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JOSÉ MANUEL ACEVEDO M.

¡Hasta la agonía es cara!

Aunque las cancillerías de Ecuador, Bolivia, Colombia y Perú acordaron recientemente eliminar el Parlamento Andino, su declaración de buena voluntad no es suficiente.

José Manuel Acevedo M., José Manuel Acevedo M.
12 de octubre de 2013

El Parlamento Andino se resiste a morir. Aunque las cancillerías de Ecuador, Bolivia, Colombia y Perú acordaron recientemente eliminar esta ociosa institución, su declaración de buena voluntad no es suficiente y hay quienes quieren agarrarse de cualquier formalismo para convocar a elecciones de parlamentarios andinos el próximo mes de marzo.

En sentido estricto, mientras los Congresos de cada país no aprueben un protocolo de modificación y todavía exista una ley en el ordenamiento colombiano que ordene realizar comicios en marzo de 2014, el dichoso parlamento seguirá vivito y coleando.        

Así las cosas, corremos el riesgo de ir a unas elecciones que resultarán más inútiles y costosas que el mismo parlamento, sólo para darle gusto al leguleyismo obsesivo que pone por delante lo formal sobre lo real. 

Y es que si no hacemos nada, la agonía del ‘Elefante andino’ va a resultar carísima para los colombianos. En el presupuesto de la Registraduría figuran más de 16.000 millones de pesos destinados solamente a elaboración y distribución de tarjetones electorales para los comicios de parlamento andino. A esa cifra hay que sumarle otros 4.000 millones en cuestiones logísticas y apoyo de personal que la organización electoral debe disponer si en marzo llegaran a ser convocadas esas elecciones. ¡En total serían, 20.000 millones de pesos tirados a la basura!

El presidente Santos nos dejó iniciados, se conformó con el anuncio y ha hecho poco por evitar que tengamos que incurrir en semejantes gastos.

Otro tanto está pasando en el Congreso. El senador Juan Carlos Vélez presentó hace casi un mes en la comisión primera, un proyecto para derogar la Ley 1157 de 2007 que reglamentó el voto popular para el Parlamento Andino y le dio el estatus de congresistas a los miembros de esta corporación, con los sueldos y las prebendas que ya todos conocemos.

Aunque el senador Juan Manuel Galán, presidente de la comisión primera, le pidió a Vélez que se encargara de la ponencia para agilizar los trámites, el proyecto de ley derogatoria anda estancado. La operación tortuga de los honorables parlamentarios y la prioridad que le han dado a otros temas tienen el asunto en espera y no queda casi tiempo para aprobarlo.

El Gobierno, que sacó pecho después de la reunión del consejo de ministros de la CAN, no ha sido capaz de empujar la ley que nos evitaría ir a las urnas a validar el parlamento moribundo.

Nos quieren llevar a los colombianos a los comicios más absurdos de la historia. No les parecen suficientes los miles de millones de pesos desperdiciados en un órgano que nunca procuró la integración de nuestros pueblos, y ahora quieren que nos gastemos 20.000 millones de pesos en unas elecciones que no servirán para nada porque en unos meses el Parlamento Andino dejará formalmente de existir. 

Como la salida legal es tan enredada, el camino fáctico parece más simple y contundente: si los colombianos les exigimos a los partidos políticos NO presentar candidatos al Parlamento Andino, por sustracción de materia no habrá a quién escoger y no tendrá sentido mover todo el aparato electoral para producir tarjetones en blanco. 

Ya que no pudimos ahorrarnos los inmensos recursos dilapidados en el pasado, logremos ahora, unidos, salvar miles de millones de pesos en el futuro. 

¡Exijámosles a los partidos que se abstengan de presentar candidatos al Parlamento Andino, para que el entierro de este esperpento burocrático no termine costándonos más que todos sus años de inoficiosa vida!

Twitter: @JoseMAcevedo    

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