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A ESTO LLAMAN REPLICA

Antonio Caballero
12 de octubre de 1998

Me llega una carta desde Quibdó, que publico tal cual, sin mejorarle ni una coma:"A leer su escrito de la edición 850 del 17 de agosto de 1998, en la que usted haciendo alarde de su condición de ave carroñera, se refiere en términos ruines y desobligantes al doctor ERNESTO SAMPER PIZANO, llego a la conclusión de que eso no es sino el producto de las frustaciones personalesde alguien que no encuentra en su pequeñez mental, otra manera de desahogarse, sino valiéndose de los medios que tan generosamente se le ofrecen, para menoscabar inmisericordemente la imagen de personas que como en este caso el doctor ERNESTO SAMPER, no los ha movido en su vida otro interés que el de servir a los más necesitados de este país, tratando en algo de cerrar la inmensa brecha de las desigualdades sociales que existen.
Claro, llamará usted idiota, imbécil, o lo que quiera al doctor SAMPER, quizá porque no se avasalló al servicio de quienes muy seguramente lo patrocinan a usted _los oligarcas_, esos que se han enriquecido por centurias, a costa de la explotación y continuo empobrecimiento de los desprotegidos de este país; aunque es entendible su actitud, si se considera que usted vive de eso que hace _rajar del prójimo_.
Es que si a usted señor Caballero_que por cierto su apellido no le hace honor a su actitud_ le hubiese tocado vivir en medio de la falta de servicios públicos, sin una vivienda digna, enfermedades endémicas, en fin, toda clase de incomodidades propias de la pobreza _que muy seguramente usted no conoce_, quizá entendería las buenas acciones que el presidente SAMPER adelantó para corregir tales problemas.Quizá tenga la razón al llamar idiota e imbécil al doctor SAMPER, puesto que en su imbecilidad permite que otros más idiotas e imbéciles que él, se valgan de un buen nombre para conseguir con qué vivir.
Sólo me queda señor Caballero, que en aras de la equidad y objetividad periodística _si es que las tiene_, tenga usted la gallardía, de en ese mismo espacio que utiliza para denigrar de los demás, publicar esta carta, como una manera de permitirnos la réplica a quienes opinamos contrario a usted.
Atentamente,Harold A Guisado Ortega
C. C. 11'798.628 de Quibdó"

Cartas así me llegan a menudo. Si no las publico todas _"en aras de la equidad" etc._ es porque son todas iguales: no dicen nada. Porque como habrán visto los lectores el airado texto del señor Guisado no constituye una "réplica" a nada de lo que yo haya podido escribir contra, sobre, e inclusive a favor del doctor Ernesto Samper, cuyo nombre el corresponsal escribe siempre en admirativas letras versales. No es una réplica: son los habituales insultos, las habituales insinuaciones, y el mismo juego de palabras sobre mi apellido. Insultos poco apropiados: no es un "ave carroñera" quien ataca a alguien que, como Samper, lo que ha demostrado es ser muy vivo. Insinuaciones contradictorias: que escribo por desahogar mis frustraciones, o porque me patrocinan los oligarcas. El ingeniosísimo retruécano de siempre (aunque supongo que si me llamara Guisado, por ejemplo, el chiste sería otro). Y el inevitable colofón sobre mi falta de equidad, objetividad y gallardía, a causa de la cual no seré capaz de publicar la llamada "réplica".
La publico esta vez. A ver si por fin mis airados lectores dejan de mandarme todas las veces la misma carta

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