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Finca raíz

Un mes después de terminar campaña, cuando los candidatos derrotados tienen que lidiar con apremiantes deudas, Andrés Felipe Arias y su esposa compraron un lujoso apartamento en el norte de Bogotá.

Daniel Coronell
10 de marzo de 2012

Andrés Felipe Arias renunció al Ministerio de Agricultura para aspirar a la Presidencia en febrero de 2009. Su brillante hoja de vida no registra que haya tenido grandes negocios ni empleo en Colombia distinto a los cargos públicos que desempeñó: investigador del Banco de la República, asistente del gerente técnico, director de política macroeconómica del Ministerio de Hacienda, viceministro y ministro de Agricultura.
 
Una trayectoria notable en cargos del Estado, que es un empleador que paga poco.

Cuando dejó su último puesto –donde ganaba 11.250.000 pesos de sueldo básico mensual– el doctor Arias se dedicó a hacer campaña para convertirse en el candidato presidencial del Partido Conservador. En eso estuvo 13 meses hasta marzo de 2010, cuando resultó derrotado en la consulta interna de su partido.

De acuerdo con los documentos que presentó su campaña al Consejo Nacional Electoral, no quedaron remanentes en las arcas de esa causa. Por el contrario, el doctor Arias tuvo que pagar varias deudas, entre otras, una con el esposo de su gerente de campaña Beatriz Uribe, hoy ministra de Vivienda.

Lo llamativo es que el 19 de abril de 2010, un mes después de terminar campaña, cuando la mayoría de los candidatos derrotados tiene que lidiar con apremiantes deudas, Andrés Felipe Arias y su esposa compraron un lujoso apartamento en el norte de Bogotá. O mejor dicho, los derechos fiduciarios que les permiten disfrutar de esa cómoda vivienda.

De acuerdo con las escrituras, el apartamento adquirido a través de una fiducia les costó 700 millones de pesos. El doctor Arias y su esposa pagaron 308 millones de contado y suscribieron una hipoteca por algo más de 391 millones.

Dicho sea de paso, parece que hicieron un magnífico negocio con esa propiedad en el sexto piso del bello edificio. Lo digo porque hace poco salió a la venta un apartamento en el mismo conjunto. No es tan bueno como el del doctor Arias, es más pequeño y queda en el primer piso. Sin embargo, están pidiendo 1.550 millones de pesos por él, más del doble de lo que pagó el exministro por el suyo.

En vísperas de la Navidad de 2010, cuando ya habían empezado las acciones judiciales contra Arias por el caso de Agro Ingreso Seguro, él decidió cederle los derechos sobre el apartamento a su esposa. El contrato fue firmado el 17 de diciembre.

Dos meses después, ya en 2011, la Contraloría pidió el embargo de los bienes y cuentas de Andrés Felipe Arias. Entre tanto, la Procuraduría lo destituyó e inhabilitó por 16 años, la Fiscalía pidió que fuera detenido y la Corte Suprema decidió ordenar su reclusión, que hoy cumple en una instalación militar.

Pese a estas difíciles circunstancias para cualquier familia, 2011 no parece haber sido un mal año financiero para los Arias. En enero, cuando apenas despertaba 2012, fue efectuado un pago por 150 millones de pesos a la hipoteca del apartamento.

La revelación la hizo esta semana el periodista Jairo Lozano, de la FM de RCN, y hace parte de unos hallazgos de la Unidad de Investigaciones Especiales contra la Corrupción de la Contraloría General de la República.

El contralor delegado, Juan Manuel Vargas Ayala, inspeccionó el negocio fiduciario del apartamento y los pagos efectuados al banco que otorgó la hipoteca y encontró algunos indicios que los investigadores no consideran normales.

Por eso el contralor decidió oficiarle al procurador general de la Nación, manifestándole su concepto en estos términos: “Podría tratarse de enriquecimiento ilícito tipificado como delito en el artículo 412 del Código Penal Colombiano y por ser esa entidad la competente para indagar sobre esa situación, me permito dar traslado de la misma a fin de que se evalúe y se adopten las decisiones pertinentes y se proceda, de ser pertinente luego de las indagaciones efectuadas por esa entidad, a dar traslado de la misma a la Fiscalía General de la Nación para lo de su competencia”.

Ahora hay que esperar la reacción del doctor Arias, que seguramente sigue pensando que la mejor defensa es el ataque.

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