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El sucesor de los Castro

Raúl Castro ya nombró sucesor para dentro de cinco años. Se trata de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, un ingeniero que nació con la Revolución.

Fanny Kertzman
1 de marzo de 2013

Para muchos la noticia pasó desapercibida. Raúl Castro anunció la semana pasada que este período presidencial que comienza va a ser el último. Se retirará en 2018 cuando tenga 86 años. Pero la verdadera noticia es que ya eligió sucesor, una persona que no hace parte de la vieja guardia que entró con Fidel en el Granma o luchó en Sierra Maestra. El elegido se llama Miguel Díaz-Canel Bermúdez, de 52 años, un ingeniero eléctrico que desde pequeño se afilió al Partido Comunista. Nació en 1960, un año después de la revolución cubana, es decir, toda su vida la ha pasado en la Cuba castrista y creció con la guerra fría. Raúl Castro lo acaba de ascender a primer vicepresidente del Consejo de Estado, donde reemplaza a José Ramón Machado Ventura, un líder de 82 años que fue compañero de quehaceres de Fidel Castro.

El cargo es especialmente difícil por las rivalidades en un partido que pocas oportunidades ofrece de renovarse. Todo aquel que tenga un interés en Cuba, incluyendo espías americanos y agentes de inteligencia cubana, van a rebuscar en su vida pública y privada, buscando secretos o pistas de cuáles serán sus planes. Mientras tanto, Miguel Díaz-Canel tiene que desplegar la autoridad de un futuro presidente, mientras actúa como si no quisiera el trabajo, manteniendo la sumisión y lealtad que requieren los Castro. 

"Va a ser un desafío" dice Brian Latell, un exagente de la CIA que monitoreó los discursos de Fidel Castro por años, y continúa haciéndolo con Raúl Castro, como analista independiente. "El récord de la revolución cubana está lleno de nombres de personas que se pensó iban a ser número 3 o número 2, y todos ellos salieron del panorama desde el principio de la revolución, tal como pasó con el Che Guevara", remata.

A lo largo de la historia, varias cabezas han caído después de tratar de transformarse en el sucesor de los Castro. Algunos fueron acusados de corrupción, otros de deslealtad en forma de chistes vulgares que se grabaron a escondidas, sobre la salud de Fidel y las capacidades políticas de Raúl.  

Pero al contrario de lo que sucedió con otros potenciales líderes, Díaz-Canel logró que lo nombraran oficialmente como el sucesor. Nadie más puede reclamar esa distinción, ni siquiera el Che Guevara durante la revolución. Y aunque mucho sobre Díaz-Canel es un misterio, lo que se sabe sugiere que Raúl Castro fue el que hizo la escogencia. Díaz-Canel, aunque es cien por ciento leal, tiene poco en común con Fidel. Parece más bien una versión más joven y casual de Raúl. 

Como Raúl, se sabe que es simpático y muy cálido en pequeños grupos, pero más recatado cuando le habla a las multitudes. Mientras que Fidel Castro se tomó el poder manejando un tanque en la Habana, Díaz-Canel es bien conocido dentro de los círculos del Partido Comunista por ir al trabajo en bicicleta, cuando trabajaba en la provincia de Villa Clara. Allí nació el 20 de abril de 1960. Su padre trabajaba para una cervecera y su madre era maestra de escuela primaria.  

Después de graduarse como ingeniero de la Universidad Central de Las Villas en 1982, prestó servicio militar por unos pocos años. Fue escalando posiciones en el Partido Comunista. Fue profesor universitario, primer secretario del Partido en las provincias de Villa Clara y Holguín. En 1991 fue nombrado miembro del Comité Central y en 2003 ascendió al Buró Político.  Fue ministro de Educación Superior de 2009 a 2012; fue promovido a vicepresidente del Consejo de Ministros en 2012. Un año más tarde, el 24 de febrero de 2013, fue elegido como Primer Vicepresidente del Consejo de Estado. 

Pertenece a un grupo de líderes partidarios que dirigieron provincias a los que la lejanía de la capital les permitía bastante independencia y capacidad de maniobra. Las características personales de un secretario provincial marcan la vida de la región que gobiernan. En el caso de Villa Clara, la presencia de Díaz-Canel al frente de la provincia permitió una vida cultural y una tolerancia raras en otras partes de la isla: allí se realizan los festivales nacionales de travestis y los de tatuajes, además de concentrar un muy numeroso movimiento de rock.

Poco se sabe sobre su vida personal. Una mujer llamada Lis Cuesta, que trabaja para Paradiso, una agencia del gobierno que promueve el turismo cultural, dice que es su esposa. Los vecinos dicen que viven una vida sencilla. Díaz-Canel tiene dos hijos de un primer matrimonio. 

Después de su carrera política en provincia, fue nombrado ministro de Educación Superior en 2009. Raúl Castro le alaba por su aptitud para el trabajo, su "firmeza ideológica", lo que ha despertado la ira del movimiento anticastrista de Miami, que lo critican por ser protegido de Castro. Las autoridades americanas han expresado escepticismo diciendo que la designación de un nuevo líder no es precisamente democracia.

El perfil de Díaz-Canel ha ido aumentando. Aparece más en televisión; en junio de 2012 acompañó a Raúl a la reunión de Río +20 en Brasil, y lideró la delegación cubana a los Olímpicos de Londres. También ha estado muy presente en reuniones con funcionarios venezolanos. 

La escogencia de Díaz-Canel señala un cambio importante: el nuevo líder de los cubanos no habrá luchado en la revolución. Los Castro saben que sus sucesores serán aquellos criados durante la guerra fría. Va a ser duro el camino para Díaz-Canel. Va a enfrentar demandas de mayores cambios, pero sin tener el peso político de los Castro y los revolucionarios de su época para llevarlos a cabo. Va a tener que mejorar o reinventar un sistema comunista construido sobre incentivos morales más que financieros. "Se trata de rediseñar todo el sistema, de arriba a abajo, guardando lo positivo, como el logro de la soberanía, y botando el desastroso aparato económico del estado, el centralismo institucional y todas las formas de intolerancia, rigidez y abuso de poder", concluye un observador. Ese es, ni más ni menos, el reto del sucesor de Raúl Castro.

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