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Elecciones con dolor de patria

Lo más oprobioso y denigrante para nuestro país, sería continuar gobernados por el presidente candidato, que abusando del poder, es el principal sobornador de conciencias electorales.

Uriel Ortiz Soto, Uriel Ortiz Soto
14 de junio de 2014

¿Será posible que los millones de ciudadanos que el domingo acuden a las urnas para elegir nuevo presidente, lo hagan consultando con su conciencia, libres de presiones y prebendas politiqueras, que se esconden tras las bambalinas, de quienes no tienen el pudor de Patria, ni mucho menos sentido común, para razonar sobre el impacto hacia el futuro de su decisión democrática?  

No olvidemos que nuestra patria está enferma, y es el momento de recuperarla del mal gobierno de los últimos cuatro años, con el fin de someterla a un programa de cuidados intensivos, puesto que está terriblemente fracturada en todos los órganos vitales de su administración. 

Lamentablemente a todos estos males, se les ha acumulado el comején de la mentira y el engaño, que es el que carcome las conciencias ciudadanas, haciéndoles creer que todo lo que se expone y se dice es posible, puesto que viene de la primera autoridad con jurisdicción y mando, cuando la verdad monda y lironda, todo se almacena en los  vericuetos de su propia mentalidad perversa.

Como es de público conocimiento, hemos asistido a un debate electoral, que nos ha dejado más perplejos que satisfechos, no por el candidato del Centro Democrático, Oscar Iván Zuluaga, sino por las continuas posturas mentirosas y ambivalentes del Presidente Santos, que todos los días aparece con falsas innovaciones y promesas que dejan desconcertados a todo el mundo. 

En las últimas semanas ha  anunciado cuatro perlas, que ni el mismo se las cree, pero, sin embargo, es bueno que la opinión pública se de cuenta de ellas, para que ilusionados por todos estos espejismos, no vayan a caer en el error:

1º- Que las Farc, reconocieron que hay que indemnizar a las víctimas del conflicto armado, cuando la verdad, es todo un proceso que no se logra de la noche a la mañana, puesto que se requiere de una evaluación de cada uno de ellos, en los más de cincuenta años que llevamos de conflicto armado.   

2º- Inmediatamente se firme la Paz, se acabará el servicio militar obligatorio: esta perla también requiere de un proyecto de Ley, y debe hacerse gradualmente.

3º- Las familias que paguen arriendo, los cánones servirán para amortizar compra de futura vivienda, qué horror Señor Presidente, este punto que si bien le endulza el oído a las familias más necesitadas, es tan imposible, como las cien mil viviendas que Usted prometió y que no se ven por ninguna parte. 

4º- Acuerdo de Paz con el ELN, los Colombianos en vísperas de elecciones no nos comemos ese cuento señor Presidente, ese es un anuncio de mera campaña política, con este grupo guerrillero se han iniciado varios procesos de diálogo sin ningún éxito. 

Por esta columna lo hemos advertido varias veces, que el proceso de Paz, debería sustraerse de las campañas políticas, puesto que la Paz, es un derecho legítimo, inalienable a todo ser humano desde que nace hasta que muere, y que los gobernantes, sin importar credos políticos y religiosas están en la obligación de preservarla. La campaña política que realizó el presidente- candidato, siempre fue apoyada en el proceso de paz. 

Es indudable que todos la queremos, pero no con impunidad, ni tampoco concediéndoles gabelas constitucionales de nuestro Estado de Derecho. Para que un grupo guerrillero llegue a la cima del poder después de desmovilizarse, se requiere que haya hecho dejación de la armas, suprima el reclutamiento de niños para la guerra  y la voladura de infraestructuras. 

¿Qué pasará si votamos por la paz, al vaivén de una campaña presidencial, donde los planes y programas de desarrollo, que deben acompañar el conflicto no se ven por ninguna parte? Muy seguramente que regresaremos a lo mismo, es decir, que se ha perdido el tiempo y tocaría empezar de nuevo. 

Siempre he creído que las promesas electorales, son simple pre - proyectos, sin ninguna consistencia jurídica y presupuestal, que por lo regular caen en el vacío, cuando no es que se archivan definitivamente, para volverlos a sacar en la próxima contienda. 

Da angustia decirlo, pero, es que llevamos más de cincuenta años de guerra, con miles y miles de muertos, millones de familias desplazadas, miles y miles de mujeres violadas y cientos de masacres con fosas comunes que aún están por descubrirse en las inhóspitas selvas, que sus familias angustiosamente las continúan reclamando para darles cristiana sepultura. 

Por todo lo anterior es que debemos reflexionar, hacer un alto en el camino y votar con verdadero sentido de pertenencia, la paz, hay que construirla entre todos con verdadero sentido de responsabilidad y respondiendo por lo que nos corresponde hacer como verdaderos ciudadanos de bien. 

Mal podemos decir, que una paz, que ha sido enarbolada como bandera política de una reelección es el camino. La verdadera Paz, hay que construirla con justicia social: cuando todas las víctimas del conflicto hayan sido indemnizadas, los guerrilleros entregado sus armas, los niños de la guerra regresado a sus hogares, los desplazados a sus parcelas y las madres cabeza de familia que quedaron viudas como consecuencia de las masacres de sus esposos reconocidas por la justica social, podríamos decir que hemos empezado a construirla. 

Cuando la justicia social empiece a florecer es porque hemos vencido la guerra y empezaremos a vivir en un País, donde el sector agrario podría ser más justo y todos podamos vivir de él sin necesidad de importar nuestros productos de la canasta familiar.    

urielos@telmex.net.co
urielos@hotmail.es

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