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Vargas Lleras: cuando no gana, empata

Aunque algunos partidos intentaron voltearle la torta, el vicepresidente acabó siendo el gran ganador del nuevo ajedrez político.

José Manuel Acevedo M., José Manuel Acevedo M.
7 de mayo de 2016

No ha terminado Santos todavía su ejercicio de milimetría política. Los nombramientos de los ministros fueron sólo una parte de la maniobra y ahora sigue reconfigurando el tablero con nuevas fichas en instituciones de segundo y tercer nivel y con creativas invenciones como el de los ‘contratos paz’ con los que pretende congraciarse de nuevo con los liberales dándoles la chequera del posconflicto a Rafael Pardo y Simón Gaviria.

Entretanto, la U celebra haberse quedado con el ministerio de transporte, mientras algunos parlamentarios del bloque costeño todavía siguen presionando por un pedazo de torta más generoso y en una coyuntura en la que el gobierno necesita un congreso disciplinado, seguramente lo conseguirán. Los goditos intentan pescar en río revuelto y con la cacareada salida de los liberales de la unidad nacional, algunos intentarán copar ese espacio que dejan Serpa y sus socios.

La verdad es que al final, aunque a todos les está yendo relativamente bien con la nueva repartija, el gran ganador de la recomposición en el Ejecutivo es el vicepresidente Germán Vargas Lleras a quienes sus detractores soñaban con verlo disminuir sus cuotas de poder para bajarle los humos de cara a la competencia del 2018. Pues señores, ¡tacaron burro!

Fíjense ustedes: aunque digan que Vargas perdió el ministerio de transporte, el presidente le conservó sus funciones de coordinación en el sector de infraestructura y advirtió que las grandes decisiones que tome el nuevo Mintransporte deberán ser consultadas con el ‘vice’. De otra parte, Vargas Lleras conserva el dominio en las instituciones clave del sector; aquellas donde se toman las decisiones cruciales. La Agencia Nacional de Infraestructura, la Aeronáutica Civil y el Invías seguirán bajo su comando directo. Pero además, los grandes anuncios que podía hacer el ministerio de transporte ya se hicieron en los últimos dos años y los resultados de aquí en adelante tardarán gobierno y medio para verse, luego no habrá tantas cintas para cortar allí aunque los de la U piensen lo contrario.

En cambio, mantener su cuota fija en el ministerio de vivienda sí era muy importante para el vicepresidente. Acueductos fundamentales en algunas regiones del país y cientos de casas gratis serán entregadas en los próximos meses gracias al trabajo que dejó adelantado el exministro Luis Felipe Henao. Vargas sabe que en ese campo sí que puede lucirse y lo hará seguramente con la competente Elsa Noguera, una de las más fieles alfiles con las que cuenta.

Como si fuera poco, Vargas aumentó su participación en el gobierno pues se ganó el ministerio de ambiente desde donde tiene el poder de frenar o acelerar ciertos procesos convenientemente.

Y va por más. Derrotó a su rival María Lorena Gutiérrez y con ello recuperó su entrada a la Casa de Nariño pues aunque al nuevo secretario general de la Presidencia, Luis Guillermo Vélez, lo clasifiquen como cuota de la U, sus relaciones con el vicepresidente funcionan estupendamente.

Así las cosas, a Vargas le queda una conquista más en la que va muy bien: hacerse con la fiscalía general en cabeza de su buen amigo Néstor Humberto Martínez. Con 14 votos prácticamente fijos en la Corte Suprema de Justicia, conseguir dos más para lograr la mayoría requerida es una tarea a la que le está apostando todo.

Aunque como dice Daniel Coronell, en la puerta del horno se les puede quemar ese pan, las habilidades de pastelero de Vargas incidirán seguramente para que la cocción sea perfecta y le sirva a sus propósitos, porque si algo ha dejado claro este ‘House of cards’ a la colombiana es que el vicepresidente cuando no gana, empata.       

Twitter: @JoseMAcevedo

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