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¡La Corte lo hizo de nuevo!

El ponente, en un gesto de arrogancia único, se tomó todo el tiempo posible mientras los mercados languidecían de incertidumbre

Semana
28 de agosto de 2000

Todo indicaba que sólo felicidad iba a producirnos a todos los que estamos endeudados con un préstamo de vivienda el fallo de la Corte que determina que, en adelante, los intereses en esta clase de créditos serán los más bajos del mercado. Pero a las pocas horas de análisis, el fallo comenzó a revelarse como más amenazador que benéfico.

El primero en dar la voz de alarma fue el economista Javier Fernández Riva, quien en La FM exclamó, consultado sobre el fallo: “La Corte lo hizo de nuevo”. Y le cabía toda la razón. Porque aunque todavía no conocemos la sentencia definitiva por cuenta de esta ‘jurisprudencia de comunicados de prensa’ que se ha puesto tan de moda entre las cortes, se han logrado detectar varios aspectos del fallo que amenazan con liquidar, ahora sí de manera definitiva, la financiación de vivienda en Colombia.

Este fallo de la Corte Constitucional fue una especie de ‘parto de los montes’, a pesar de que el país entero venía suplicándole a la misma que cuanto antes se pronunciara sobre la constitucionalidad de la ley de vivienda. Pero el magistrado ponente, en un gesto de arrogancia único, respondió que él no fallaba bajo presión, y amparado en que el plazo para fallar aún no estaba en mora, se tomó todo el tiempo posible mientras continuaba languideciendo de incertidumbre el mercado de la construcción y el mercado financiero de vivienda.

Hoy, conocidas las directrices esenciales de la futura sentencia, la incertidumbre no sólo no ha disminuido, sino que ha aumentado gravemente sobre la base de los siguientes aspectos del fallo:

1- El aspecto ‘sim-salabim’. ¿Lograrán las corporaciones mantener su rentabilidad? Respuesta: es improbable. La mayor preocupación que arroja el fallo de la Corte es la de que se está forzando a la brava al Banco de la República a montar, vía jurisprudencial, un crédito de vivienda subsidiado sin que se haya determinado quién lo va a financiar. Según el magistrado ponente, “ese no es un problema de la Corte”, lo que en otras palabras significa que él no tiene ni idea, y que muy probablemente tampoco le importe, porque la medida populista ya está dictada: ¡Urra! Los deudores de las UVR pagaremos los intereses más baratos del mercado. ¿Que de dónde saldrá la financiación? Pues de un cubilete. ¡Sim-salabim!

2- El efecto ‘cuadratura del círculo’. ¿Cómo se logrará que a los ahorradores no nos aumente la cuota mensual, como la Corte ha prohibido que suceda? Respuesta: cuadratura del círculo. De acuerdo con las directrices de la Corte, en el sentido de que ni la corrección monetaria ni los intereses podrán capitalizarse, ordenar que la cuota mensual no se eleve es un imposible financiero. Si desde la primera cuota comienza a haber amortización del capital, es absolutamente inevitable que las cuotas mensuales aumenten, dentro del mismo plazo.

3- El efecto ‘papa caliente’. ¿Cómo logrará el Banco de la República hacerse cargo de esta ‘papa caliente’ que le ha arrojado la Corte? Respuesta: los miembros de la Junta no tienen ni idea. Porque primero tienen que resolver cuál será la fórmula que aplicarán para fijar “la tasa de interés más baja del mercado” por la vía artificial de un capricho jurisprudencial, y no por la vía de que sean el riesgo, las garantías, la liquidez y los costos de operación los que determinen el nivel de la tasa de interés aplicable a cada préstamo.

4- El efecto ‘avalancha’. ¿Y ante ese interés subsidiado, se van a poder seguir remunerando, a unas tasas competitivas de mercado, los 14 billones de pesos que los ahorradores tienen depositados en las corporaciones de ahorro y vivienda? Respuesta: muy dudosamente. Por lo que no sería descartable que se produjera un desplazamiento nervioso de los ahorradores que los llevara a retirar con la rapidez de una avalancha sus ahorros, para no correr el riesgo de un posible colapso de las corporaciones de ahorro y vivienda, ahora simultáneamente obligadas a pagar las tasas de captación más bajas del mercado.

Este es el panorama que dibuja el fallo de la Corte sobre la ley de vivienda. Que vuelve a poner el dedo en la llaga de la anarquía jurisprudencial de este órgano constitucional, que no tiene quién lo ronde, ni quién lo vigile, ni quién lo corrija, ni quién proteja a los colombianos frente a su abuso de estar legislando.



Entretanto… ¿Por qué no se nos ocurrió haber dejado encerrado a Antonio García con las desesperadas madres de los secuestrados por el ELN… entre un ascensor suizo?

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