Home

Opinión

Artículo

Y LA CONSULTA QUE?

12 de mayo de 1997

¿Y la consulta qué?Por María Isabel RuedaSe acabó el bipartidismo en Colombia? Sí. ¿Es posible que el candidato liberal oficial a la Presidencia no logre llegar a la segunda vuelta? Sí. ¿Es posible que el próximo presidente de Colombia venga de una tercera fuerza o movimiento? Sí. Todo eso forma parte de algo que parece mentira, pero que es verdad. Políticamente existe una nueva Colombia, que viene dibujándose desde la Constituyente del 91, en la que extraoficialmente se le dictó acta de defunción al país bipartidista y particularmente al poder monolítico del liberalismo, y se inauguró el nuevo país de movimientos y caudillos, en el que la primera vuelta de la campaña presidencial se convierte en la expresión de una nueva realidad nacional.Probemos estas afirmaciones en la práctica. El espíritu de la consulta liberal se lo inventó Carlos Lleras Restrepo, a través del Pacto de San Carlos, y tenía por objeto que el candidato liberal no se eligiera por convención, en la que Turbay era imbatible, sino a través de las elecciones parlamentarias, para que los congresistas endosaran su apoyo a uno u otro candidato.Esa especie de consulta amarrada a las elecciones parlamentarias demostró que no era garantía del voto independiente. Carlos Lleras perdió en todos los departamentos del país, menos en Bogotá. Eso inspiró a Galán, años después, a intentar perfeccionar el mecanismo, convirtiendo en estatuto del Partido Liberal una consulta liberal independiente en el voto pero simultánea en la fecha de las elecciones parlamentarias. Por un lado, el mecanismo garantizaba la unión liberal. Y por el otro, permitía que compitieran por la candidatura presidencial, el candidato de la maquinaria con el candidato de la opinión.Pero, si este mecanismo era tan bueno, ¿por qué no se introdujo en los estatutos del conservatismo? Sencillo: porque desde Belisario Betancur, todo candidato conservador con alguna posibilidad de triunfo tiene que negar que es conservador. Pero entonces, ¿qué va a suceder en la siguiente consulta liberal? Algo muy extraño: que por primera vez desde que se inventó, podría no ser un factor de unión sino la oficialización de la división liberal, si, como parece que sucedería, no todos los candidatos liberales se someten a ella. Dicho de otra forma: si en la consulta participan todos los candidatos liberales (Serpa, Santos, Valdivieso, Alvaro Uribe, Carlos Lleras), es absolutamente seguro que llega el candidato liberal a la segunda vuelta, porque la consulta habría impedido la atomización del voto liberal. Si sucede lo contrario, o sea, que apenas uno o dos de los nombres anteriores se someten a la consulta, podría sucederle al Partido Liberal que no logre llevar al candidato oficial de su partido a la segunda vuelta. ¿Cómo pintan las cosas por ahora? Veamos caso por caso. Serpa es el más firme aspirante a la consulta de su partido. Es el dueño de la maquinaria liberal, y por consiguiente, arranca con el banderazo del triunfo.Santos estaría dispuesto a someterse a ella si va solo con Serpa, porque podría recoger en esa consulta todos los votos liberales antisamperistas. Quién quita que resulten ser más que los samperistas que acompañarían a Serpa. Valdivieso, a pesar de ser el heredero político del inventor de la consulta liberal, no se somete a ella ni muerto: toda la maquinaria está con Serpa, y por consiguiente, tiene perdida la consulta. Alvaro Uribe participaría en ella porque, curiosamente, el verdadero candidato antiSerpa no es Valdivieso, sino el actual gobernador de Antioquia. Es el único capaz de morderle la maquinaria a Serpa, y le compite en el tema de su bandera favorita: el del orden público.Finalmente está Carlos Lleras, que tampoco va. Es probable que no conozca sino a dos o tres parlamentarios liberales, y sabe que su fuerte no está en la maquinaria sino en su manejo de los medios y en el prestigio de su nombre. Aunque Lleras participó en la consulta de hace cuatro años, la absoluta seguridad de que saldría derrotado de esta consulta lo obliga a inventar una disculpa para no someterse a la que viene.Así las cosas, esa consulta liberal sólo servirá para darle estatus para el 2002 a quien pierda frente a Serpa. Y en el 98, para fungir de candidato en igualdad de condiciones con Valdivieso al liberal que logre ganarla. Si este candidato oficial del liberalismo llega a la primera vuelta a enfrentarse con otros tres candidatos liberales no oficiales, con Valdivieso y con Mockus, con Pastrana y con Noemí, el resultado es posible que sea el siguiente: no habrá candidato oficial del liberalismo para la segunda vuelta. Tampoco habrá candidato oficial del Partido Conservador porque no habrá quien acepte que lo es. Y la gran conclusión será, entonces, que por primera vez en la historia del país el próximo presidente de Colombia no saldrá de las entrañas del bipartidismo, sino de un juego de terceras fuerzas y alianzas que serán las que ahora manden en los destinos políticos de la Colombia del año 2000.