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¿El prontuario de una virtual magistrada?

La exsenadora Astrid Sánchez Montes de Oca, integrante de un nefasto clan político chocoano, protagonista de varios escándalos de corrupción, paramilitarismo y fraudes electorales, aspira ser magistrada del Consejo Nacional Electoral.

José E. Mosquera, José E. Mosquera
20 de agosto de 2014

La frase célebre “la política, como el bosque tropical, se alimenta de su propia basura” de Paul Carvel sintetiza lo que pasa en la política colombiana. El sistema electoral colombiano está tan viciado que cada cuatro años se multiplican los escándalos sobre las irregularidades electorales y, al calor de las mismas, se anuncian reformas, pero seguimos en las mismas.

Las mafias se han tomado la organización electoral, existen unos carteles que tuercen la voluntad popular. En Colombia, no están eligiendo las conciencias políticas de los ciudadanos libres, sino el poder corruptor de grupos de malhechores que se han tomado la organización electoral. Se sabe hasta la saciedad que el poder corruptor de los dineros del narcotráfico, el paramilitarismo y de la corrupción pública, junto con los fraudes, son los que están definiendo las calidades de los gobernantes regionales y del poder legislativo en Colombia.

En las elecciones del 14 de marzo del 2010, fueron tan graves las irregularidades que, faltando tres días para la posesión del Congreso de la República, no se conocía su composición. Ahora, en las pasadas elecciones de marzo, los magistrados del Consejo Nacional Electoral (CNE) repitieron el mismo libreto y en una decisión que se constituye en una grave afrenta para nuestro sistema electoral le echaron tierra a las anomalías de más de cinco departamentos. Frente a dichas irregularidades, la Fiscalía y la Procuraduría son sordas y mudas.

En cuanto a la impunidad con los fraudes electorales, si por los lados de la Registraduría llueve, por los senderos del CNE no cesa. De hecho, el CNE se ha convertido en uno de los peores nidos de corrupción electoral. Lo cuestionable es que es el Congreso de la República que elige a los magistrados que dirimen los asuntos electorales y muchos políticos que se han visto involucrados en escandalosos fraudes, sin escrúpulos éticos, ocupan la dignidad de magistrados de esa cuestionada institución. Y aquí no pasa nada. 

Hace una semana llego a mi poder la lista de los miembros del Partido de la U que aspiran a ocupar los escaños a los que tiene derecho esa colectividad en el CNE. Lo que más me sorprendió fue que entre los nueve aspirante a magistrado aparece la exsenadora Ástrid Sánchez Montes de Oca, protagonista de escándalos de fraudes electorales.

Una abogada que hace parte del cuestionado clan político chocoano Sánchez Montes de Oca, protagonista de varios escándalos de corrupción, paramilitarismo y fraudes electorales. Sus hermanos, el excongresista Odín y el exgobernador del Chocó Patrocinio Sánchez, purgaron condenas por esos escándalos.

Lo polémico es que en cuanto a escándalos, la exsenadora tampoco se queda atrás de sus hermanos. En las elecciones del 14 de marzo del 2010, fue protagonista de uno de los más insólitos fraudes en la historia electoral del Chocó. En aquellas votaciones, fue acusada y denunciada y, al parecer, algunas de las denuncias penales todavía no han sido resueltas en los tribunales. Además, cuando se desempeñó como fiscal en el Chocó se vio involucrada en un escándalo por el asesinato de un funcionario de la Caja de Compensación Familiar de ese departamento. Luego fue absuelta y esto generó cierta suspicacia. 

La misma que en la legislatura pasada fue escogida como una de las peores senadoras, la misma que pasó sin pena ni gloria por los departamentos jurídicos de la Universidad del Chocó y la Corporación Autónoma Regional, es quien actualmente aspira a ocupar una magistratura en el Consejo Nacional Electoral.

En el fraude electoral que se vio involucrada en el 2010, se presentaron falsedades en documentos públicos, cuyos expedientes fueron remitidos a la Fiscalía y a la Procuraduría para que se determinara sus responsabilidades penales y disciplinarias, pero van más de cuatro años y no ha pasado nada.

Lo increíble de ese fraude fue que, después de las irregularidades que se detectaron y que fueron motivo de escandalosos titulares en los medios de comunicación, el CNE lo aminoró a través de tecnicismos jurídicos. El chanchullo a favor de Astrid Sánchez en aquellos comicios no fue de simples adulteraciones de los materiales electorales, sino un concierto para delinquir.

En las elecciones del 9 de marzo aspiró regresar al Congreso, pero no salió electa. En compensación, quiere ser magistrada en el Consejo Electoral por el partido de gobierno. Esta es una síntesis del prontuario de una virtual magistrada del máximo tribunal electoral del país que, de resultar electa, será como poner un gato a cuidar ratones.

En Twitter: @j15mosquera
jemosquera@une.net.co

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