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La tragicómica y voraz dictadura de Ortega en Nicaragua

En un hecho insólito de la historia latinoamericana, el excomandante revolucionario supera los abusos y las excentricidades del clan Somoza, derrocado por el sandinismo.

Germán Manga, Germán Manga
18 de septiembre de 2016

El general Rafael Leonidas Trujillo, durante 31 años dictador de República Dominicana,  nombró coronel del ejército a su hijo Ramfis de apenas tres años de edad y a su hija Angelita, a los  14,  embajadora especial para asistir a la coronación de la reina Isabel II.  François Duvalier, durante 14 años dictador de Haití,  tenía la costumbre de lanzar al aire billetes de alta denominación  para regocijarse viendo a sus  ministros en la lucha por recogerlos.

En Nicaragua, Anastasio Somoza García, segundo de la dinastía que gobernó al país entre 1938 y 1979, amaba tanto a su hija Lilian que la hizo coronar Reina de la Guardia Nacional, -con corona de oro y diamantes-  y ordenó  insertar su imagen en los billetes de un córdoba. Su hijo y también dictador, Anastasio Somoza Debayle, enriqueció durante  sus 12 años de gobierno a sus hijos y parientes a través de un régimen tan voraz y corrupto que llegaron a tener una empresa  que les compraba sangre a los más pobres del país para exportarla con amplia ganancia a los Estados Unidos.

El dictador latinoamericano, la tragicómica y grotesca imagen que inspiró novelas inmortales de García  Márquez, Roa Bastos, Asturias, Carpentier, entre otros,  tiene su nuevo exponente en Daniel Ortega, el exjefe de la revolución sandinista que derrocó a Somoza y que ahora supera muchos de sus abusos y excentricidades.

Aparentemente es un buen padre. Tiene a su hijo Laureano Ortega a cargo de ProNicaragua, una entidad en la cual se ha hecho rico mediando con los inversionistas extranjeros.  Laureano fue el responsable de poner en marcha el proyecto del canal interoceánico –para muchos delirante porque su construcción implicaría destruir el Lago Nicaragua la principal reserva de agua del país- y cuya realización es incierta por la ruina económica del inversionista chino Wang Jing quien recibió la concesión para construirlo. Además de negociante, Laureano es cantante lírico y promueve, con el respaldo del gobierno, un festival en el Teatro Nacional de Managua en el cual intervino en La Bohemia y Turandot, dos de sus óperas favoritas.

Su hermano mayor, Rafael, está a cargo de la distribución del petróleo que Nicaragua recibe de la controvertida y cuestionada cooperación venezolana a través de la cual, según denuncias del periodista Octavio Enríquez, Daniel Ortega y su familia han desviado más de tres mil millones de dólares hacia sus propias arcas.

Tino, Daniel Edmundo, Juan Carlos, Camila, Luciana y Maurice Ortega Murillo el resto del clan, controlan los cuatro principales canales de televisión de Nicaragua y el mismo Rafael Ortega Murillo un importante grupo de emisoras y de medios digitales. También tienen grandes negocios en moda, turismo y ganadería.

Sólo está excluida de beneficios y negocios Zoilamérica Ortega Murillo, hija del primer matrimonio de la primera dama, Rosario Trujillo, quien denunció en 1998 que su padrastro Daniel Ortega la violó sexualmente desde que tenía 11 años. El matrimonio Ortega Trujillo la desterró de Nicaragua en el año 2013. Hoy en el exilio es una de las voces que junto con varios de los viejos comandantes sandinistas denuncia los constantes y cada vez más audaces movimientos de Ortega para consolidar su dictadura.

Desde 2007, cuando recuperó la presidencia que había perdido en 1990, además de entregar a su esposa y a sus hijos el control económico y de los medios de comunicación del país, Ortega cambió la Constitución para consagrar la reelección indefinida.

El intento de postularse este año a un cuarto mandato consecutivo y séptimo en la historia del país, enfrentó la aspiración de Luis Callejas por la Coalición Nacional por la Democracia. Ortega, a través de la Corte Constitucional que maneja a su antojo hizo anular esa candidatura. También vio amenazas de oposición en la Asamblea Nacional y las resolvió haciendo destituir por el Consejo Supremo Electoral, también de bolsillo, a los 28 diputados del Partido Liberal Independiente (PLI).

La cereza que le faltaba al pastel era postular el pasado mes de agosto como fórmula vicepresidencial a su esposa Rosario Murillo, quien ha sido el poder detrás del trono: primera ministra, asistente personal, jefe de gabinete, entre otros cargos. Activa y omnipresente la primera dama toma todo tipo de decisiones, redacta leyes y hasta rediseñó el escudo nacional.

Sorprendente y terrible paradoja que en nombre del Movimiento Sandinista y de la Nicaragua que liberaron Ernesto Cardenal, Sergio Ramírez, Tomás Borge y Miguel D’Escoto, Daniel Ortega haya terminado por instaurar un sistema dictatorial de “banana republic” como el que convirtió a los Somoza en dueños del país entre 1937 y 1979 y que según Zoilamérica  el nuevo dictador controla con su familia a través de  una extensa red de testaferros, abogados locales e internacionales, sostenidos bajo un esquema de absoluto control militar.

Tan solo en sus primeros veinte años de gobierno los Somoza se convirtieron en los principales terratenientes de Nicaragua. Tenían más de 50 establecimientos ganaderos, 46 fincas cafetaleras y 48 casas solamente en Managua. Ganadores seguros y sin rival de las elecciones del próximo 6 de noviembre, Ortega y sus muchachos tienen vida, medios y ninguna oposición para superar ese legado. Paz en la tumba de Augusto César Sandino.

* @germanmanga

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