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Familias en acción

Gracias al hoy detenido senador Alirio Villamizar, padre de otro favorecido, los ganadores no pagan impuestos sobre estos dineros.

Daniel Coronell
26 de septiembre de 2009

Lo más grave de las denuncias de la revista Cambio sobre el manejo que el gobierno le viene dando al programa Agro Ingreso Seguro no es que algunos ricos reciban subsidios con la plata de todos los colombianos. Eso es apenas otra expresión del modelo económico imperante que tiene amigos y detractores, y sobre el cual cabe la discusión.

Lo imposible de explicar consiste en que miembros de unas pocas familias -algunos de ellos donantes de las campañas del presidente Uribe- resulten favorecidos con las mayores tajadas de estos millonarios subsidios no retornables, teóricamente asignados en virtud de una aséptica fórmula matemática.

Un buen ejemplo es el de los Dangond y los Lacouture.

Silvestre Dangond Lacouture, a través de la empresa Palmas Oleaginosas del Casacará, hizo aportes para las campañas de Álvaro Uribe en 2002 y 2006. Un año después de girar la más reciente contribución, por cinco millones de pesos, su empresa palmera se presentó a la convocatoria de Agro Ingreso Seguro y ganó 447.297.788 pesos -plata de los contribuyentes- para instalar sistemas de drenaje y riego en sus tierras.

La empresa y su representante no tienen que devolverle ni un centavo al Estado. Eso es lo que en el lenguaje gubernamental se llama incentivo.

Otras personas que disfrutan de los ilustres apellidos Dangond y Lacouture, en distinto orden y con diversas combinaciones, también han recibido subsidios no reembolsables.

Alfredo Lacouture Dangond, donante de la primera campaña presidencial de Álvaro Uribe, resultó favorecido en el año 2008 por dos Agro Ingresos Seguros. El primero por 457.820.574 pesos y el segundo por 416.792.212 pesos. Algún talento especial deben tener estas familias para solicitar subsidios porque ese mismo año, su hijo Alfredo Luis Lacouture Pinedo se ganó otros dos subsidios no reembolsables que suman casi 900 millones de pesos. Mientras que la mamá, Isabel Mónica Pinedo de Lacouture, consiguió otro por 399 millones. A la hermanita, Victoria Eugenia Lacouture Pinedo, le tocaron 353 millones de pesos.

Muy competitivas han resultado también las ofertas de otros parientes: los hermanos Vives Lacouture.

Roberto Eusebio Vives Lacouture hizo moñona y obtuvo para empresas suyas dos subsidios que suman 920 millones. María Teresa Vives Lacouture, consiguió 348 millones para la suya. Patricia Vives Lacouture 465 millones. Silvia Rosa Campo Vives, casada con Juan Vives Lacouture, ganó 438 millones. Inés Margarita Vives Lacouture logró más de 770 millones de pesos. Álvaro Luis Vives Lacouture obtuvo para su empresa Banapalma 419 millones y Eduardo Vives Lacouture 429 para la suya.

José Francisco Vives Lacouture, doble primo de los anteriores, logró el mismo año 552 millones. José Francisco es uno de los aportantes de la Asociación Colombia Primero, la ventanilla siniestra que armaron los promotores del referendo reeleccionista para evadir los topes legales de financiación y presentar donaciones como parte de un préstamo.

También han recibido estos subsidios, entre otros, Victoria Arteaga Lacouture, María Gracia Morales Lacouture y Alberto Mario Lacouture.

Una historia similar les podría contar acerca de unos Dávila de Santa Marta -varios de ellos emparentados con los ya enumerados- y también grandes usufructuarios de Agro Ingreso Seguro y de otros programas gubernamentales.

Debe ser por eso, que el Ministro de Agricultura ha señalado, sin inmutarse, que el propósito del programa es beneficiar a las familias. Ciertamente no ha dicho a cuáles.

Como si fuera poco, y gracias al hoy detenido senador Alirio Villamizar, padre de otro favorecido, los ganadores no pagan impuestos sobre estos dineros. No tendría sentido que Colombia les quitara mezquinamente, una parte de lo que acaba de regalarles.

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