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'El Oráculo'

A Uribe, que es terrateniente, le parece indigno que haya una ley que obligue a los dueños de la tierra a probar que lo son. Que lo hagan las víctimas del expolio.

María Jimena Duzán
2 de octubre de 2010

¿Permitirá el presidente Juan Manuel Santos esa presidencia alterna que está montándole en sus narices el ex presidente Álvaro Uribe? La pregunta me la he hecho una y otra vez esta semana desde que vi cómo el uribismo de sangre azul y los medios anunciaron con gran pompa y boato la llegada del ex presidente Álvaro Uribe a la arena política. Por momentos me sentí como si a Colombia estuviera aterrizando un ser de condiciones sobrenaturales, al que el país tenía que recibir dispensándole toda suerte de privilegios, porque tal era la deuda que los colombianos habíamos contraído con él que era injusto que tuviera que vivir el calvario de sentir esa abstinencia del poder que experimentan los ex presidentes.

Luego vinieron las audiencias y el besamanos. El primero en pedir cita fue el díscolo presidente del Congreso, Armando Benedetti. La palabra que usó en los medios para registrar su visita al ex presidente Uribe fue la de "oráculo". Sus palabras textuales a La W fueron estas: "Es que el ex presidente Uribe se va a convertir en un oráculo", dijo. El Oráculo, por si acaso el presidente del Congreso no lo sabe, es el lugar al que se va a consultar a los dioses. O en la mejor de las acepciones, se trata del mismo Dios.

¿Y qué ha dicho 'el Oráculo'? ¿Acaso ha venido a aconsejar a su pupilo y copartidario, como cualquier ex presidente? No creo. Por lo que he sabido, a todos los seguidores que han ido a visitarlo les ha dicho que se va a oponer como una mula muerta al proyecto bandera del presidente Juan Manuel Santos: a la ley de restitución de tierras a las víctimas, que personalmente presentó Santos el día en que Uribe aterrizaba en la capital.

Esa ley al 'Oráculo' nunca le ha gustado, valga la verdad. De presidente la hundió porque no estaba dispuesto a reconocer el tema de las víctimas de agentes del Estado y encontró el argumento para sepultarla de que era demasiado onerosa; nos dijo que su gobierno no tenía plata para resarcir a tanta víctima (pero sí había para subsidiar a los finqueros ricos).

Ahora de ex presidente-presidente Uribe tiene una razón de clase más fuerte para oponerse a la ley: a él, que es terrateniente, le parece indigno que haya una ley que invierta la carga de la prueba y que obligue a los dueños de la tierra que serían objeto de la reclamación a probar que ellos son los propietarios. Eso que lo hagan los campesinos víctimas del expolio. Ese es el orden de las cosas. (Qué importa que muchos de ellos hayan sido despojados por esos dueños a sangre y fuego de sus tierras).

Tampoco le gusta el tribunal de magistrados que crearía la ley, el cual estaría encargado de evaluar la veracidad de esas denuncias, porque eso se prestaría a toda clase de arbitrariedades que podrían terminar en persecuciones políticas, como las que a él y a sus huestes les vienen haciendo la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía, al atreverse a investigar a su guardia pretoriana por escándalos que no existen, como ocurre con inventos como el de la yidispolítica o el de las 'chuzadas' del DAS.

En su primer día, 'el Oráculo' declaró su oposición a una de las banderas del presidente Juan Manuel Santos, y al otro día ya estaba intentando boicotearla. El presidente Santos tuvo que maniobrar a última hora para evitar que se descuartizara la ley de víctimas en su primera semana de vida, y en esas estamos. ¿Quién ganará el segundo round?

Pero no solo el ex presidente Uribe fue graduado de Dios. En su segundo día recibió la visita de uno de sus más agrios opositores, el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, responsable de sacar adelante no solo la ley de restitución de tierras a las víctimas, sino de una ley de tierras más general que todavía no se conoce y que el Ministro ha dicho que la va a presentar dentro de un mes.

No sabemos qué ocurrió en esa visita, pero la sola imagen del ministro Juan Camilo Restrepo yendo a la sede alterna del poder que ha montado el ex presidente Uribe a que les dé la bendición a los proyectos que él ha dicho que no va a apoyar refuerza la tesis de que Álvaro Uribe ha llegado al país a instalársele al presidente Juan Manuel Santos, no como ex presidente ni como su consejero, sino como un presidente alterno, dispuesto a oponerse a sus proyectos bandera.

La guerra entre los dos presidentes que hoy tenemos ha sido declarada, así los cantos de guerra no se hayan escuchado todavía. 'El Oráculo' no solo quiere convertirse en un poder alterno, también quiere utilizar ese poder para intimidar a la justicia, que tiene en serios aprietos a toda su guardia pretoriana. Vuelvo y pregunto: ¿permitirá el presidente Santos esta presidencia alterna que Álvaro Uribe le está montando?

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