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Claudia pica en punta

Por las encuestas y por las tendencias de opinión en redes, Claudia llegó para mucho más que hacer ruido y meterle “color” a la campaña.

Ana María Ruiz Perea, Ana María Ruiz Perea
18 de septiembre de 2017

No por mucho madrugar amanece más temprano, dice un refrán. Así parece que estamos este año, madrugándole a las elecciones presidenciales de 2018, porque aunque faltan 6 meses para que arranque en firme la campaña, las candidaturas, las encuestas, las coaliciones y las apuestas están a todo vapor. Todas las fuerzas políticas hoy se acomodan y se disfrazan para intentar fortalecerse en medio del panorama de una treintena de precandidatos que forcejean por alcanzar la candidatura.

¿Y por qué este madrugón electoral? Parece ser que el destape del monstruo de mil cabezas de la corrupción, con los Odebrecht, los reficares, los magistrados extorsionistas y demás cloacas, está comenzando a hacer mella en los partidos y les ha obligado a tomar el camino más largo. En otras palabras, la pelea contra la corrupción les está haciendo difícil la vuelta.

Esto es lo que le sucede al nieto delfín. Dice no querer el aval del partido que él fundó, al que han pertenecido algunos de los políticos más hampones, corruptos y asesinos, porque ahora él es un independiente que va a inscribir su candidatura por firmas ciudadanas. Igual, si es que alguien se llegara a comer el cuento de la independencia de ‘coscorrón‘, tengan claro que mientras él posa de independiente recogiendo las firmas, es su maquinaria regional plagada de gamonales corruptos la que le va a poner los votos. Germán Vargas aun no marca como quisiera en las encuestas, pero se puede asegurar que en cuanto arranque 2018 pondrá acelerador y plata a circular a raudales para que, a como dé lugar, él ocupe el lugar que le legó el abuelo.

El candidato que hasta el momento puntea en las encuestas, Gustavo Petro, también recoge firmas, en este caso no para esconder al partido sino para hacerlo figurar, porque después de romper la unidad que tuvo el Polo y administrar muy regular a Bogotá, solo cuenta con un movimiento ciudadano y un concejal. Con más imagen negativa que positiva, a Petro le queda muy poco hacia dónde crecer, y los que saben del asunto aseguran que, en este momento, ya llegó a su tope de favorabilidad.

Un reguero de gente también busca firmas en la calle para poder inscribir sus candidaturas. Como Sergio Fajardo, el eterno sin partido que busca la postulación por su movimiento ciudadano, después de haber sido alcalde y gobernador, pero que de acuerdo con las encuestas tiene alta posibilidad de crecer. O Marta Lucía Ramírez, que renunció a la puja por el aval del Partido Conservador y anunció que por firmas aspira a convertirse en la candidata de una alianza de los conservadores con los uribistas.

Y a propósito de uribistas, los precandidatos de esa colectividad, como enanos de circo, van cada uno haciendo sus gracias frente al patrón para ver cuál de ellos recibe la bendición. En ese partido no hay encuesta que defina, ni consulta interna: a dedo el mesías lo decide. El Partido de la U, más partido que bulto de canela, está tan desfigurado que su única opción parece estar en Roy, el lagarto poeta; es el partido que llevó al presidente Santos al poder, en sus manos estuvo crecerlo o disminuirlo y sin duda optó por lo segundo.

El Partido Liberal tiene una encrucijada en su alma gastada. Las mezquindades de sus directivas, los cálculos de votos y las estratagemas politiqueras están dándole la espalda al candidato más completo, al único de esa colectividad que tiene verdadera talla de estadista, Humberto de la Calle. Mientras Cristo, Galancito y Velasco aspiran a reposicionarse en una consulta interna, la pastora Vivianne se las está poniendo difícil, y lo que parece que va a suceder es que el partido del trapo rojo va a preferir desteñirse en el moralismo cristiano que crecer en la grandeza de una figura como De la Calle.

Aunque no le amanezca más temprano, Claudia López sabe que ‘Al que madruga Dios le ayuda‘, y el partido verde con ella picó en punta. Mientras todos andan tratando de reunir sus 300.000 firmitas para postularse, Claudia ya recogió todas las firmas posibles (4,3 millones) para su consulta anticorrupción y ahora es la candidata oficial de su partido a la Presidencia de la República. Por eso jalona, junto con Jorge Robledo y Sergio Fajardo, una coalición en la que, posiblemente, De la Calle busque pista para aterrizar.

Por las encuestas y por las tendencias de opinión en redes, Claudia llegó para mucho más que hacer ruido y meterle “color” a la campaña. Está haciendo el rol de bisagra de la única opción por fuera de la polarización y la corrupción endémica de muchos y, quien quita, puede llegar a convertirse en la candidata de la coalición.

@anaruizpe