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Hacia una agricultura competitiva

El gobierno quiere darle un giro a las políticas agrícolas y fortalecer el sector para sacarle provecho al campo. Para ello solicitó un préstamo por 30 millones de dólares al Banco Mundial. El viceministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, escribe sobre los planes del Ejecutivo y cómo podrían verse beneficiados los campesinos y otros colombianos.

Semana
14 de marzo de 2004

Desde que se produjo la liberalización comercial a finales de los años 80 y comienzos de los noventa, el Estado colombiano viene haciendo esfuerzos para apoyar la transición desde una agricultura con énfasis en cultivos sustitutivos de importaciones y orientada al consumo interno, hacia una con predominio de cultivos competitivos tanto en los mercados domésticos como en los externos. A pesar de estos esfuerzos, el desarrollo del sector agropecuario es todavía limitado y los índices de pobreza en las zonas rurales siguen siendo altos. Peor aún, los desequilibrios económicos en el campo generan graves consecuencias para el país en términos sociales, de equidad y de orden público. El presidente Uribe así lo planteó en la última tertulia del crecimiento económico: "Una agricultura débil equivale a un terrorismo fuerte".

Así pues, el Gobierno ha priorizado como una de sus siete herramientas de equidad el 'Manejo social del campo'. El eje de esta herramienta es convertir al campo colombiano en un sector próspero y creador de riqueza, empresarial y rentable, altamente competitivo en los mercados internacionales, jalonado por la iniciativa privada individual o asociativa, abundante en empleo y bienestar para todos. Se busca, en últimas, hacer del campo un sector de redistribución dinámica de rentas y de rápida recuperación del tejido social, lo que legitimará la derrota definitiva de un narcoterrorismo oligarca y una subversión sin rumbo ni ideales.

Por supuesto, el Gobierno requiere un volumen suficiente de recursos para financiar los instrumentos concretos dentro del 'Manejo social del campo'. Parte de estos recursos provendrán de una operación de crédito con el Banco Mundial por un monto total de 50 millones de dólares, de los cuales 20 corresponden a una contrapartida de la Nación. El mes próximo una misión del Banco visitará al país para estudiar las condiciones de política que respaldan la operación. Si los tiempos acordados se cumplen, y esto no siempre sucede pues los tiempos no los controla únicamente el Gobierno, la operación se someterá a consideración del directorio del banco hacia mediados del año. Una vez aprobado el crédito, los desembolsos se programan dentro del presupuesto nacional. Sobra decir que el Gobierno nacional garantizará una total vinculación de las entidades territoriales a este programa.

Los recursos del crédito financiarán acciones en cuatro áreas que se interrelacionan entre sí: i) ciencia y tecnología, ii) acceso a factores productivos, iii) desarrollo de mercados, y iv) sistemas de información:

Ciencia y tecnología

El proceso de transición necesariamente debe estar acompañado por una fuerte institucionalidad para el desarrollo científico y tecnológico. A través de este programa se contribuirá a la estructuración de una política que optimice la utilización de recursos públicos, fomente la inversión privada en la producción y uso del conocimiento y dote al sector de instituciones fuertes y eficientes en temas como la bioseguridad, la bioprospección, la genómica y la certificación en buenas prácticas agrícolas. Para optimizar los recursos destinados al desarrollo y la innovación tecnológica, se ha pensado en el diseño de un fondo único concursal para que las universidades y centros de investigación (públicos o privados) compitan por los escasos recursos. Esto no sólo induce la competencia y hace más eficiente la asignación de los recursos, sino que también induce un criterio de región y cadena en los propósitos de la investigación.

Acceso a factores productivos: tierra, agua y crédito

En esta área, el programa facilitará el acceso de la población rural a los factores requidos para el desarrollo de actividades económicas que mejoren sus ingresos y, por ende, sus condiciones de vida. Las acciones específicas estarán orientadas en una primera fase a mejorar el acceso y la adecuada utilización de la tierra. También se diseñarán mecanismos que optimicen la irrigación, recurso fundamental para el desarrollo agrícola del país en cuanto atenúa la agricultura de 'casino' y permite flujos económicos mucho más ciertos y previsibles. En consecuencia, se diseñarán incentivos a la inversión privada en la construcción, operación y mantenimiento de distritos de riego. Adicionalmente, el programa busca mejorar el acceso al crédito y al aseguramiento para el desarrollo de actividades productivas que dinamicen las economías regionales. El papel de los mercados financieros y las bolsas agropecuarias es fundamental en este proceso.

Desarrollo de mercados

El programa también busca definir una política de mercados que oriente el proceso de transformación de la agricultura colombiana. Se destinarán recursos a la depuración de los instrumentos de política comercial para que sean consistentes no sólo con los acuerdos comerciales internacionales, sino también con la exposición gradual y cuidadosa de los subsectores agrícolas más vulnerables a la competencia externa. Otros recursos del programa estarán orientados a: i) la incorporación de los agentes rurales en esquemas empresariales, ii) la reconversión y modernización de zonas agropecuarias rezagadas frente a la competencia internacional, iii) la construcción de un sistema de concesiones de infraestructura en irrigación, para consolidar la competitividad del sector, y iv) el acceso adecuado de los productores rurales a los instrumentos financieros y de aseguramiento necesarios para hacer un plan de negocios sólido.

Información

Ante el enorme reto que le impone al país la exposición de sus sectores productivos en el marco de los acuerdos comerciales internacionales, es evidente la importancia que adquiere la información como insumo estratégico para facilitar la toma de decisiones en los negocios. La estructura de producción y uso de la información es particularmente débil en el sector agropecuario, y por esta razón, a través del programa de transición se llenarán algunos de los vacíos más importantes en este campo. Se trabajará en la construcción del sistema censal rural y en el de costos de producción. Se construirá un sistema de información territorial para la planeación, evaluación y seguimiento de la inversión para el desarrollo rural. También se fortalecerá el acceso y el uso de información por los actores reales del sector rural, los formuladores de política, las comunidades y los empresarios.

En suma, el crédito del Banco Mundial que hoy gestiona el Gobierno para financiar el programa de transición en el sector agropecuario evidencia la férrea voluntad del presidente Uribe y su ministro de Agricultura de fortalecer el aparato productivo del campo ante la competencia internacional, dotándolo de herramientas que lo hagan rentable, empresarial y sostenible, para que sea en una fuente generadora de empleo y redistribución de rentas. Así pues, el 'Manejo social del campo' se consolida como el aliado natural de la 'Seguridad democrática'. Entre ambas políticas, las fuerzas narcoterroristas de la subversión serán completamente derrotadas y sometidas por los ciudadanos de bien.

*Viceministro de Agricultura