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El regreso de 'Il cavaliere'

Lo que pasa hoy en la península con Berlusconi demuestra que en Colombia y en el mundo en la política “Los muertos que vos matáis gozan de buena salud”, como dice la máxima atribuida a don Juan Ruiz de Alarcón.

Ramsés Vargas Lamadrid, Ramsés Vargas Lamadrid
17 de enero de 2018

Que ya no hay partidos fuertes en las democracias de Occidente y que las fracturas de la sociedad son el denominador común en estas, lo está demostrando Italia, país europeo que acaba de convocar elecciones para este 4 de marzo, detrás de las cuales volverá a ser jugador clave el polémico ex premier Silvio Berlusconi, que no puede ser elegido, pero si determinar quién será el nuevo inquilino del Quirinal.


La elección se antoja interesante para ese país y también para Europa que de la mano del francés Emmanuel Macron y de Angela Merkel buscan consolidar un bloque de gobiernos alejados de los extremismos de derecha e izquierda para llevar adelante las tareas comunitarias y el fortalecimiento de la Unión Europea luego del brexit. En esa medida, el aval al gobierno de Paolo Gentiloni en las urnas daría un alivio, pero eso está por verse debido a la fuerza de la derecha que, al igual que en el resto de países de la región, vende con rabia la idea de frenar las políticas migratorias y salirse de la Unión.


Pero en Italia nada es claro hoy. Lo único cierto es que tendrá que darse una serie de alianzas para formar nuevo gobierno. Ni la centro derecha ni la centro izquierda ni el Movimiento 5 Estrellas del humorista Bepe Grillo solas logran hoy el 40 por ciento de los votos necesarios para liderar el nuevo mandato en un país que ha tenido 64 gobiernos en estos 70 años. A la cabeza de los sondeos, con 27 por ciento, está 5 Estrellas, que se estrenó en esta legislatura, y que bajo la conducción de Luigi di Maio, escucha propuestas para una alianza. De cerca, con 25 por ciento, el Partido Demócrata de Matteo Renzi y Gentilone que tendría que salir a la caza de disidencias como Libres e Ilegales, mientras que los analistas ya miran el alcance de la alianza entre Forza Italia de Berlusconi, la ultraderechista y xenófoba Liga Norte de Matteo Salvini y los fanáticos Hermanos de Italia de Giorgia Meloni que sumarían un 35 por ciento de los votos.

Esto hace pensar que Italia puede repetir el camino de España donde hubo un largo periodo de interinidad ante la falta de mayorías claras y alianzas viables. De ser así, Gentilone seguiría al mando mientras se baraja de nuevo.


Los que más la tienen clara son Berlusconi y sus amigos Salvini y Meloni, que aún celebran el triunfo local en Sicilia de noviembre. Los tres trabajan desde ya en una alianza que los medios han llamado la ‘alianza de Arcore‘. En medio de vinos y quesos han trabajado sobre una agenda de temas que les son comunes como la reforma de las pensiones que puede ser cautivante a gente de mediana y avanzada edad, junto con un Ministerio para la tercera edad, que es idea de “ll Cavalliere”, y con propuestas populistas de menos burocracia, menos vínculos con Europa, reforma de la justicia y control de la inmigración. Italia es el que más migrantes ilegales recibe: 120 mil en 2017; esto es cerca del 70 por ciento del total de la UE.


Una agenda seductora, pero no necesariamente suficiente para una de las más importantes economías del continente con problemas complejos donde pesan un sistema bancario inestable, desempleo y el hecho de tener la segunda carga de deuda más alta de la zona del euro equivalente al 135 por ciento del PIB, lo cual trasnocha al Banco Central Europeo.


Mientras la derecha acaricia de nuevo el poder bajo la batuta del rey del bunga – bunga, la Europa integracionista se preocupa y el Banco Central cruza los dedos. No sabe a qué temer más, si al populismo del partido antiestablecimiento 5 Estrellas o a Berlusconi que de ganar sería el poder detrás del trono. Lo que pasa hoy en la península con Berlusconi demuestra que en Colombia y en el mundo en la política “Los muertos que vos matais gozan de buena salud”, como dice la máxima atribuida a don Juan Ruiz de Alarcón.