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Después de la tempestad, viene la calma

Luego de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro, vuelve la agenda con los cultivos ilícitos, el plebiscito, James Rodríguez, las elecciones de Estados Unidos, el conflicto de Rusia con Medio Oriente y la destitución de Rousseff.

Juliana Londoño, Juliana Londoño
22 de agosto de 2016

Llegaron y se fueron los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro. Buena parte de la atención mundial giró alrededor de ellos. En Colombia seguimos paso a paso del desempeño de nuestros atletas, compartiendo sus angustias, decepciones y especialmente sus éxitos, que fueron muchos y nos llenaron de orgullo.

Entre tanto, el mundo sigue su marcha.

En los Estados Unidos, luego de pasar por la vergüenza del falso atraco a sus nadadores en Rio de Janeiro y de haber avasallado a China y a Rusia en el medallero olímpico, Donald Trump se vino “en picada”. Parecería que con sus declaraciones y planteamientos está haciendo todo lo posible para no ser presidente. Hasta el punto que ha pedido excusas públicas por todas las sandeces en las que ha incurrido, aduciendo que no tiene la culpa por que no es político, sino hombre de empresa… ¿que tal la perspectiva para la política exterior de los Estados Unidos como el gran árbitro mundial? Por algo Putin es uno de sus “hinchas”.

Trump que en un principio decía cosas que parte del electorado norteamericano compartía, fue subiendo el tono hasta generar grandes aprehensiones, aún entre sus copartidarios de derecha. Entre tanto la señora Clinton, a la que se le podría aplicar políticamente el dicho “ni tan bonita que encante ni tan fea que espante”, sigue sin generar entusiasmo, pero progresivamente ha ido recogiendo el voto de los que no quieren ver al candidato republicano como presidente.

En el Brasil, después del buen suceso de los juegos, el proceso a la presidenta Dilma Rousseff en el congreso continúa su curso y en esta semana se empezarán a tomar decisiones.

En Rusia, tratando de minimizar la debacle por el dopaje oficial de sus atletas, Putin recibió a Erdogan que luego del millar de muertos en el fallido conato de revuelta de días pasados, apresuradamente “islamisa” a Turquía y desocupa las cárceles de bandidos para encerrar a sus opositores. Continuará entre tanto el tire y afloje sobre los dos ingresos: el de Turquía a la Unión Europea y el de los migrantes a Europa a través de Turquía.

Como el mal ejemplo cunde, Maduro en uno de los sainetes que cotidianamente deben soportar los venezolanos, ha afirmado que ante un intento de golpe de estado, las medidas adoptadas por Erdogan serían “un juego de niños” comparadas con las que él tomaría. Para algo servirán los 500.000 fusiles que se distribuyeron entre “las milicias bolivarianas”. No se sabe sin embargo que entenderá por “golpe de estado”, porque aún una ley del congreso, puede considerarla subversiva.

Sin saber en qué quedaron las negociaciones anunciadas el año pasado para celebrar un tratado de libre comercio entre Colombia y China, Beijín sigue auspiciando la migración de sus nacionales, no solamente de comerciantes y cocineros: cuarenta y cuatro de los jugadores de ping-pong que compitieron por varios países en los juegos olímpicos, nacieron en China.

En Colombia volvimos también a los temas cotidianos: los cultivos ilícitos, de los cuales somos campeones mundiales; el plebiscito, cuyo resultado cualquiera que sea no impedirá la entrada en vigor de los acuerdos con las FARC, como sucedió en varias competencias cuando un equipo ya estaba clasificado; y, naturalmente… con el tema de si James Rodríguez será titular en el siguiente partido o más importante aún, si seguirá o no en el Real Madrid… menos mal, porque hasta el campeonato mundial de futbol en el 2018 hay todavía mucho tiempo…

* Profesor de la facultad de gobierno, ciencias políticas y relaciones internacionales de la Universidad del Rosario.

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