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Jóvenes... Presente y realidad

Semana
1 de abril de 2002

Como individuos muchas veces peligrosos, como personas rebeldes, como gente irresponsable, pero siempre con mentes brillantes y de capacidad física interminable. Así nos han visto a los jóvenes a lo largo de la historia. Sin embargo es evidente que los tiempos cambian y el modo de ver las cosas también. Los jóvenes ya no somos simples sujetos dispuestos a aprender exclusivamente sino que también queremos enseñar. Ya no sólo debemos ser corregidos sino que también podemos corregir. No queremos ser más gobernados pues queremos gobernar. No obstante, la sociedad insiste en reposar en nuestras manos el futuro de un mundo del que hemos sido víctimas del pasado y en el que poco o nada hemos tenido que ver con el presente. "La juventud es el futuro de Colombia", nos han dicho desde que comenzamos nuestra adolescencia, pero en cambio nunca nos han hecho ver la importancia de trabajar hoy para obtener frutos significativos mañana. La juventud se convierte entonces en un estado abstracto muy distante de la realidad que sólo podría participar de las grandes transformaciones cuando los años pasen y nos convirtamos en adultos. En Colombia no ha sido diferente el panorama y aunque con pasos lentos los jóvenes mismos nos hemos encargado de abrir diversos espacios en la sociedad, los adultos aún nos marginan de muchos campos en los que debiéramos actuar como protagonistas fundamentales. Nuestras corporaciones públicas claman a gritos gente nueva que llegue con metas claras y con una visión de país del siglo XXI: integral, objetiva, transparente y libre de resentimientos.

Por eso mismo ahora más que nunca es válido insistir en un relevo generacional urgente para salvar a Colombia de su crisis. Debe ser tarea de todos ampliar las oportunidades para la juventud sin pensar en intereses particulares pues al fin y al cabo sólo los jóvenes podemos lograr con nuestras ideas frescas, nuestro empuje y nuestras capacidades, el cambio que tanto necesitamos.

La labor de lograr espacios reales en los cuales podamos interactuar en torno a los más trascendentales temas y procesos que vive el país debe seguir. Este es tan sólo el comienzo. Nos hace falta promover a la juventud para ocupar curules en el Concejo, Asamblea, Senado y Cámara de Representantes. Nuestros deportistas, todos ellos menores de 30 años, también necesitan mejores condiciones para surgir. Los jóvenes estudiantes investigadores y científicos requieren ayuda económica para completar sus proyectos con éxito. Las agrupaciones musicales, los cantantes y los artistas jóvenes necesitan que valoremos e impulsemos su talento. Son muchas las cosas que juntos podemos hacer si reflexionamos alrededor de la importancia del joven como protagonista fundamental del presente y la realidad del país.

Nadie recoge frutos sin haber sembrado nada. Los jóvenes no podemos quedarnos de brazos cruzados esperando que llegue el futuro para comenzar a actuar. Aquí y ahora es tiempo de hacerlo; por eso juntos, con una conciencia de "País Joven", podemos cambiar lo que está mal y mejorar lo que está bien, teniendo siempre en cuenta que más allá de ser el futuro de Colombia los jóvenes también debemos ser presente y realidad.

* Director Nacional de Juventudes

directornacional@msn.com

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