en derecho sino en el interés personal y económico que tenía. 

Álvarez Santoyo le dice en su carta al fiscal Néstor Humberto Martínez que es absolutamente inocente, que no tiene fincas en la zona del Casanare -como relata el paramilitar que lo acusa- y que el propio denunciante dice no tener cómo probar esta situación porque se trataría de un simple chisme. 

No obstante, dos investigadores del CTI visitaron hace unas semanas las instalaciones donde funciona la JEP pidiendo información sobre el designado fiscal. Más tarde, el propio Néstor Raul Correa, secretario ejecutivo de la JEP, enterado de esta situación, decidió escribirle al ministro de justicia para ponerlo al tanto de lo que estaba ocurriendo. 

Ni Correa ni el MinJusticia han querido dar declaraciones sobre este asunto a pesar de que varios periodistas los han buscado pero, en privado, el tema ha sido abordado y hasta el sol de hoy el fiscal de la JEP sigue sin tomar control de su cargo.

¿Qué hay detrás de esa decisión de no querer posesionarlo? ¿Un mero asunto de prudencia para evitarse después dolores de cabeza o es algo más que no nos han querido contar?

Resulta curioso que días antes de que este caso estallara públicamente, el fiscal designado Álvarez Santoyo proyectó las necesidades de personal que tendría para poder entrar a operar y adelantar las investigaciones que le corresponden. Dijo en su informe que se necesitarían algo así como 320 personas que deberían ser contratadas para darle dientes a la dirección de investigación de la JEP. Semejante botín burocrático sería apetecido por cualquiera sobre todo en estas épocas electorales y es ahí donde surge una interpretación distinta del hecho de no posesionar todavía al doctor Álvarez.

Si la acusación que le hace el paramilitar es tan frágil y no puede probarse, ¿por qué los miembros de la JEP que deberían posesionar al nuevo fiscal se están haciendo los locos? ¿Acaso el señor ministro de justicia Enrique Gil ha insinuado que Álvarez debería hacerse a un lado para no causarle suspicacias a la JEP? De ser así, ¿por qué el interés del doctor Gil en que Álvarez renuncie?

Algo definitivamente huele mal. O a Álvarez Santoyo le tienen un guardado grande o no lo dejan posesionar simplemente porque quieren presionarlo para que dimita y puedan poner a otro que les sirva en la repartija de los más de 300 puestos que habría que crear para que la unidad de investigación entre a funcionar.

El botín burocrático de la JEP parece jugoso y hay mucha gente detrás de él. Por eso urge que exista claridad sobre este caso, que los que no quieren que Álvarez llegue al cargo lo digan públicamente y que la fiscalía avance en la investigación. 

La Justicia Especial, que ha nacido en medio de una polémica nacional, tiene un nuevo lío que le genera sospechas adicionales. Pasar de agache no es un lujo que se puedan dar. ¡Que nos expliquen qué está pasando!

Twitter @JoseMAcevedo

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