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Par de locos

Lo que ha demostrado la naturaleza esta semana es que ningún ser humano puede oponérsele, por poderoso que sea.

Alonso Sánchez Baute, Alonso Sánchez Baute
10 de septiembre de 2017

Escribo esta columna dos días antes de que el huracán Irma golpee la Florida. De momento se sabe que, tras tocar tierra cubana, Irma descendió a escala 4 pero se espera que pronto suba de nuevo a 5 con vientos sostenidos de 295 kilómetros por hora. Detrás de Irma se acercan otros dos: Pedro, actualmente en categoría 3 y Katia, en 2. Los científicos informan que Irma podría ser el huracán más devastador de la historia y ya lo demostró desapareciendo una isla.

Que desaparezca una pequeña isla en el Caribe no ha pasado de ser una noticia anecdótica, casi banal. Pero sucede que la naturaleza no ha dado tregua esta semana pues al tiempo de estos tres devastadores huracanes se conoció la noticia del terremoto de 8,2 grados que afectó principalmente a México pero que se sintió con igual intensidad en Guatemala. Las autoridades informaron que se trata del más grave que ha sacudido a México en los últimos 100 años y que vino acompañado de una alerta de tsunami que se activó en siete países de Centroamérica. ¿Es normal que en tan corto tiempo se hayan formado cuatro huracanes tan intensos (incluyendo la tormenta de Houston) a los que se les suma un terremoto y una amenaza de tsunami? ¿Acaso la suma de desastres es solo casualidad o estamos ante una señal evidente del cambio climático generado por la actividad humana? El experto Henry Briceño dijo esta semana en CNN que el 97 por ciento de los científicos del mundo están de acuerdo en que la culpa es de lo segundo. Y dijo también que la cantidad de huracanes no aumentará, pero sí podrían intensificar sus fuerzas por consecuencia del cambio climático. Esto mismo ya lo habían pronosticado en la década del noventa los expertos de la Organización Mundial de Meteorología.

Sin embargo, algunos mandamases del mundo, por arrogancia o por interés económicos, se han negado a reconocerlo. De hecho, ¿será que las seis explosiones nucleares subterráneas que ha adelantado Corea del Norte estas últimas semanas guardan alguna relación con lo que sucede en el Caribe? Ayer circuló en redes un meme con la foto de una mansión bajo la frase: “Querido huracán Irma, esta es la dirección de Mar-a-lago (la casa de Trump en Florida): 1100 S Ocean Blvd. Palm Beach, Fl 33480”. La broma se debe a que Trump se ha manifestado siempre en contra del cambio climático al punto de que afirma que el calentamiento global no es más que un cuento de los chinos y de que retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París.

Lo que ha demostrado la naturaleza esta semana es que ningún ser humano puede oponérsele, por poderoso que sea. Frente a estos desastres actuales no solo los norteamericanos tienen que exigirle a su presidente un cambio de postura en el tema del cambio climático. No solo Estados Unidos está en juego. Los ciudadanos del resto del mundo también debemos concientizarnos y exigirles cambios a este par de lunáticos irresponsables. Como dijo Macron, “Hagamos grande al planeta de nuevo”.

P.D. El papa no es solo líder espiritual de los católicos sino también jefe del Estado Vaticano. Por eso sorprende que haya quienes se “escandalizan”, algunos por ignorancia y otros por dejarse embaucar por el de siempre, repitiendo que Francisco es político y desestimando su visita al país. ¿Ha habido acaso algún papa que no lo haya sido?

@sanchezbaute