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Impecable lavandería

Los organismos de control tienen evidencia de que la doctora Vergara, esposa del ministro de Comercio, hizo un arreglo con SaludCoop para que le siguieran pagando por contrato lo mismo que ganaba como empleada.

Daniel Coronell
4 de junio de 2011

La esposa del ministro de Comercio asesora por contrato al Grupo SaludCoop. La situación amerita una revisión, porque la Superintendencia de Industria y Comercio -adscrita a ese Ministerio- debe determinar en los próximos días si le impone o no multa hasta por mil millones de pesos a SaludCoop, a su representante legal, a otras dos empresas del gigante de la salud y a otras EPS por prácticas restrictivas de la competencia.

El señor ministro Sergio Díaz-Granados debería hacerle frente a este eventual conflicto de intereses, porque no parece posible que les vaya bien a los asesorados por su señora y que, al mismo tiempo, la Superintendencia pueda ordenar sanciones multimillonarias contra ellos, tal como se lo recomienda la delegada para la protección de la competencia.

Una investigación, a cargo del superintendente delegado, Pablo Márquez, encontró que esas empresas y el gremio que las agrupa, Acemi, concertaron para negarles a los pacientes servicios de salud a los que estaban obligados. También dice el informe que se pusieron de acuerdo para fijar ilegalmente tarifas ventajosas para ellos y falsear la información que le presentaban al Estado. (Ver)

La esposa del ministro de Comercio se llama Paola Vergara Acevedo y estaba en la nómina de SaludCoop hasta septiembre del año pasado. Un mes después de que su esposo, Sergio Díaz-Granados, se posesionara en la cartera de Comercio, ella manifestó que quería retirarse de SaludCoop. Quizás todo habría resultado más claro si se hubiera ido antes de que su marido se convirtiera en ministro, y por completo.

En poder de los organismos de control hay evidencia de que la doctora Vergara realmente hizo un arreglo con sus antiguos patronos para que le siguieran pagando por contrato lo mismo que ganaba como empleada. Una serie de comunicaciones encontradas durante la inspección a los computadores del Grupo SaludCoop deja ver que el contrato fue cuidadosamente estudiado para mantenerla en el equipo y dejar contenta a la esposa del ministro.

Esas comunicaciones también dan cuenta de que en octubre del año pasado Paola Vergara seguía en las juntas directivas o consejos de administración de varias empresas del Grupo SaludCoop.

Entre esas compañías están AudiEps, Cooperativa Epsifarma, Epsifarma S.A., IAC Educar Salud, IAC Acción y Progreso y Work & Fashion. Así mismo, la esposa del ministro era representante legal suplente de Impecable Lavandería, una de las muchas empresas que ha usado SaludCoop para autovenderse productos y servicios.

De hecho, el contrato de marras fue firmado con una de esas compañías: IAC Jurisalud Consultores. El monto del acuerdo es de 147 millones de pesos y su ejecución terminará el 30 de septiembre de este año. (Ver)

La doctora Vergara se compromete, entre otras cosas, a hacerle seguimiento a la ley que reforma la salud y a calcular el impacto que pueda tener cualquier ajuste legislativo en "los clientes" del contratante. (Ver)

Curiosamente, los investigadores encontraron que los borradores del contrato descartan los eufemismos y dicen con todas las letras que la esposa del ministro debe "alertar al Grupo SaludCoop sobre posibles puntos del articulado que puedan afectar de una u otra forma a la empresa" y "mantener informada a la Presidencia y al Grupo SaludCoop de los avances en el tema". (Ver)

Con esto queda claro que el verdadero beneficiario de los servicios de la doctora Vergara es SaludCoop y que ella debía entregar la información directamente al presidente Carlos Gustavo Palacino, en cuyos archivos encontraron interesante correspondencia.

En otro país, el ministro consideraría una explicación y quizás su retiro, pero aquí ni la señora renuncia a los negocios.

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