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El resto del mundo

A los norteamericanos les gusta más Bush por la misma razón que no gusta en el resto del mundo: porque es un peligro para el mundo

Antonio Caballero
30 de octubre de 2004

Hay un campeonato de cricket que se llama 'Inglaterra contra el resto del mundo', que suele ganar el equipo de cricket de Pakistán. Creo que hay uno de fútbol que se llama 'Brasil contra el resto del mundo', que gana siempre Brasil. Y cada cuatro años se disputa uno de 'Estados Unidos contra el resto del mundo', que son las elecciones presidenciales

norteamericanas. Por lo general lo perdemos todos: tanto los Estados Unidos como el resto del mundo. La semana que viene -el primer martes después del primer lunes de noviembre, reza la enigmática y hermética disposición constitucional- tenemos otra vez ese certamen. Y, una vez más, lo vamos a perder.

Hace unos días se hicieron encuestas en un montón de países, de la China a Chile, de la India a Inglaterra, de España a Egipto, de Australia a África del Sur, sobre las preferencias en cuanto a los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, George W. Bush y John Kerry. Y en todas partes (salvo en Israel) perdió Bush de manera arrolladora. Pero, claro, lo que pasa en la vida real es que ni los chilenos ni los chinos, ni los indios ni los ingleses, ni los egipcios ni los españoles, ni los australianos ni los surafricanos, votan en las elecciones de los Estados Unidos. (Los colombianos tampoco). Y es en los Estados Unidos donde va a ganar Bush, aunque pierda en todas partes. Ganará Bush, y perderemos todos los demás habitantes de la Tierra, empezando por los electores norteamericanos que van a votar por él.

Y va a ganar Bush de manera irreprochablemente democrática. No como la vez pasada, hace cuatro años, cuando perdió las elecciones pero su hermano Jeb Bush, que era (y sigue siendo) gobernador del estado de Florida se sacó de la manga los votos que hacían falta para ganar, y luego, en vista de las disputas por la trampa del recuento, los jueces de la Corte Suprema nombrados en su momento por el presidente Bush, padre de ambos, decidieron que el ganador era Bush, y que no había más discusión. No. Esta vez no va a ser turbia su victoria. Esta vez Bush va a ganar de verdad, con sus propios votos. Y por una razón muy sencilla. Que a los votantes norteamericanos les gusta más Bush que Kerry.

Y les gusta más Bush precisamente por la misma razón que hace que no les guste, y les dé miedo, a los habitantes del resto del mundo. Por la razón de que Bush es un peligro para el mundo. Pero eso a los votantes norteamericanos les encanta. Y es por eso que los estrategas electorales de Bush han reforzado ese 'mensaje', como se llama la cosa: "Bush no les gusta ni a los miedosos europeos ni a los traicioneros árabes, ni a los mendigos latinoamericanos ni a los comunistas chinos, ni a todos esos miserables extranjeros que no votan por aquí, pero que ya quisieran. No les gusta porque son cobardes. En cambio sí les gusta a los valientes, como los israelíes de Ariel Sharon, que luchan contra el terrorismo internacional (y que por otra parte, ellos sí, votan aquí)".

En eso les ayudan a los estrategas electorales de Bush los estrategas electorales de Kerry. Porque pretenden mostrar a su candidato como todavía más aterrador que el mismísimo Bush: "El nuestro también es capaz de bombardear a quien sea". "El nuestro también apoya lo que diga Ariel Sharon". "El nuestro es más guerrero que aquel otro: lo demostró peleando en Vietnam contra los malos de aquel entonces, que eran los comunistas".

O sea: que, como siempre, los dos lados dicen mentiras. Pero las mentiras aprestigian a Bush, y desprestigian a Kerry. Por las peores razones, en un caso y en el otro. Porque hacen ver a Bush como un valiente, cuando en realidad es sencillamente un matón; y hacen ver a Kerry como un oportunista, que quiere presentarse como un matón para no parecer 'una nena'.

Repito: va a ganar Bush. Y va a perder todo el resto del mundo.

Espero equivocarme.

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