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FORMA O REFORMA

Semana
29 de noviembre de 1982

Las últimas medidas tomadas por el Ejecutivo con respecto al sector financiero complementan una imagen de gobierno que hace afirmar a muchos que nos encontramos ante uno de los grandes reformadores de Colombia. Un análisis de las conclusiones de recientes investigaciones sobre los gobiernos que, ante la historia de los procesos económicos, han logrado el título de reformadores indica que, además de aplicar oportunas medidas de política económica, aquellos gobiernos coincidieron en el tiempo con muy favorables coyunturas,tanto externas como internas.La situacidn actual, sin embargo, no parece apuntar ni en uno ni en otro sentido .
La Revolución del Medio Siglo, con José Hilario López a su cabeza,irrumpió en 1850 con un arsenal de reformas que, en el plano económico eliminó los monopolios estatales, especialmente el del tabaco, y redujo algunos aranceles, medidas que valieron para que la historiografía nacional definiese el comienzo del "libre cambio".A las medidas dictadas siguió una decada de gran prosperidad,pues por primera vez desde la Independencia algunos productos diferentes a los metales preciosos pudieron exportarse en cantidades apreciables, principalmente el tabaco y la quina. Fue el comienzo del modelo de desarrollo "hacia afuera",que habriá de lograr su plenitud cuando en la segunda y tercera décadas del siglo XX se dio la gran expansión de la econom ía parcelaria cafetera del occidente del país. La coyuntura creada por la Gran Depresión de 1930 fue el punto de quiebre del anterior modelo de desarrollo, y se inauquró la etapa de "gustitución de importaciones" o el desarrollo "hacia adentro",como la llamaron otros. A raíz de la Crisis, se elevaron los aranceles apareció el control de cambios, hubo certas medidas de control cuantitativo a las importaciones y se devaluó el peso en más de un 60 por 100, entre 1933 y 1935. Estas medidas, sumadas a otras muchas en lo social y en lo político,que se tomaron en los gobiernos de Olaya y López Pumarejo, fueron seguidas también por un extraordinario crecimiento económico, comandado por la industria manufacturera que durante la década de los 30 se expandió a las más altas tasas a las cuales ha crecido hasta hoy en día. Del liderazgo del sector exportador se pasó, entonces, al liderazgo del sector industrial y el crecimiento se volcó sobre el mercado interno . Este modelo, en su forma más o menos pura, se extendió hasta finales de la década de los 60, cuando el gobierno de Carlos Lleras dictó el célebre decreto 444, considerado causa fundamental del crecimiento acelerado de las llamadas exportaciones menores. Un destacado economista extranjero bautizo el nuevo modelo como la "promoción de exportaciones", sistema que,en términos generales, abandonó la prioridad sobre el mercado interno y lanzó al sector productivo a la competencia por los mercados mundiales.
Estudios recientes permiten desvirtuar,en gran medida,las relaciones de causalidad entre la adopción de estas políticas y el cambio de rumbo en la economía . En primer lugar, está de mostrado que la expansión de las exportaciones en la segunda mitad del siglo XIX no fue consecuencia de la política implementada, sino de las constantes crisis de los mercados mundiales de alimentos y productos tropicales hechos que permitieron la fugaz aparición de diferehtes productos colombianos. El llamado "libre cambio " no fue tan libre ,ni tampoco de mucho cambio. Los aranceles advalorem a las importaciones subieron durante los gobiernos radicales y se ha demostrado que las exportaciones per cápita de comienzos del siglo XX apenas superaban los niveles de finales del período colonial. El que la economía parcelaria cafetera haya posibilitado la extraordinaria expansión de las exportaciones no se debió a ninguna pol itica económica y, por el contrario ,su acelerada evolución sí fue un hecho definitivo para generar una serie de procesos y dinámicas que transformaron estructuralmente la sociedad colombiana de comienzos de siglo. Por ello ,aún antes de la Gran Depresión, ya se contaba con un entable industrial más o menos constituido ,con un tímido mercado de capitales y al interior del Estado se habían dado importantes transformaciones para adecuarlo a un nuevo modelo de acumulación de capital .Cuando sobrevino la Crisis , se frenó la expansión de algunos sectores, como los textiles de algodón ,y si bien se aplicó el paquete proteccionista, anteriormente anotado la política arancelaria fue ineficaz para encarecer la competencia extranjera y, quizas ,sólo la devaluación pudo haber jugado un papel algo significativo para estimular la expansión industrial. Finalmente el crecimiento de las exportaciones menores en la década de los 60 era un proceso que ven ia desde antes de la expedición del 444, siendo su causa fundamental la extraordinaria expansión del comercio mundial que se extendió hasta la recesión de 1974. El papel de la devaluación, los CATS, o los créditos de fomento,fue lubricar un proceso que de todas maneras se hubiese dado,tal como efectivamente se realizó en muchos otros países .
Con base en estas experiencias, un gobierno que pretendiese hacer reformismo, en los actuales momentos, debería tener en cuenta que la coyuntura internacional es una de las más desfavorables desde la Segunda Guerra Mundial y que internamente, no se vislumbra tampoco una coyuntura favorable, existiendo un consenso general de que una de las causas de la actual recesión es la fuerte caida en la demanda efectiva. Ante este escenario la única alternativa del gobierno ser ia tomar drásticas medidas de política económica, mayores aún a las de aquellos gobiernos reformistas a los cuales, tanto la situación externa como la interna, les allanaron el camino. En la práctica ,sin embargo ,no se vislumbran hasta hoy estas medidas.
La elevación de ciertos aranceles y la extensión del CAT a ciertos productos agricolas sugieren que las autoridades económicas confíen en una reproducción mecánica de la situación de finales de los 60, pero como se ha visto, muy diferentes eran entonces las condiciones de los mercados mundiales. La estrategia de reactivación se centra en el plan de vivienda sin cuota inicial, propósito que, ante la magnitud de la crisis, representa tan sólo una débil medida para recuperar la demanda nacional.
Ante toda esta situación ,una política que garantice, no sólo la reactivación del sector productivo, sino un crecimiento elevado y sostenido a mediano y largo plazo, sólo es posible con drásticas medidas redistributivas, que permitan un incremento masivo de los ingresos de amplias capas de la población. Esto elevará la demanda efectiva lo cual, a su vez, jalonará el desarrollo de un sector productivo ojalá racional y planificado. Estas políticas dependen, en gran medida, de la voluntad del Ejecutivo y de su legitimidad en el con junto de la sociedad. Esta última parece tenerla asegurada en los actuales momentos. Está a la espera la voluntad del gobierno. S
"Santiago Montenegro, Economista y Magister en Economia de la Universidad de los Andes. Actualmente es investigador del CEDE y profesor en la Facultad de Economía de la misma universidad.