Hechos aislados

El presidente de la Comisión de Repara-ción, nombrado por el gobierno, revela que los paramilitares están desapareciendo por segunda vez a sus víctimas. Desentierran los cadáveres para borrar la evidencia de las masacres.

También desaparecieron los expedientes por secuestro que vinculan a los jefes paramilitares. Quinientos cuatro

procesos, que implican a los comandantes de las autodefensas, se esfumaron en despachos de la Fiscalía. Así lo denunció el dirigente conservador Gustavo Adolfo Muñoz ante el Consejo Superior de la Judicatura.

Varios chanceros viven bajo el miedo. Miembros de la antigua 'Oficina de Envigado' vienen extorsionándolos y amenázandolos para quedarse con el negocio.

No hay autor intelectual identificado en los asesinatos del congresista Óscar González y el médico Ricardo Serna, sucedidos el año pasado en Manizales. Según la Policía, uno de los detenidos declaró en el momento de su captura que trabajaba para 'Don Berna' en la 'Oficina de Envigado'.

Veintitrés estudiantes y profesores de la Universidad de Antioquia están amenazados de muerte, a nombre de las autodefensas. Un profesor y siete estudiantes de la Universidad Nacional recibieron intimidaciones similares firmadas por las AUC Bogotá.

La Defensoría del Pueblo denuncia que ocho grupos paramilitares operan en Altos de Cazucá en Soacha y en Ciudad Bolívar al sur de Bogotá.

En San Pablo, Bolívar, el antiguo jefe de las autodefensas de la población cita a las juntas de acción comunal para anunciarles que empezarán a funcionar cooperativas de seguridad 'Convivir', bajo el mando de los reinsertados.

Los paras -con otros nombres- reaparecieron en 17 departamentos, especialmente en las zonas de cultivos ilícitos. En Córdoba, Bolívar, Cesar y los Santanderes se hacen llamar 'Águilas Doradas y Azules'. En Cauca se apodan 'La Mano Negra'. En el Valle operan como las 'Rondas Campesinas Populares'. En Nariño funcionan bajo la sigla ONG 'Organización Nueva Generación'.

Nueve campesinos venezolanos son asesinados en el Zulia. Las pesquisas señalan como responsables a grupos paramilitares colombianos.

Salvatore Mancuso les saca tiempo a sus celebraciones en el Club Campestre de Montería, para escribirles a las autoridades. Asegura que un grupo de narcotraficantes siembra el terror en Tierralta, Córdoba. Diez personas han muerto.

Según el cabecilla desmovilizado, los asesinos son ex paras reunidos en una nueva organización llamada 'Los traquetos'. Algunos de los caídos tienen también su historial en el narcotráfico. El comandante de la Policía de Córdoba afirma sobre las víctimas: "Son amigos o han sido cercanos al señor Mancuso. Esto es un ajuste de cuentas, una 'vendetta' en el interior de esas organizaciones".

El Tiempo cita testimonios, según los cuales hombres de 'Don Berna' quieren apoderarse a sangre y fuego del territorio de Mancuso.

Hay indicios de que la muerte del dueño del Envigado Fútbol Club está relacionada con esta vendetta. Antes de ejecutarlo los asesinos -hablaron largamente con él y lo torturaron- replicando procedimientos que recuerdan las purgas de Pablo Escobar. A su sepelio asistió Daniel Ángel, jefe del Bloque 'Héroes de Granada', uno de los ejércitos al servicio de 'Don Berna'.

Siguen los crímenes. Continúa el narcotráfico en las zonas controladas por los paramilitares. Persiste su poder en grandes regiones y en altas instancias de Colombia.

Para algunos, son hechos aislados. Lo cierto es que la paz con las autodefensas parece cada vez más una sangrienta guerra.


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