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Arte y Naturaleza del Medioevo en Bogotá

En Colombia y en Francia, donde la historia está marcada por guerras y conflictos, el mensaje del Año Colombia Francia 2017 constituye un legado de historias cruzadas para fomentar la paz con la naturaleza a través del arte y la creatividad.

Margarita Pacheco M., Margarita Pacheco M.
5 de mayo de 2017

Con el inicio de la primavera se vive un ambiente pesado y tenso con las elecciones presidenciales en Francia y la incertidumbre trasciende el ámbito europeo. En Colombia otras incertidumbres y riesgos reinan en el ambiente político y territorial. Inicia el mes de Mayo celebrando el mes de las madres, abuelas y mujeres comprometidas con la construcción de paz y se destapa la caja de pandora de abuso sexual y maltrato que padres y madres malvados ejercen sobre niñas y niños. Es como si viviéramos un retroceso a las prácticas brutales que ejercían los señores feudales del medioevo con sus vasallos, mucho antes de la colonización española.

La directora del Museo de Cluny de Paris, Elizabeth Taburet- Delahaye describe en el Catalogo de la exposición del Museo Nacional la noción medieval de la naturaleza. Se aplicaba a lo que nace y crece y por ende, hace alusión al poder creador de Dios y a la posibilidad que tiene el hombre de participar en ese movimiento creador. Los elementos naturales participaban en este mundo animado en perpetuo movimiento, mientras que el hombre era exhortado a observarlo y admirarlo. El artista encontraba allí su inspiración. La tierra, el agua, el aire y el fuego, el mundo vegetal y el reino animal, están presentes en las artes visuales y en la creación literaria a lo largo de la Edad Media. El campo y los bosques se extendían a las puertas de las ciudades y al interior de ellas, arboles, jardines, huertos y granjas eran parte del tejido urbano. La naturaleza era el sustento con la caza, la recolección de frutos, la pesca, y posteriormente la crianza de animales y la siembra. El 90% de la población europea del medioevo era campesina.

El tiempo medieval estaba regido por la variabilidad climática, las estaciones y las horas del día en cada estación. Tiempos bien diferentes al trópico donde las horas del día son casi parejas durante todo el año, con variaciones de estaciones secas y de lluvias. El clima como parte integral de la naturaleza se refleja en las expresiones del arte.

Hoy alegra observar el interés de jóvenes que buscan entender el legado cultural del medioevo europeo visitando el Museo Nacional. Este periodo de la historia de la humanidad, que duro casi diez siglos, abordó una diversidad de formas artísticas para relacionarse con la naturaleza. La exposición organizada en el marco del Año Colombia Francia 2017 da cuenta de un periodo cuya percepción del entorno natural está reflejada en la arquitectura, en la decoración de monasterios, iglesias, castillos feudales, muebles y piezas de artistas y artesanos de distintos oficios. Estas joyas del medioevo europeo están presentes por primera vez en tierra latinoamericana.

En el siglo I de nuestra era, algunas de las edificaciones más importantes de la ciudad galo-romana de Lutezia, principalmente los baños o termas, fueron erigidos en la colina de Santa Genoveva por los parisios. Relata el Catalogo de la exposición. “Estos vastos complejos arquitectónicos dedicados a los ejercicios físicos permitían también encuentros e intercambios comerciales entre los concurrentes, por lo tanto, eran uno de los lugares de socialización de la ciudad.” Este legado del disfrute de las aguas termales de los galo-romanos del medioevo, seguirá siendo uno de los escenarios de encuentro con el agua y con la naturaleza domesticada, durante muchos siglos posteriores en otras civilizaciones. En las ciudades se recoge el agua lluvia, circula por canales de vías empedradas, se construyen acueductos y termas, como fue la tradición en muchas colonias romanas.

El cristianismo, en muchos casos violento y arbitrario, va de la par con expresiones paganas ancladas en el arte y la cultura de esta época de expansión del poder eclesiástico.

El surgimiento de monasterios rurales a lo largo de Francia, de burgos en las faldas de castillos, consolidan una sociedad estamental de “bellatores” (los que luchan, la nobleza), “oratores” ( los que oran, el clero), y “laboratores” ( los que trabajan, el pueblo llano). Esta sociedad vertical está basada en la obra “La ciudad de Dios” escrita por San Agustín.

En esta sociedad del medioevo, cada estamento social tiene su propia relación con la naturaleza y el arte lo expresa claramente. La Iglesia católica exige respeto a esa segmentación de la sociedad so pena de la condena eterna. Es oportuno recordar que los primeros castigos de la Iglesia se sucedieron en el sur de Francia con el genocidio de los Cataros por parte de la alianza de la monarquía con el Papa en Roma. Los Cataros, ubicados en la Occitania y Cataluña Francesa, cuestionaron el comportamiento papal. Quienes expresaron su descontento fueron castigados severamente.

La Inquisición reflejó también una forma de relacionarse con la naturaleza y en especial con las mujeres, parteras, curanderas con hierbas medicinales, todas de origen campesino. Muchas mujeres, madres y abuelas, fueron quemadas en la hoguera acusadas de brujería por miembros del clero o de la nobleza. Las comunidades perseguidas tuvieron que esconderse en las montañas y bosques para huir de la violencia de los ejércitos del papa y del rey. La naturaleza sirvió de escondite para los que tuvieron que huir de la persecución religiosa y las agresiones bélicas.

En estos escenarios europeos que van desde el año 476 hasta 1453, la naturaleza tiene su lugar y su recato y no puede salirse de los preceptos de una Europa cristianizada que domina la sociedad estratificada y por lo tanto controla los territorios y las transformaciones del entorno natural.

El Arte y la Naturaleza en la Edad Media en el Museo Nacional invitan a reflexionar sobre un período de la historia de la humanidad, gracias a las Jornadas Cruzadas Colombia- Francia 2017. Esta exposición es también una gran oportunidad para construir nuevas miradas sobre lo que aconteció en otros continentes simultáneamente. Es también la oportunidad para mostrar en Francia la riqueza de las culturas precolombinas y su relación con el trópico andino amazónico.

Los comisarios del Año Colombia Francia 2017 Anne Louyot y Fabian Sanabria tienen por delante una enorme tarea: mostrar que nuestras culturas antes de la colonización española, constituyen un legado para la humanidad por su relación estrecha con la biodiversidad tropical. El testimonio de una pieza del Parque Arqueológico de San Agustín en Paris y la muestra de piezas de oro del Museo del Oro del Banco de la Republica, serán otro hecho excepcional de intercambio de saberes e identidad cultural que se podrá apreciar en Francia en el 2017.

En Colombia y en Francia, donde la historia está marcada por guerras y conflictos, el mensaje del Año Colombia Francia 2017 constituye un legado de historias cruzadas para fomentar la paz con la naturaleza a través del arte y la creatividad. Que sea la ocasión para hacer un llamado al Congreso de la Republica para que Colombia ratifique los Acuerdos de Paris. Son compromisos adquiridos en la COP 21 que claman por el respeto a la vulnerabilidad climática y por la naturaleza amenazada del siglo XXI.