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El poder de un hombre I

El neurótico, como lo hace Uribe con Santos, les restriega la infidelidad a sus hermanos. “En el fondo no es sino la expresión de su pesar por haber perdido esos días tan felices”, dice Freud.

Semana
27 de abril de 2011

No resulta fácil entender cómo en un régimen gubernamental que se proclama democrático, un solo hombre obnubila un pueblo y hace de él lo que quiera. Parece una hipérbole pero no lo es. Dos testimonios son apenas una muestra de la situación que padeció Colombia durante ocho años. El entonces exministro Juan Manuel Santos, en entrevista a Caracol-Radio (06/10/2009, 6:15 am a 6:53 am), expresó esta gran realidad. En efecto, el periodista Darío Arizmendi le preguntó, “¿por qué usted, sigue tan aferrado a la decisión que tome Uribe, para lanzar su propia candidatura, doctor Santos?” Y Santos contestó: “Porque el presidente Uribe es el dueño de los votos”. En el mismo sentido se pronunció el exvicepresidente de la República Humberto de la Calle Lombana: “Todos los candidatos uribistas han quedado parqueados a la espera de lo que ocurra. Y la política está girando alrededor de Uribe. A él le conviene la incertidumbre. Él copa todo el escenario” (El Espectador, 07/09/2009).

Los investigadores de la conducta humana y los científicos sociales nos deben un estudio del hombre que gobernó a Colombia entre 2002 y 2010, y la simbiosis socio-antropológica que se produjo entre él y la sociedad. Sabemos que Uribe es neurótico porque lo hemos visto y escuchado; sabemos que es un consumado político pragmático (Ballén, La pequeña política de Uribe, Temis, 2010); sabemos que tiene un sufrimiento oculto y una sed insaciable de venganza; sabemos de sus arbitrariedades. Pero ningún científico ha desentrañado su alma, ni ningún tribunal se ha atrevido a investigar los presuntos delitos en los que pudo haber incurrido por acción o por omisión.

Por los estudios que del neurótico hace Freud parece que el ex presidente Uribe clasifica en esa categoría humana. “Desde niño demuestra ser ambicioso”, y “busca experiencias reales, como encuentros con señores feudales o terratenientes, si vive en el campo, o con algún dignatario o aristócrata si vive en la ciudad”. Esto le permite “crear fantasías” para sustituir su pasado inmediato por otro superior. Con el correr de los años, el neurótico reclama para sí mismo la “legitimidad mientras que desconceptúa y elimina a sus rivales, incluyendo hermanos y hermanas, proclamándolos ilegítimos”. Nadie desconoce los antecedentes de Uribe, y la manera cómo actuó durante sus ocho años de su mandato. Pero son más delatores los comportamientos intransigentes del ex presidente, según Freud. Efectivamente, el neurótico, como lo hace Uribe con Santos, le restriega la infidelidad e ingratitud a sus hermanos y validos, lo “que en el fondo no es sino la expresión de su pesar por haber perdido esos días tan felices” (Obras completas, 1981, t. I, pp. 361-363).

Un hombre así, él solo, pero con todos los factores de poder en sus manos sustituyó la Constitución Política de 1991, mediante el acto legislativo 02 de 204, quebrantando al menos cinco bloques de materias: 1) Los principios de democracia, participación y pluralismo de ciudadanos y de partidos políticos. 2) Las declaraciones de igualdad, conformación, ejercicio y control político, financiación de las campañas electorales e imparcialidad y la no utilización del empleo como presión política.3) La estructura del Estado y la separación de ramas del poder público. 4) El equilibrio de órganos de control y régimen económico. 5) El equilibrio de poder central - poder descentralizado. En otras palabras, rompió la división tripartita del poder o sistema de gobierno mixto, cuya esencia consiste en mantener el equilibrio de fuerzas, de frenos y contrapesos, para evitar que haya desbordamientos y se atente contra la libertad de los ciudadanos.


*Rafael A. Ballén Molina es doctor en Derecho Público por la Universidad de Zaragoza (España) y director de la línea de Investigación Teoría Política y Constitucional y del Grupo de Investigación Hombre-Sociedad-Estado de la Universidad Libre de Colombia.

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